Sólo para valientes

Como es de todos sabido, la paciencia tiene un límite. Bien me dice mi padre, que una goma se puede tensar y tensar, hasta que llega un momento en el que se rompe; o como me decía mi madre, “más vale una colorada que cientos amarillas”.

Podemos pecar de ser muy diplomáticos o, movidos por nuestra buena educación, aguantar carros y carretas hasta un tope, es el momento de decir BASTA YA!!! Buenos sí, tontos…no.

Ya está bien de revestir las cosas de lo que no son. No nos hagan ver donde no hay nada que ver. No me hagan tolerar lo que se escapa a toda lógica. No nos hagan entender lo que es absolutamente indefendible desde cualquier prisma.

Desde nuestro pequeño mundo, todos nos esforzamos a diario por mejorar, por crear un entorno más amable, pero, desafortunadamente, hay gente mala que se molesta en que no consigamos nuestros objetivos.

Mi base de despegue es la resiliencia, es mi reto, avanzar y crecer aún cuando la adversidad se interponga. Y he de reconocer, que en muchas ocasiones me veo en un laberinto sin salida.
Por favor, no nos hagan ver lo negro blanco. Si una idea o un movimiento es malo, lo es y punto y no hay excusas para redefinirlo.

No podemos sentirnos completamente impotentes ante las injusticias y ver cómo se quebrantan todas las leyes posibles. Yo no soy capaz de explicar a mis hijos esa violencia incontrolable.
Al final, lamentablemente, pagan justos por pecadores y créanme cuando les digo que curar una herida tan abierta y profunda requiere de muchísimo valor, porque se separan amigos, familias…hay un abismo de odio y desconfianza.

No vale manifestarnos por el clima o la igualdad si no conseguimos hermanarnos en lo fundamental.

No puedo comprender cómo a través de la violencia se pretende justificar a una sociedad cada vez más dividida.

Dejemos, por favor, de alentar falsas ideas que nos llevan a callejones sin salida. Démonos la mano porque la unión hace la fuerza. Juntos somos mejores, si nos lo proponemos.

Confío de corazón en que llegue la calma después de la tempestad, pero que no sea una calma chicha, y, desde este pequeño rinconcito, reivindico un tremendo esfuerzo para no seguir por la senda de la ruptura. Os pido valor para hacer frente a cualquier acto que desemboque en una mala acción, o que dañe física o moralmente a cualquier persona.
Si la cara es el espejo del alma…Por qué van los violentos encapuchados? Porque son cobardes y yo sé que, en el fondo, sienten vergüenza.

Seamos honestos con nosotros mismos, pongamos fin a esta escalada continua de disturbios y autodestrucción.

Desde aquí quiero expresar mi más profundo reconocimiento a todos los audaces que se esfuerzan en restablecer la ley y el orden en un ámbito hostil. Este es el ejemplo que busco para todos los míos. Yo me pondré del lado del que defienda la verdad. Toda mi admiración para los que dedican su tiempo a impulsar la concordia.

“La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones” Marie Curie.