Sueños
El Granada lanzó un vídeo en el que se podía ver a Cristina Moreno vendiendo las entradas de su partido de Copa, y a mí me pareció el vídeo de la vergüenza
Apenas una hora después de la finalización del encuentro del Granada CF frente a la Ponferradina, la adrenalina me pide escribir sobre el afortunado lanzamiento de Perea. Sobre la contradicción de acabar puntuando con suerte un partido que mereció ganar de forma holgada. Me pide escribir sobre la esencia del Granada. Pero la cabeza me pide reflexionar sobre otra cosa, sobre la semana importante del Granada CF femenino.
Tengo que reconocer que no me interesé demasiado por el fútbol femenino hasta hace unos cuantos años, hasta que mi hija Paula comenzó a andar y patear un balón sin parar. Hasta que cualquier amigo, vecino o familiar me comentaba lo bien que jugaba la niña. Hasta que la niña llegaba feliz a casa porque había sido capaz de regatear a cualquier compañero de clase en el recreo o de meter un par de goles en una pachanga con los vecinos grandes de la urbanización.
Paula está en esa edad en la que pregunta al acostarse que si ella va a ser la próxima Messi. Y su inocencia le hace aspirar a golear algún día en las porterías de Los Cármenes. Yo no le digo nada. Simplemente sonrío y asiento con la cabeza. La dejo soñar. A veces pienso que quizá no hago bien, pero quién soy yo para quitarle los sueños a nadie. Y menos aún a mi hija.
El miércoles pasado, el Granada CF femenino (que odioso tener que puntualizar este aspecto) caía eliminado de la Copa de la Reina frente el Atlético de Madrid. Pero había conseguido la proeza de llevar a unos cuantos miles de personas a Los Cármenes una noche de entresemana. Por eso me impactó tanto el vídeo que lanzó el Granada CF un par de días después. En él, Cristina Moreno, futbolista del club, aparecía jugando el citado encuentro y entrenando en la Ciudad Deportiva –cómo no, dirán algunos–, pero también –y aquí estaba la sorpresa– aparecía vendiendo entradas en las taquillas de Los Cármenes. Sí, Cristina Moreno, además de meter goles para el Granada CF los fines de semana, vende entradas en las taquillas entre semana. No sé muy bien qué pretendía el Granada CF con este vídeo. Quizá mostrar la superación de un deporte que patalea para que sea tomado en serio. Seguro que querían mostrar algo bueno, pero –no sé si será por ser padre de una niña futbolera– a mí me pareció indignante. Nadie debería de vender las entradas de un partido en el que va a ser la protagonista. Es imposible imaginarse a Uzuni vendiendo la tarde del jueves pasado las pocas entradas que quedaban para el partido contra la Ponferradina.
Aunque nos duela y haya mucha gente que no quiera verlo, así de mal está aún el fútbol femenino. Yo solo espero que siga habiendo más Cristinas, porque son ellas y prácticamente sólo ellas, las que, con su tesón y amor por el deporte, levantan el fútbol femenino. Gracias a ellas mi Paula puede soñar y hacen que yo no me atreva aún a despertarla.