Sónar 2016, jornada de inauguración

Día de revelaciones y primer contacto con Sònar+D

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Jornada de Inauguración del Sónar 2016 | Foto: David Marín Román
David Marín Román
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Y por fin llegó el jueves. Tras salir como un resorte hacia la Fira de Montjuic en Barcelona, pasar por la recogida de acreditaciones, ¡que organización!, ¡que pulcritud de actuación!, ojalá otros aprendan de lo bien que se hacen las cosas aquí, nos dirigimos sin perder tiempo hacia el recinto donde se encuentra MarketLab, con el objeto de dar una vuelta y charlar con los expositores, un ratito toqueteando cacharros de Novation, de los suecos de Elektron, etc... Un agradable rato para los que amamos la música electrónica.

Con tiempo para probar la alfombra verde del Village, amagado en la sombra, descubrimos a Baelish, el nuevo proyecto del barcelonés Carlos Guinart, que nos tenía acostumbrados a un estilo más comercial, con toques de hip hop, dubpstep o danceball. Ahora Baelish, es como un resurgimiento, downtempo por doquier, pianos estelares, sintes espaciales, colchones sonoros que hacen de su música una ramificación prácticamente del antiguo chill out. Nos deleitó con una parte en live, al estilo productor casero, con un simple controlador midi de dos octavas, una Roland Aira TB-3 y poco más y una segunda parte al estilo dj, pinchando sus temas para finalizar la actuación. Muy agradable de ver desde la sombra, tumbado en césped artificial, con la compañía de bebida fresquita. Gran sonido Carlos.

Tras reponer fuerzas, un clásico en día de inauguración del Sònar, comiendo en la Av del Paralelo, nos disponemos al descubrimiento de un ecuatoriano del que la crítica solo dice maravillas.

Nicola Cruz en el SonarHall o sala roja, un estandarte de la tradición andina, pero revisada a la actualidad. Nacido en Limoges, Francia, aunque vive y trabaja en Quito, Ecuador. Auténtico referente de la cultura Andina de Ecuador. Percusionista, cambió absolutamente su forma de entender la música tras 2.011 donde colaboró con Nicolas Jaar. Este amante de la música ecuatoriana y de la electrónica, conoce muy bien como hacer bailar a su público, cosa que consiguió gracias a unos ritmos fantásticos y a un timing preciso.

Tras una buena dosis de ritmos latinos, nos dirigimos al SonarComplex, el auditorio de la Fira de Montjuic para ver algo verdaderamente sorprendente. Fields, el espectáculo del prestigioso artista canadiense Martin Messier. El objetivo de este espectáculo es la creación de sonidos a partir de campos electromagnéticos imperceptibles para la vista y el oído humano.

Messier se sirve de micrófonos transductores para captar esas señales eléctricas, y de dos grandes plafones situados en el escenario que le permiten conectar transmisores de un lado a otro y dar forma, así, a los sonidos. La interacción constante del artista con estas conexiones y sus continuos movimientos al enchufarlos o desenchufarlos crean una composición de luz y sonido a tiempo real que permite escuchar y observar un poderoso material energético que de otra forma resulta inaudible e invisible para cualquiera de nosotros. El resultado final es un show asombroso, muy físico, en el que se mezclan sonidos minimalistas, calambrazos eléctricos, juegos de sombras y energía convertida en ruido. Un show que nos ha dejado maravillados aunque también algo decepcionados por lo breve del show, apenas treinta minutos, suponemos que por la dificultad que supone técnicamente todo ello.

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Jornada de Inauguración del Sónar 2016 | Foto: David Marín Román

A continuación en el SonarDome o sala azul, Sevdaliza comenzaba su magnífica actuación. La holandesa de Rotterdam aunque nacida en Teherán, ofreció un concierto contundente, gracias a su batería, a los efectos que envuelven la producción y a la precisión de la ejecución por parte de todos. Todo ello contrarrestado por la especial y cálida voz de la cantante. Ex jugadora de baloncesto, ex cantante de hip hop, reconvertida a diva del electro sexy, supo ganarse al público con su actitud, su magnífica voz y sus bailes sensuales. Un verdadero descubrimiento para todos aquellos que no la conocíamos.

Y como la tarde iba de divas, en el SonarHall de nuevo nos disponíamos a ver el concierto de una nueva diva de esa camada de cantantes de r&b (Abra, Alexandria, Dawn Richard, etc...), Kelela, norteamericana, de origen etíope, nacida en Washington DC. Publicada por el sello Warp, ya maravilló al mundo con su debut “Cut 4 Me”. Fue un concierto correcto, gran belleza de Kelela, aterciopelada voz, temas descarnados y directos en lo lírico, pero con un resultado algo decepcionante, ya que los propios efectos y miles de coros grabados apagaban la propia voz en directo de la artista. No se sabía ya que era grabado y que en directo. No critico la aportación de samplers para rellenar el sonido de artistas que van directamente sin banda, pero otra cosa es pretender lanzar allí hasta el último susurro grabado en el estudio, puesto que todo se pierde entre delays y reverbs infinitas que le hacían un nudo al sonido emitido. A pesar de esto, gran futuro el de Kelela.

Por último en el escenario a la luz del día el SonarVillage, comenzaba la actuación de Bob Moses. Los canadienses afincados en Nueva York, el dúo formado por Tom Howie y Jimmy Wallance. A medio camino entre la composición pop clásica y la electrónica de baile, se nutren de grupos como Metronomy, Hot Chip o el mismísimo James Blake. En su inicio a pesar de que tenían problemas con la guitarra eléctrica y no consiguieron hacerla sonar hasta el tercer o cuarto tema, pusieron a bailar a las miles de personas que se reunían allí en el SonarVillage. Por momento de hecho creí ver más ganas por parte del público de bailar que ganas de tocar por parte del dúo. No entiendo si fue desmotivación producida por lo de la guitarra, pero no lograron conectar como lo había hecho anteriormente la dj The Black Madonna, despedida entre vítores y aplausos, cosa que no ocurrió con los canadienses. Un concierto algo frío para la hora, puesta de sol y el lugar, el Village del Sònar de Día. Muy decepcionantes Bob Moses, se esperaba más de ellos. Confiaremos en que mañana no nos iremos así a casa, a pesar de haber visto hoy grandes artistas y descubierto nuevos talentos.