Tras dos años de conflicto, Yemen está más cerca de la hambruna que de la paz

El 60% de la población está en situación de inseguridad alimentaria y 462.000 niños están a un paso de morir de hambre

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Conflicto en Yemen
E.P.
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El 26 de marzo de 2015 una coalición encabezada por Arabia Saudí bombardeó posiciones de los rebeldes huthis en Yemen, internacionalizando un conflicto que llevaba meses gestándose y que había empujado al exilio al presidente del país, Abdo Rabbu Mansur Hadi. Dos años después, el país se enfrenta a una grave crisis humanitaria que le sitúa más cerca de la hambruna que de la paz.

Las conversaciones de paz auspiciadas por la ONU en Kuwait fracasaron el pasado verano, sin que por el momento las partes hayan dado visos de tener intención de que se reanuden. Y ello pese a los constantes llamamientos, sobre todo desde Naciones Unidas y las agencias humanitarias, a que cese la violencia y se permita el acceso de la ayuda.

El conflicto enfrenta al Gobierno de Hadi, que ha conseguido instalarse de forma temporal en Adén, la segunda ciudad del país, y que cuenta con el respaldo de la coalición que lidera Riad, con los rebeldes huthis, respaldados en la distancia por Irán y sobre el terreno por las fuerzas leales al expresidente Alí Abdulá Salé, derrocado tras la Primavera Árabe vivida en el país.

Los huthis, que pertenecen a la corriente zaidí del chiísmo, controlan actualmente la zona norte del país, así como Saná, la capital, que tomaron en septiembre de 2014. En su ofensiva inicial se hicieron con más terreno, pero las fuerzas gubernamentales, apoyadas por los bombardeos aéreos de la coalición, les arrebataron sus posiciones en el sur.

Actualmente, los combates están centrados en la costa del mar Rojo, en torno a Taiz, la tercera ciudad del país, y el puerto de Hodeida, clave para la entrada de alimentos y otras mercancías al país, objeto de un bloqueo naval por parte de la coalición.

El caos reinante en estos dos últimos años ha sido aprovechado por los grupos terroristas. Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), que ya estaba presente con antelación, consiguió hacerse de Al Mukalla, el quinto puerto del país, de donde fue expulsada en una ofensiva militar respaldada por Emiratos la primavera de 2016. No obstante, AQPA sigue manteniendo su presencia en distintos puntos, incluidas las provincias de Shabwa y Hadramawt.

Por otra parte, el país ha visto emerger una filial de Estado Islámico que, además de contar con campos de entrenamiento en el sur, ha reivindicado numerosos atentados contra objetivos vinculados a los huthis.

CASI 5.000 CIVILES MUERTOS

Mientras tanto, la población civil, como suele ocurrir en todos los conflictos, ha sido la que ha pagado un precio más elevado por este conflicto. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al menos 4.773 civiles han muerto y otros 8.272 han resultado heridos, en estos dos años, si bien se sospecha que el balance real sería muy superior.

Actualmente, 18,8 millones de yemeníes, dos terceras partes de la población, necesitan algún tipo de asistencia o protección, lo que convierten a Yemen, según la ONU, en una de las peores crisis humanitarias actuales. Especialmente preocupante es la inseguridad alimentaria que afecta a 17 millones de personas, el 60 por ciento del a población.

"El conflicto en Yemen es ahora el principal motor de la mayor emergencia de seguridad alimentaria en el mundo", afirma el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Stephen O'Brien. Según datos de UNICEF, 462.000 niños están a un paso de la muerte por malnutrición severa aguda y un niño muere cada diez minutos en el país por enfermedades prevenibles.

El representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Yemen, Stephen Anderson, advierte a Europa Press de que "las tasas de malnutrición aguda han pasado el umbral de 'crítico' en cuatro provincias y la producción agrícola está cayendo en todo el país, por lo que la población podría caer en la hambruna si no consigue el apoyo que necesita".

Sin embargo, la ayuda humanitaria se está viendo lastrada por la inseguridad y la denegación del acceso a las zonas más necesitadas por parte de las partes enfrentadas, que han sido acusadas de cometer abusos de los Derechos Humanos y de atacar instalaciones de uso civil como escuelas u hospitales.

"Las partes en conflicto están usando la economía para hacerse el mayor daño posible y al final los que pagan son los yemeníes, que no pueden comprar una comida que cuesta el doble o el triple de su precio", denuncia la representante de UNICEF en Yemen, Meritxell Relaño, incidiendo en que la falta de combustible y la pérdida de poder adquisitivo y de sus medios de vida están teniendo un enorme impacto en los yemeníes.

LA PAZ, LA MEJOR AYUDA

Así pues, dado el riesgo real de que durante 2017 pueda registrarse una hambruna en el país, uno de los más pobres del mundo ya antes de este conflicto, el jefe de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en el país, George Khoury, tiene claro que "la mejor asistencia humanitaria en Yemen es la paz"

Khoury confía en que "las partes en el conflicto elijan en 2017 que el único camino hacia una solución es la negociación y el diálogo, por muy desafiante que pueda parecer". "No hay una solución militar y los yemeníes necesitan la paz. Solo una paz sostenible puede traer las soluciones, la esperanza y un futuro para los yemeníes", defiende en declaraciones a Europa Press.

Por su parte, el director de Oxfam en Yemen, Sajjad Mohamed Sajid, advierte de que "si las partes en el conflicto, y aquellos que lo están fomentando con la venta de armas, siguen ignorando la crisis alimentaria en Yemen, serán responsables de una hambruna".

Los yemeníes "se están muriendo de hambre" y necesitan ayuda humanitaria, pero "en último término, lo que necesitan es el fin de los enfrentamientos", añade. "Todas las partes en el conflicto tienen que comprender que la hambruna es el verdadero enemigo de Yemen. Prevenir la hambruna debe ser prioritario a los objetivos militares de cualquiera de las partes", defiende Sajid, para quien "el mundo no puede esperar a que se declare una hambruna en Yemen o será demasiado tarde".

"El acceso de los trabajadores humanitarios a las poblaciones afectadas se está dificultando cada vez más. Instamos a la comunidad internacional y las partes en el conflicto a que intensifiquen sus esfuerzos para mejorar el acceso a las víctimas", reclama por su parte Serge Breysse, director técnico y de incidencia política de Acción contra el Hambre.