"Todos podemos ser agentes de prevención del suicidio"
El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora cada 10 de octubre y el objetivo es recordar que la salud mental es una base para una vida plena
El 30% de las llamadas que recibe la central del teléfono gratuito de atención a la conducta suicida, 024, es de personas menores de 30 años, en su mayoría, mujeres. Así lo declaraba la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el pasado 8 de septiembre. El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora todos los 10 de octubre y el objetivo que persigue es recordar que la salud de cada individuo -tanto física como mental- es la sólida base para la construcción de vidas plenas y satisfactorias.
Los profesionales dedicados a la salud mental infanto-juvenil dependientes del Servicio Andaluz de Salud (SAS) atendieron en 2021 un 21% más de pacientes que en el año anterior. En total, fueron 89.229 pacientes nuevos hasta los 18 años los que recibieron 330.209 consultas, un 22% más que en los 12 meses previos.
Estas cifras representan un crecimiento superior al conjunto de atenciones en salud mental en Andalucía, donde el incremento fue de un 13% el número de pacientes atendidos y de un 7% en el número de citas totales. En relación con este global, la atención a jóvenes representa un 28% del total de 310.155 pacientes andaluces con problemas de salud mental.
Poco a poco, se van conociendo más datos del perfil sociodemográfico y clínico que tienen las personas que hacen uso del teléfono de atención a la conducta suicida del ministerio de Sanidad. Que la mayoría sean mujeres tiene su por qué, y es que, en general, ellas suelen hacer estadísticamente mayor utilización de los recursos sanitarios y mayor petición de ayuda en comparación con el varón. "Creo que necesitamos analizar e investigar el perfil de la persona que llama a este servicio para maximizar su eficacia e implementar mejoras en el recurso, aunque aún es pronto para extraer conclusiones sólidas. Si hay 300 personas que diariamente llaman al 024, esto indica que hay un problema social y sanitario público que merece toda nuestra atención", expone de manera contundente Miguel Guerrero, coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Marbella y responsable de la Unidad de Prevención e Intervención Intensiva en Conducta Suicida 'UPII Cicerón'.
Según Darias, quienes llaman al 024 lo hacen con el único objetivo de "dejar de sufrir". Sin embargo, es posible que esta expresión tenga una doble lectura que pueda llevar a confusión. Si bien esta es la principal motivación psicológica esgrimida por las personas que piensan en el suicidio -o lo han intentado previamente- como salida a una situación de atrapamiento mental, estas personas no quieren en su mayoría la muerte o niegan la vida, pero sí es cierto que necesitan una salida a una situación de dolor emocional extremo que perciben como urgente e imposible a la vez. "Tenemos evidencia de que, cuando mejoramos las condiciones de vida en las que están inmersas las personas y conseguimos paliar su sufrimiento, su desesperanza y sus sentimientos de soledad e indefensión, quieren vivir", prosigue Guerrero.
El simple hecho de llamar al 024 ya es un gesto valiente, pues es sinónimo de querer salir de ese profundo pozo en el que se encuentran estas personas, viendo la luz, aunque tenue, de una posible huida del dolor que no sea el suicidio. Desde este teléfono, se pueden buscar soluciones a los problemas de salud mental que padecen todos los ciudadanos que llaman, derivados en ocasiones por situaciones complicadas, fracasos personales o laborales, enfermedades propias o de alguien cercano...
"Pienso que si una persona que está pensando en el suicidio o ha realizado un acto suicida pero a la vez llama al 024 para su potencial rescate, significa que hay una situación psicológica de ambivalencia, es decir, la persona quiere morir pero a su vez busca ayuda y protección para evitar la muerte. La persona busca a otro ser humano que la escuche, la comprenda, le haga saber que su idea de suicidio puede ser aplazada y es posible buscar soluciones alternativas a su dolor. En definitiva, buscan esperanza, una persona que les haga ver que su crisis puede ser temporal", explica el especialista.
Igualmente, no son sólo las propias personas que padecen problemas de salud mental las que llaman al 024, sino que también lo hacen allegados, familiares, amigos... Por ejemplo, se dan muchos casos de profesores que llaman pidiendo consejos y pautas para saber detectar cuándo un niño o un adolescente puede mostrar una señal que deba alarmar y así poder intervenir para prevenir y ayudarle en sus circunstancias. Así lo comenta Miguel Guerrero: "También debemos tener en cuenta que pueden llamar familiares, amigos o educadores para informarse sobre cómo actuar ante una situación de riesgo suicida de un ser querido o qué recursos existen para atenderlos profesionalmente".
Este teléfono está pensado como un primer contacto y punto de apoyo para las personas que lo necesitan y suele utilizarse para dirigirlas a Atención Primaria o a urgencias, según la gravedad del caso. No obstante, cada vez hay más demanda de ayuda en este sentido, sobre todo, desde la pandemia de Covid-19. "Las listas de espera de Atención Primaria de psicología y psiquiatría se han disparado. Normalmente, el tiempo de espera para comenzar un tratamiento es de en torno a un mes, pero ahora se ha doblado", asegura Amadeo Oria, psiquiatra en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.
Causas y factores de la depresión
El suicido es un fenómeno humano sumamente complejo y poliédrico. "Es multicausal y multidimensional precisamente para dar cuenta de que, cuando una persona fallece por suicidio, las causas han sido múltiples y en interacción", continúa el experto. "El principal motivo de demanda de ayuda -que no es el más grave, pero sí el más común- viene relacionado con los procesos de ansiedad", manifiesta Oria.
Influyen factores de vulnerabilidad (biológicos, genéticos, rasgos de personalidad o experiencias traumáticas y de abusos en edades tempranas del desarrollo) con eventos estresantes de la vida que generan frustración o angustia vital: pérdidas o duelos de seres queridos; separaciones, pérdidas de expectativas, de salud física o mental, estatus, económicas o del puesto de trabajo. "Cualquier situación de sufrimiento físico, psicológico o social que se viva en desesperanza y soledad puede generar una conducta suicida", sentencia por su parte Guerrero.
"Cualquier situación de sufrimiento físico, psicológico o social que se viva en desesperanza y soledad puede generar una conducta suicida"
La clave, según los expertos, es dar visibilidad a este drama social, pero también normalizarlo porque "le puede pasar a cualquiera".
Pautas y recursos
Los pasos a seguir para ayudar a alguien que sufre problemas de salud mental o que no ve salida a su situación van a depender del rol que cada uno desempeñe en la vida del otro, es decir, la responsabilidad de actuación ante una situación de riesgo suicida de una persona si se es sanitario, educador, familiar o funcionario público, por ejemplo.
Pero lo que es totalmente necesario y preventivo es conocer e identificar a una persona en riesgo de suicidio, tener información de cuáles son las señales de una crisis suicida, actuaciones para evitar o prevenir dicho final de una persona y conocimiento de los recursos sanitarios, sociales y comunitarios que pueden intervenir. De forma general, "debemos aprender a escuchar con empatía y autenticidad a la persona que sufre, validar su dolor, hacerle ver que comprendemos por la situación que atraviesa sin juzgar o dar consejos basados en nuestra experiencia (salvo que se haya pasado por lo mismo), y sobre todo acompañar, no dejar solo y mostrar disponibilidad si nos piden ayuda", aconseja Miguel Guerrero.
"Recomiendo siempre que ante una verbalización de ideas suicidas se anime y acompañe a la persona a solicitar ayuda profesional bien al médico de confianza o en urgencias hospitalarias si la persona manifiesta intención de querer acabar con su vida de forma inminente. Todos podemos ser agentes de prevención del suicidio. Necesitamos conciencia social y alfabetizarnos en la prevención del suicidio", argumenta.
Según anunció recientemente también Carolina Darias, el Ministerio está trabajando para la elaboración de Códigos de Conducta de Riesgo de atención a la tendencia suicida en aras de seguir avanzando y poner herramientas que permitan prevenir para ayudar a que la gente deje de sufrir. Los objetivos de esta hoja de ruta son mejorar el bienestar emocional de la población, atender de forma integral a las personas con problemas de salud mental, apoyar a sus familias y promover un modelo de atención integral y comunitario que favorezca la recuperación y la integración social.
El Gobierno prevé ofertar plazas de Formación Sanitaria Especializada, entre las que se encuentran las primeras 20 de la Especialidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil. Además, se ha abierto una vía de acceso extraordinaria a esta especialidad con más de 800 especialistas presentados.