La soledad no deseada afecta en Granada: "Somos la excusa perfecta para salir de su casa"

Catalogada como la "epidemia silenciosa del siglo XXI" es una de las problemáticas sociales que tratan de combatir asociaciones, entidades y centros como el de San Ildefonso

Las personas mayores son el colectivo que tiene una mayor incidencia en la soledad no deseada | Foto: Archivo GD
Elena Parra
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Llega el verano y muchos disfrutan de sus vacaciones en familia, con amigos o en pareja, solo algunos pocos se atreven a disfrutar de este tiempo a solas. A pesar de ello, en España más del 20% de las personas afirman haber sufrido soledad no deseada durante este 2024. Así lo refleja un estudio del Observatorio Estatal de Soledad No Deseada España, quien afirma que "cada vez afecta más a las personas". En Andalucía, los datos destacan que la mitad de los andaluces padece las consecuencias de esta afección social.

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La soledad no deseada ha sido catalogada como la "epidemia silenciosa del siglo XXI", que afecta gravemente a la salud mental de la población, a sus relaciones sociales y al bienestar general. Esta patología se define como "una sensación de aislamiento y desconexión social que una persona experimenta tras carecer de redes de apoyo emocional y relaciones sociales significativas", destaca el Observatorio. Además, puntualiza que supone una "fuente de sufrimiento importante para quien lo padece".

Esta afección se da más en mujeres, que suponen el 21,8% de las estadísticas en comparación con los hombres, que son el 18%. La directora del Centro de Participación Activa de Personas Mayores San Ildefonso de Granada perteneciente a la Junta de Andalucía, María José Castro, afirma que "en el centro participan 2.030 mujeres y 1.412 hombres". En los últimos años, esta epidemia se ha convertido en uno de los puntos más reseñables de las políticas sociales. "Este año hemos decidido continuar durante el mes de agosto con nuestros talleres para acompañar a estas personas", destaca la directora.

"Nuestro fin es dar cabida a esas personas que no tienen otra posibilidad para relacionarse con otros y que no tienen otra actividad que puedan desarrollar fuera de aquí", señala Castro. "Damos demanda, sobre todo la soledad no deseada, somos la excusa perfecta para salir de su casa", añade.

Para combatir la soledad no deseada, entidades como la Universidad de Granada busca a personas mayores de 60 años o con discapacidad para acoger a estudiantes universitarios en sus viviendas. Se trata de una iniciativa que conecta a dos generaciones en pro del bienestar social; por un lado, las personas vulnerables ofrecen sus domicilios y, por otro lado, los jóvenes ofrecen su compañía. Un feedback basado en el acompañamiento social intergeneracional.

"Es una iniciativa muy buena porque permite relaciones sociales muy ricas, además creo que es bueno para salir de una espiral de aislamiento social. Siempre es un gusto tener a alguien cerca para que te escuche de verdad", reconoce una joven universitaria.

Este tipo de programas sociales está teniendo cada vez más peso en la sociedad, el Centro de Personas Mayores de San Ildefonso asegura que su pico más alto de participación se encuentra durante los meses de octubre a junio. "Ofrecemos alrededor de unos 70 talleres al año, de lunes a viernes, donde participan 5.217 personas mayores de 60 años", destaca María José Castro. "Cada año se incrementa más la participación, aquí encuentran un lugar de apoyo para evadirse de su soledad, sus problemas e interactúan entre ellos, quedan para comer o para tomar un café", señala.

Desde talleres de guitarra, gimnasia, pintura y taracea, hasta un coro lírico, un abanico de oportunidades sociales para combatir la soledad de estas personas en sus últimos años de vida. "Tenemos una señora que se ha ofrecido a sus 91 años como voluntaria para impartir un taller de esmalte al horno", asevera la directora del centro. "Es una maravilla que una persona íntegra en el centro, que lleva muchísimos años, quiera compartir su sabiduría con unas manos primorosas", dice orgullosa.

"Es muy bonito ver in situ a estos grupos tan cohesionados, que se dan esa cabida y ese acompañamiento que necesitan", manifiesta Castro. El boca a boca ha permitido que los mayores encuentren una opción para salir del aislamiento social y tener la oportunidad de compartir su tiempo con calidad, escucha activa y puedan ver que no están tan solos como creen.

Los jóvenes, los que más sienten la soledad no deseada

El mismo estudio mencionado anteriormente sobre la soledad no deseada en España en lo que va de año, señala que los jóvenes son el colectivo que más siente este tipo de soledad, pues afecta a una de cada cuatro personas de entre 16 y 29 años jóvenes en España, lo que supone un 25,5%. "Creo que las redes sociales tienen un papel importante en esto, nos hemos acostumbrado a ser dependientes a un móvil, a interactuar vía internet, hemos aparcado las relaciones sociales humanas y nos hemos conformado con me gustas, comentarios y reacciones en las redes", destaca una joven afectada por la soledad no deseada.

"Me vine a Granada a estudiar pensando en que sería fácil encontrar amigos, pero la realidad es que no, en muchas ocasiones me siento muy sola, intento disfrutar de la soledad, pero me gustaría encontrar un apoyo más emocional. Algunos días son muy tristes", añade la joven.

Empatía, solidaridad y escucha activa para combatir la soledad

Sea como fuere, sentirse solo no es una opción, es un reto que no distingue de edades y que afecta a todo un espectro de edades, desde mayores hasta jóvenes. Cada uno de ellos enfrenta diariamente sus propios desafíos en busca de una conexión emocional en un mundo cada vez más digitalizado y acelerado.  Estas iniciativas permiten combatir parte de esa epidemia silenciosa, pero todavía queda mucho recorrido para paliar sus efectos en la sociedad. La empatía, la solidaridad, la escucha activa deben sostener las bases para derribar barreras y asegurar que nadie, en ningún rincón del mundo, se sienta solo.