Tony Adams baja a la Tierra
El técnico inglés debutó con derrota, estrellándose de frente con la realidad de un equipo que es de Segunda División sin necesidad de matemáticas
El Granada es equipo de Segunda División desde hace ya varias jornadas. Y lo es por mérito propio, a falta de que lo confirmen las matemáticas. El Granada volvió a decepcionar a una afición que ya no se cree ni una palabra. Se perdió ante un Celta a medio gas y repleto de suplentes, cayendo en el ridículo.
ONCE CON NOVEDADES
Tony Adams tuvo que tirar de un once revolucionario en su estreno como entrenador rojiblanco. La baja de Foulquier y las molestias de Héctor provocaron que el inglés tirara de dos centrales en los laterales: Vezo y Gastón Silva. Apostó por un doble pivote formado por Uche Agbo y Krhin, al que dio la capitanía y la oportunidad de redimirse. Wakaso y Andreas ocuparon los interiores, con una doble delantera con Ponce y Kravets. La ausencia de Carcela, que salió por la lesión de Kravets, también fue significativa.
ONCE NACIONALIDADES
Para el anecdotario, el primer once de Tony Adams al frente del Granada volvió a repetir aquello de las once nacionalidades, y en esta ocasión, con ningún español sobre el césped. Ochoa (México), Vezo (Portugal), Ingason (Islandia), Saunier (Francia), Gastón (Uruguay), Uche (Nigeria), Krhin (Eslovenia), Andreas (Brasil-Bélgica), Wakaso (Ghana), Ponce (Argentina) y Kravets (Ucrania).
RIDÍCULO
Y tras los noventa minutos, se cayó en el ridículo. Sí, en el ridículo. Más aun teniendo en cuenta el discurso en la previa del nuevo entrenador del equipo. A estas alturas de la temporada, las palabras deben cuidarse al máximo. Adams se pasó de osado en la sala de prensa durante toda la semana, y lanzó al aire que se iban a ganar los siete partidos que quedaban, que se iba a jugar al ataque, que la afición se iba a divertir. Todo fueron eso, palabras lanzadas a la nada, que se vinieron abajo tras noventa minutos.
ILUSIÓN Y DECEPCIÓN
El aficionado granadinista volvió a dormirse con la sensación de haber sido engañado. El cese de Lucas Alcaraz, a pesar de contar con mucha polémica, dejaba sobre la mesa la posibilidad de una reacción de los jugadores, de mejorar al mando de 'Mr. Arsenal', aunque este no tuviera casi experiencia. Se esperaba ver un cambio, atrayendo esperanzas de nuevo.
La derrota del Leganés ante el Espanyol avivó está llama de ilusión, que una vez más se apagó tras un partido mediocre del Granada, que demostró que su descenso a Segunda División es más que merecido.
ADAMS BAJA A LA TIERRA
Adams bajó a la Tierra y se dio de frente con la cruda realidad del rojiblanco horizontal este curso. Ya lo dijo Lucas Alcaraz, no es cuestión de actitud, compromiso o intensidad, es algo referente a la aptitud. La defensa sigue haciendo aguas. Ochoa achica lo que puede, pero en ocasiones incluso se contagia de las fugas, como pasó en el primer tanto de los gallegos, donde Ingason alumbró la laguna, que fue seguida por el mexicano, y rematada por Saunier en una serie de catastróficas desdichas.
CAMBIO DE DISCURSO
Y tras darse con la realidad de frente, Tony Adams cambió su discurso radicalmente. Entendió el malestar de la afición, a la que también pidió apoyo, pero ya no se mostró tan seguro de ganar partidos, simplemente aseguró que se luchará hasta el final En esa línea se mantuvieron las declaraciones de Krhin y Pereira en zona mixta.
EL COLMO: JOZABED
Y para colmo granadinista, el primer golpe de la noche fue a cargo de uno de esos jugadores que pudo ser rojiblanco en verano: Jozabed. Su fichaje estuvo prácticamente hecho, pero finalmente su llegada no se dio. Otra de las tantas batallas inacabadas de Piru.
EL ÚNICO SALVABLE, UNO DE POZZO: UCHE AGBO
Por salvar a alguien de la quema, en este partido en concreto, Uche Agbo dio una exhibición de centrocampista todoterreno. Con un centrocampista defensivo guardándole la espalda, el nigeriano crece y mucho.
EL LARGUERO DE UCHE CON 0-1
Así, con Krhin cubriendo bastante campo, Uche se animó a subir con potencia, llegar al área e incluso disparar desde lejos. El africano reventó el larguero de Sergio Álvarez en una de las mejores ocasiones del Granada con 0-1 en el marcador. De haber entrado ese espectacular disparo, quizás hablaríamos de algo totalmente distinto. El equipo nazarí tuvo sus opciones ante la portería rival, pero la suerte tampoco le sonrió.
DESBANDADA DE LOS CÁRMENES
Los Cármenes ya no aguanta más. En el 72’, Marcelo Díaz anotó el segundo para los gallegos, y cuatro minutos más tarde, Beauvue subía el 0-3. No iba a hacer falta ni que saliera el 'querido' Iago Aspas. Un resultado muy duro que provocó la desbandada de más de la mitad del estadio, que dejó una imagen desangelada. Los aficionados que decidieron quedarse hasta el final gritaron contra los jugadores, a los que llamaron “Mercenarios”, se acordaron de la directiva, y cantaron 'olés' en los pases del Celta. Ver para creer.