Soberbia, actitud, determinación: Berri Txarrak y G.A.S. Dummers en Planta Baja
Hablar de un concierto de Berri Txarrak no es hablar de un concierto cualquiera. Y si encima le sumamos unos teloneros de lujo como los jerezanos G.A.S. Drummers la cosa se convierte en palabras mayores. Y es que la experiencia de ambas bandas sobre los escenarios, que se remonta a mediados de los 90, unida a su dominio del rock más energético y apasionado, convierten sus actuaciones en toda una descarga de adrenalina. Y si no, que se lo pregunten al público granadino que acudió anoche a la sala Planta Baja.
G.A.S. Drummers, que volvían a la misma sala donde hace 13 años presentaron su debut “Proud to be nothing”, fueron desvelando un repertorio ágil y constante que daba prioridad a sus dos últimos trabajos. Aunque Dani Llamas y los suyos hicieron una excelente labor caldeando el ambiente, y el público, al que por momentos le costó arrancar, terminó pidiendo más temas, no fue hasta la actuación de Berri Txarrak cuando la noche alcanzó su punto álgido.
Bastó el inicio al bajo de ese riff de herencia punk que da vida a “Albo-kalteak” para hacer estallar al público en una marea de cuerpos danzantes al ritmo del sonido rápido y enérgico que les caracteriza. A juzgar por el comienzo de la actuación, parece que los granadinos aguardaban con ganas a los de Lekunberri, que no pisaban nuestra tierra desde mayo de 2012.
El siguiente tema en sonar fue “Haria”, en castellano “El hilo”, canción que da título a su aclamado último disco, aquel que grabaran con Ross Robinson allá por septiembre de 2011 en Venice, California. Tras el siguiente corte, Gorka Urbizu, guitarrista y cantante de la banda, mientras cambia de guitarra debido a una cuerda rota, aprovecha para saludar y mencionar que van cortos de tiempo. Es jueves y hay que cortar temprano. Hasta un total de 15 canciones se marcó el trío sobre las tablas y ni si quiera el doble cambio de instrumento de Urbizu tras volver a quebrar cuerda pudo frenar el ritmo frenético del concierto: la apisonadora de “Lepokoak”, los musculosos acordes de “Paperezkoa”, la vertiginosa “FAQ” o una incendiaria “Gure dekadentziaren onenean gaude” con la colaboración de Dani Llamas a las voces.
Tema tras tema Berri Txarrak se mostraron soberbios y seguros de si mismos, dando constancia de que pueden ganar en técnica sin perder un ápice de su alma punk. Parece que han sabido tirar del hilo acertado. Esperemos no tener que volver a esperar tanto tiempo para repetir la experiencia.