El suicidio: diez muertes diarias en España que son un tema tabú

Desde el colectivo médico se apuesta por reforzar dispositivos para mejorar la cobertura y se da mucho valor a la coordinación con otras partes implicadas

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La conciencia social por la salud mental todavía tiene margen de crecimiento | Foto: Archivo
Sergio Rodríguez Acosta
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La salud mental salió de un cajón en parte gracias a la llegada del coronavirus. En el fondo de ese cajón todavía está el suicidio, un tema de difícil trato cuyas cifras son tan desconocidas como impresionantes. Hace apenas un mes, se aprobó el Plan de acción en el Sistema Sanitario Público de Andalucía para la prevención, atención y postvención del suicidio, que pretende dar un vuelco a un asunto de vital importancia. Mercedes Prieto, psicóloga del hospital de día del Virgen de las Nieves, y Alfonso Jiménez Medina, psiquiatra del mismo centro sanitario aportan su experiencia empírica y sus reivindicaciones para hablar sobre el suicidio.

Los últimos datos fiables del observatorio nacional datan del 2019, año en el que diez personas se quitaron la vida cada día. El total fue de 3.671, 2.771 hombres y 900 mujeres. Desde el año 2.000, las cifras se mantienen en cifras similares en España con más de 3.000 pérdidas anuales a causa del suicidio. El pico llegó en 2014 con 3.910 personas, mientras que el menor guarismo está en 3.158. El tramo de edad con más representación en los gráficos es el de 50 a 59 años con 761 casos.

Presentación del plan andaluz

Alfonso Jiménez Medina fue el encargado de presentar el plan de prevención la pasada semana para multitud de profesionales sanitarios granadinos provenientes de distintas áreas de Granada. El psiquiatra, que ejerce en el Virgen de las Nieves, explica que la magnitud de este aspecto se entiende mejor cuando se afirma que en España fallecen por suicidio el doble de personas que por accidentes de tráfico. En 2019, Andalucía fue la comunidad con más casos con 640, el 17,4% del total nacional. Cataluña ocupa el segundo lugar y la Comunidad Valenciana el tercero.

El profesional valora de forma muy notable la posibilidad de retomar las reuniones multidisciplinares, que se habían perdido a causa de la pandemia. Su aspiración es poder sentarse a hablar también con otras partes implicadas como los cuerpos de policía o los bomberos para una prevención mayor a través de “dar visibilidad y sensibilizar”. Alfonso afirma que “esto sigue en la sombra”, por lo que “la gente se inhibe más y no busca ayuda”. Este psiquiatra considera que el plan anunciado recientemente por el Gobierno central “es un primer paso” no solo por la dotación, también por hablar por fin del tema. “Que todas las comunidades autónomas tengan su plan sería un paso”, agrega. También reitera que “cuantas más herramientas mejor”.

Entre las claves existentes para ayudar a sus pacientes, Alfonso destaca la necesidad de establecer una búsqueda activa para mantener el contacto e intentar llegar a la raíz de todo lo máximo posible. El Covid-19 ha ayudado a visibilizar la importancia de cuidar la salud mental, pero también ha sido el primero en machacarla. “Ha habido un aumento en la presión asistencial”, detalla Alfonso Jiménez, que cita términos como “ansiedad de malestar, tristeza, claustrofobia o angustia” Él en especial ha vivido momentos duros en Granada, pues se encontraba en Atarfe cuando el enjambre sísmico hizo pasar jornadas muy malas al municipio metropolitano.

El plan que expuso Alfonso para sus compañeros recientemente plantea objetivos como la detección precoz, la intervención en crisis, la continuidad asistencial o formación, pues al final la intención es reforzar dispositivos para una mejor cobertura de los pacientes. Dentro del Plan de acción en el Sistema Sanitario Público de Andalucía para la prevención, atención y postvención del suicidio existen un total de 50 acciones específicas. En el colectivo se seguirá dando un gran valor a la coordinación. Todavía no hay datos confirmados de 2020, pero si existe una alarma por el aumento de lesiones e ideas autolíticas durante un año que fue muy duro para la sociedad. A pesar de la dureza que suponen siempre las frías cifras, España está lejos de las tasas de suicidio de países como Corea del Sur, país con mayor tasa de suicidios del mundo con 23 por cada 100.000 habitantes. En el caso de España son 7, mientras que países más cercanos como Francia y Portugal tienen una tasa de 12,3 y 8,8 respectivamente. Dentro de los países mediterráneos destaca la baja tasa de Grecia con 4.

Mercedes Prieto es una persona que lleva más de 30 años dentro del mundo clínico de la salud mental. La psicóloga perteneciente al Virgen de las Nieves subraya las dificultades que hubo para la atención durante las peores etapas de la pandemia, especialmente durante el confinamiento. Entre los nuevos casos generados por la pandemia destaca “la culpa” que sienten algunas personas cuando contagian a alguien de sus círculos cercanos.

La profesional sanitaria afirma que el sistema necesita más medios y profesionales, por lo que da por buena la aprobación de los planes y estrategias que lleguen: “el hecho de que se elaboren permite otro tipo de actuaciones”. Mercedes hace hincapié en que los suicidios eran ya altos antes de la llegada de la pandemia con sucesos como el estallido de la crisis económica del 2008. La psicóloga explica que entre los elementos sociales más comunes dentro de este término están la vergüenza y la culpa, que tienen relación directa con los “mecanismos de defensa de las personas”. Por otro lado, asegura que “la mayoría de gente hace consultas”.

Trabajar en la “desculpabilización” es una de las tareas que se acomete desde el campo de Mercedes, que trabaja con las familias para “que el duelo sea lo más sano posible”. “Cuanta más implicación”, apostilla. En el Virgen de las Nieves se creó un programa que daba apoyo tanto a familias como a profesionales, pues la psicóloga declara que ellos también pasan por su propio duelo pese a tener preparación para una difícil convivencia con la “culpa” y la “angustia”.

La aprobación de los planes citados puede ser un avance para comenzar a hablar de soluciones para algo que se cobra muchas vidas a lo largo del año en España. A buen seguro que profesionales como Alfonso y Mercedes seguirán luchando para que esta posibilidad tenga recorrido.