Susana Girón y Pierre-Yves Ginet: creadores de conciencias
La muestra fotográfica 'Mujeres en Resistencia' se expone en el patio del Ayuntamiento de Granada
Atardecía en un día lluvioso de marzo y se oían los gritos de las manifestantes de la marcha feminista desde el patio del Ayuntamiento de Granada. En ese momento se inauguraba la exposición ‘Mujeres en Resistencia’, que comprende un amplio fotorreportaje del francés Pierre-Yves Ginet. La apertura se encomendaba a la concejal de Cultura, Lucía Garrido, acompañada de los representantes institucionales de la Alliance Française y el Institut Française junto a la asistencia de la fotoperiodista granadina Susana Girón. Esta expone cuatro retratos de mujeres ejemplares de la provincia: la decana del colegio notarial de Andalucía María Teresa Barea; la jugadora del Granada Fútbol Club Laura Pérez; la poeta Ángeles Mora y Julia Arán, alma luchadora, madre de dos hijos con parálisis cerebral.
Susana nació en Huéscar, pueblo de la comarca oscense del norte granadino, en el inflexivo año de 1975. En un principio, cursó la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Politécnica de Madrid. No sería hasta los 28 años cuando, reconociéndose con status personal de estabilidad, decidiera introducirse en la fotografía “como hobby” – nos cuenta en su conferencia 'Contar historias con fotografías', organizada por la Universidad de Granada y el Cercle de Culture Francophone-. Al poco tiempo tomó conciencia de que la fotografía y sus posibilidades narrativas eran para ella una vocación. Regresó a la Universidad y estudió Fotografía y Artes Visuales en la Universidad Miguel Hernández, en Elche. “Entonces empecé a ir a todos los cursos que se hacían, a exprimir a todos los periodistas que había (…) a beber todo lo que caía en mis manos”, asegura. Comenzaba un trabajo arduo, con la inestabilidad y la incertidumbre del autónomo – freelance independiente –, pero con la fuerza de las vocaciones obstinadas: “Si me encargaban una foto, yo les mandaba 27”; “si estaba en Georgia y me llamaban para hacer una foto en Madrid, les decía que estaba en Madrid, cogía un avión y me volvía”.
Se vio influenciada por las obras de Joana Biarnés i Florensa - que trabajara para el extinto diario Pueblo y para el ABC, conocida por su audacia en la resolución de sus objetivos periodísticos, tan extraordinarios – y por Gerda Taro, la gran fotoperiodista alemana, conocida por conformar junto a su marido (Ernö Friedmann) el pseudónimo “Robert Capa”, que fallecería siendo corresponsal en la Guerra Civil Española. Estas son, respectivamente, la primera mujer española en ejercer el fotoperiodismo y la primera mujer en la historia en hacerlo. Susana Girón considera que la presencia de la mujer en el fotoperiodismo – actualmente solo un 15 por ciento de los fotoperiodistas lo son– es una cuestión de enriquecimiento, de traer al nuevo periodismo las posibilidades expresivas y temáticas de una mirada femenina. Las mujeres fotoperiodistas, cuenta, pueden ser especialmente solventes en determinadas situaciones, acceder a ámbitos más privados gracias a la confianza que transmiten. En ese sentido, nos cuenta cómo pasó una semana conviviendo con refugiados sirios en Estambul, una experiencia que considera fue, quizá, facilitada por ser mujer: "Generamos mucha más confianza, menos miedo”.
En sus 18 años de periodismo activo, ha trabajado para medios como The New York Times, Stern, La Nación, Der Spiegel o el diario español El País. Ha sido galardonada con el International Photography Grant, London Business School y el Premio Félix Ordoñez de Fotografía. Su obra abarca desde sucesos de interés internacional, las grandes corrientes migratorias de Centroamérica y Oriente Medio, los conflictos del Líbano o las leproserías de Mumbai, hasta publicaciones en papel como ‘Yo bailo’, donde expone con gran intensidad, dinamismo y notable belleza impresiones de la bailaora flamenca María Moreno. Su último galardón fue el Atlanta Photojournalismo Award 2020, debido a su trabajo ‘Los días intactos’, en el que proyecta la vida interior de su la hacienda de su padre, confinado en la primera ola de la pandemia.
“Iba a diario a fotografiarle”, relata. Esta es quizá su serie más íntima, un proyecto que consta de 15 imágenes. Es una apertura hacia la privacidad de su figura paterna durante el primer confinamiento; vemos la entretenida realización de un crucigrama, las inquietantes primeras mascarillas que reusábamos inconscientemente, dibujos de ánimo de los nietos que no pueden ver a su abuelo, y ese gesto de asomarse a la ventana que no era más que mirar de frente a la incertidumbre; al fondo, una cadena de televisión nos cuenta las cifras de muertos y vemos, en un claroscuro, un plano de una morgue pandémica en Madrid.
El carácter internacionalista, profundo en lo humano, de Susana Girón engarza con la obra del fotoperiodista francés Pierre-Yves Ginet. Nacido en Roanne, en 1967, desarrolla una obra de honda conciencia feminista – siendo miembro al Haut Conseil à l´égalité entre les femmes et les homme y colaborador de la revista Femmes ici et ailleurs –. Comenzaría en 1998 su interés por la representación de la mujer y sus luchas liberadoras; realizaría un fotorreportaje de la religiosa tibetana Ngawang Sangdrol, tomando entonces conciencia de las oportunidades que el asunto le abría, como afirma en su conferencia Voyage aux pays des femmes en résistence. Concibió entonces un recorrido internacional en el que la mujer sería su objetivo, y sus condiciones contextuales, la narrativa.
Así se construye la exposición Mujeres en Resistencia. Consiste en un trazo profundo entre la vida de colectivos femeninos de diferentes partes del mundo, individualidades encerradas en el suspense del cambio -silenciosa a veces, patente y exacerbada en otras-, ante el asomo de lo revolucionario; el ímpetu o la permanencia, la imagen primera de la serie significa un grito justificador de las luchas que después veremos: el vientre inocente de una niña peruana, donde se dibuja una cicatriz que desciende hacia su vagina, esta, tapada por unas bragas blancas y estrelladas; un sexo violado, una niñez rota. Vemos los rostros de viejas mujeres argentinas, todas con sus pañuelos blancos en la cabeza, la congoja en la mirada y la fiebre en los labios, madres que sufren y reclaman los cuerpos de sus hijos perdidos durante la dictadura en la Plaza de Mayo de Buenos Aires; también contemplamos a enfermas de sida en Angola, o las mujeres pobres de Haití.
El eje rutinario en diferentes localizaciones se ordena en un esquema multinacional. La mujer argentina, la senegalesa y la peruana son entonces palpitaciones de lo artístico, las representaciones de una sociedad que bascula, que sufre, que se organiza o se manifiesta. Observamos el lento devenir global, y nos reducimos ante la diversidad inabarcable. Ambos fotoperiodistas – Susana Girón y Pierre-Yves Ginet - son “creadores de conciencia”, como le gusta definirse a la primera, y las mujeres, protagonistas globales, duales, interesantísimas, un sujeto apasionante en el fotoperiodismo contemporáneo.