Los que trabajan para que otros disfruten sus vacaciones en Granada: "Es nuestro rol"
Un guía turístico, un hostelero y un taxista cuentan cómo viven la labor de propiciar el disfrute de otros durante el verano
Cuando llega el mes de agosto a Granada, se nota en el ambiente. El flujo de personas en las calles disminuye, muchas tiendas cierran sus puertas y se siente un aire de relajación en la ciudad. Los granadinos comienzan a disfrutar de sus merecidas vacaciones, algunos se quedan en su hogar y otros aprovechan para viajar a otros lugares.
Sin embargo, hay personas que viven el verano de una manera muy distinta al resto. Se trata de aquellos que realizan oficios clave para que las personas puedan disfrutar de sus vacaciones y que, con su trabajo, garantizan que otros vivan días de descanso inolvidables. Ellos, que desde hace años que no descansan en verano, cuentan a GranadaDigital sus experiencias.
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"Es el rol que tenemos en la hostelería y hay que asumirlo"
Raúl Prados es dueño de la cafetería y cervecería 'Prados' del Zaidín y, según cuenta, hace 18 años que trabaja todos los veranos. Aunque no oculta que "trabajar en verano es un poco jodido", también indica que ya está acostumbrado a realizar esta labor y dice que "es el rol" que tienen en la hostelería y "hay que asumirlo".
Y aunque lleva tantos años pasando el mes de agosto atendiendo en su negocio, de todas maneras cuenta que no siempre es fácil. "Uno ve que están todos disfrutando y uno aquí trabajando", cuenta entre risas. Pero Raúl lo asume con humor y destaca la importancia de su rol para el resto de los granadinos: "Nosotros trabajamos para que otros disfruten".
Y es que, según relata este hostelero, no pueden desaprovechar el flujo de personas que llegan al barrio del Zaidín. "La zona en la que estamos no es mala, hay mucha gente que se queda en vacaciones y que recibe a gente que viene de visita", dice. Por eso, los bares de la zona cierran en momentos distintos del año, de manera de que siempre se mantenga uno abierto: "Nos turnamos para cerrar y cazamos clientela de otros que han cerrado, y cuando yo cierre, otros cazarán mi clientela".
En su labor como hostelero asegura que no siempre está la posibilidad de descansar. "Hay muchos años que no he tenido vacaciones", cuenta. Pero lo cierto es que últimamente intenta darse ese tiempo con su familia y aprovechar algunos días en el mes de octubre para también tener su merecido descanso.
"Ves a la gente en las terrazas con su cervecita y tú tienes que trabajar"
Una historia similar es la de Miguel Campos, quien es guía turístico en Granada, y que -al igual que Raúl- lleva muchos años seguidos trabajando durante los meses de verano. Según cuenta, "cuando llega agosto, sientes la necesidad de tener un poquito de descanso". Pero lo cierto es que también la llegada de turistas aumenta los requerimientos de trabajo y debe aprovecharlo. "Día que trabajamos, ganamos y día que no trabajamos, no ganamos", indica.
Para Miguel, lo más duro de trabajar en verano es sobrellevar las altas temperaturas, pues "el trabajo de guía es en la calle y en las visitas hace muchísimo calor". "Es muy exigente desde el punto de vista físico, porque tenemos que caminar y hablar constantemente", dice. Su principal punto de trabajo es la Alhambra, el monumento más visitado por turistas en Granada, donde "algunos sitios sí son fresquitos, pero otros sitios son un horno", narra con humor el guía turístico.
En todos los años en los que lleva realizando esta labor de guía turístico, asume que siempre es difícil mantener el ritmo en verano: "Te levantas por la mañana, no hay nadie por la calle, ves a la gente en la terracita, con la cervecita, en la sombrita a gusto, y tú tienes que trabajar". Pero sabe que así es su trabajo y, a pesar de todo, lo disfruta. "Nuestra profesión es muy satisfactoria", dice, pues toda una jornada de calor puede verse compensada con un bello recorrido y bonitas experiencias.
Y para poder descansar, aunque sea un poco, Miguel tiene sus métodos. "Lo que hago es engañar un poquito al cuerpo, un fin de semana larguito en julio y otro en agosto, para cambiar de aire", cuenta. De todas maneras, en la temporada más baja, que es en enero, siempre busca algunos días en los que pueda reponer las energías e incluso hacer algún viaje: "Todos los países que conozco, los conozco en invierno", asegura entre risas.
"La gente no quiere caminar por el calor y coge un taxi fresquito"
Juan José López es taxista desde hace 30 años y según dice prácticamente todos los veranos ha trabajado. Él sabe que su rol es muy importante en estas fechas, pues las altas temperaturas dificultan mucho que las personas caminen por la ciudad y requieren de un vehículo que les transporte. "La gente tiende a coger un taxi fresquito con el aire acondicionado y lo agradece", dice.
De todas maneras, asegura que personalmente siempre están las ganas de tomar un descanso en agosto, pero también es consciente de que hay que continuar. "Tenemos que trabajar, somos autónomos y los impuestos siguen corriendo. Uno tiene que aprovechar cuando hay, para cuando no hay", indica. Según explica, "se van los estudiantes, pero tenemos a los turistas. Hay más gente que viene en verano, hay movimiento".
Sobre trabajar durante agosto, Juan José cuenta que lo más difícil es convivir con "el calor insoportable del verano", pero dice que hay que "pasar el trago como se pueda". Él tiene claro que "el trabajo de taxista es así". "Cuando la gente está de fiesta, disfrutando, tú tienes que estar trabajando. Cuando eres más joven te cuesta más, pero ya con los años te vas acostumbrando", comenta.
Lo importante, dice el taxista, es "adaptar tu vida a tu trabajo y tener algunos ratillos de descanso para sobrellevarlo". Por eso aprovecha el día libre que tiene semanalmente para cambiar un poco de aire y disfrutar -aunque sea brevemente- de un día en la playa o en la piscina. "Necesita uno recargar las pilas también", dice. Pero lo cierto, es que "un mes seguido de vacaciones aquí no se conoce normalmente", asegura. "Son periodos cortos que puedes tomarte unos días", añade.