El precio del gas continúa subiendo y con él, las preocupaciones
El coste de este bien de primera necesidad amenaza con no descender hasta entrada la primavera del 2022, lo que preocupa a los consumidores
El precio de la luz continúa subiendo como una burbuja de jabón a la espera de ser reventada. Esto preocupa al consumidor, que no entiende el porqué de esta abrupta subida, pero para entender el aumento, primero se debe entender cómo se deciden los precios.
Aunque suene poco creíble, los precios se deciden en una subasta diaria ciega. Por una parte, las productoras indican a cuánto venden y a qué precio y por la otra, las operadoras dicen cuánto quieren y cuánto pueden pagar. En el centro, el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) pone de acuerdo ambas posturas y el resultado es el importe por franjas horarias para el día siguiente. La OMIE usa un método denominado marginalista, que consiste en que la última energía en ser metida en el sistema es la que marca el precio para todas las fuentes, con independencia de que alguna pueda generar electricidad a un precio más bajo. El mercado es enrevesado y dentro de él existen distintas centrales: primero entran las renovables, que son las más baratas y a continuación, la hidroeléctrica y la nuclear, y finalmente, el carbón y el gas. Estos últimos usan combustibles fósiles y cuando son necesarios para producir la electricidad que a una determinada hora se demanda, sube su precio. El resultado de la energía que se genera se conoce como 'mix energético'.
¿Por qué sube el precio de la luz?
La subida principal en el precio en el mercado mayorista se debe a la gran revalorización del gas natural en los mercados internacionales y a la importante subida del CO2. El gas está marcando el ritmo de subida. El motivo es que el pasado invierno fue mas frío y un gran número de países en el que destaca China se desabastecieron. Para prepararse de nuevo para el frío deben rellenar sus reservas y así, el precio ha terminado subiendo desde los 16 euros el invierno pasado hasta más de 60 euros actualmente. A esto hay que añadir los derechos de emisiones de dióxido de carbono (CO2), una especie de impuesto ambiental que deben pagar las empresas contaminantes en Europa y cuyo coste ha subido este año.
¿Qué esta pasando en Europa?
El sistema de subasta ciega para la fijación de precios en el mercado mayorista está fijado en Bruselas y es similar en todos los países cuyas costas están bañadas por el mar Mediterráneo, excepto Francia, los cuales tienen precios diarios superiores a los 100 euros por MWh. Lo que les diferencia es el ya mencionado 'mix energético', la combinación de las distintas fuentes que producen electricidad. Por ejemplo, Francia destaca por tener un componente de energía nuclear con un precio más barato y estable, pero, a pesar de ello, el importe del país vecino supera los 90 euros.