Te lo dije

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Cuando esta estabilidad tan inestable se rompa, vendrán los “te lo dije”…Pero lo peor, es que lloraremos todos | Foto: Cedida

Son algo más que tres palabras. Frase típica de cualquier persona que nos quiere, pero que no queremos escuchar nunca, porque pone de manifiesto que un proyecto que contaba sólo con mi visto bueno y no con el de nadie más, finalmente se desmorona, y entonces nos lo dicen, y recibimos esa bofetada, que veíamos venir, y que simplemente hemos retrasado un poco.

Lo vemos constantemente, en parejas que sabemos que no van a funcionar o proyectos de difícil emprendimiento que terminan inacabados en un cajón, un cajón desastre.

Y así, de esta misma manera, tenemos a un país entero, en manos de esa “extraña pareja” o “matrimonio de conveniencia”, que hasta hace dos días no se podían ni ver, pero que ahora no pueden vivir el uno sin el otro, y, sobre todo, sin intentar ponerse de acuerdo para dar un paso, lo que es realmente difícil, porque lo que se dice “química” no existe en esta unión. Estamos al amparo de que pongan orden en su relación para poder implantarlo en todos los desórdenes de este país.

Y se han empeñado en que funcione su alianza, pero saben que lo tienen todo en contra, empezando por ese abrazo que intentó parecer un abrazo de reconciliación, pero que en realidad sólo enmascara un “no te aguanto, pero te voy a tener que soportar”, y porque los que han firmado como “testigos” de este idilio, son los mismos que buscan su destrucción y su beneficio, no les importa nada todo lo demás, sólo buscan romper y salir airosos y más acaudalados.

Está muy bien y es totalmente legítimo que cada cual defienda sus ideales, pero es muy difícil defenderlos junto al que hace tan sólo unas semanas pretendía pisotearlos.

No dejo de percibir una inestabilidad total, que lo único que genera es incertidumbre y malestar y una parálisis en un país en el que su gente lucha por avanzar sin tener ayuda.

Si una persona pretende dar lo mejor, a veces, eso es simplemente dar un paso atrás, reconocer los errores y corregirlos. Pero no dejamos de ver día tras día escándalos, el de hoy tapa al de ayer, y así sucesivamente, y no, así no se construyen las grandes empresas ni se alcanzan objetivos nobles ni se consiguen las grandes gestas.

Pero lo peor es que nos estamos acostumbrando a este “circo de las mentiras”, que no hace sino, restarnos credibilidad.

El poder ciega, genera egos, así que no espero ninguna muestra de arrepentimiento de nuestros líderes que se han convertido en una máquina de fabricar noticias sensacionalistas y que intentan tapar sus carencias y sus vergüenzas, que ni las tienen, ni las tendrán.

Nos merecemos los mejores líderes, los que apuesten realmente por todos los ciudadanos y por todos sus intereses, sean del color que sean. Pero asistimos a diario a un espectáculo esperpéntico de luchas de egos que nubla cualquier atisbo de prosperidad. No son capaces de encontrar el rumbo adecuado a todos los problemas porque, para empezar, no se entienden entre ellos, nos tienen perdidos y lo que es peor, no nos dicen la verdad.

Y cuando esta estabilidad tan inestable se rompa, vendrán los “te lo dije”…Pero lo peor, es que lloraremos todos.

“Atrás quedaron aquellos que hoy no necesito nombrar, sólo quedan los amigos, esos que siempre están. Esos que dicen “te lo dije”, pero te abrazan tan fuerte, que te salvan de la tempestad” (Kelbin Torres).