Deportistas granadinos recuerdan su paso por Barcelona 92 treinta años después

La antorcha olímpica pasó por la provincia antes de partir hacia la sede catalana, donde un total de cuatro granadinos representaron a España

Juegos Olímpicos Barcelona 92
Ceremonia de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 | Foto: Gabinete
Juan Pérez Martín
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Barcelona celebra este lunes el trigésimo aniversario de los Juegos Olímpicos de 1992. Dicho evento marcó un antes y después en España, que dio un paso más en su desarrollo económico y social. La mentalidad y la forma de ver las cosas cambiaron por completo para los españoles, que celebraron una ceremonia de ensueño gracias a la majestuosa organización y a los grandiosos resultados conseguidos por el Comité Olímpico Español (COE) en diferentes disciplinas, sumando finalmente 22 medallas y colocándose en el sexto puesto del ranking mundial de naciones con más galardones.

Además de todo esto, aquellas grandiosas olimpiadas brillaron más que otras por la excelente planificación de las diferentes federaciones que, a raíz de ello, hicieron que España se consagrase como uno de los países más potentes en el ámbito deportivo y se convirtiera en un espejo para otras naciones. El país peninsular, que venía de vivir una dictadura y una guerra civil años atrás, germinó y evolucionó para colocarse como una extraordinaria y esencial figura en este tipo de eventos. Las ganas y emoción entre los presentes fueron notables, sobre todo, en las vísperas del comienzo del acontecimiento.

La ceremonia de inauguración, que se realizó tal día como este lunes en 1992, congregó a unas 90.000 personas. A su vez, 3.500 millones de espectadores de todo el mundo siguieron el espectáculo por la televisión. Josep Carreras, Plácido Domingo o Montserrat Caballé fueron algunos de los encargados de deleitar a los asistentes con sus voces en la presentación.

Granada, una ciudad entregada con Barcelona 92

Aunque no estén muy cerca la una de la otra, Granada ejerció como intérprete que, pese a no tener mucha visión de cara al público, respondió adecuadamente para que todo continuará según se había previsto. La ciudad nazarí fue vital para la celebración de Barcelona 92. El recorrido de la antorcha olímpica tenía que pasar por territorio granadino y, si la llama olímpica no llegaba hasta el pebetero olímpico el día de la inauguración, la celebración en la Ciudad Condal no tendría mucho sentido.

Así, Granada acogió con mucho cariño, ilusión y emoción la cita. Roberto Casares, deportista granadino que fue a dichas olimpiadas, asegura que "cuando te avisan de si quieres llevar la antorcha olímpica, ya empieza la cuenta atrás". A él, que le tocó transportarla por la zona de la subida al Puerto del Suspiro del Moro, afirmó que los 500 metros de subida "se me hicieron eternos: era cuesta arriba y me costó mucho". Nunca se le olvidará la anécdota que le sucedió durante el transcurso, debido a que "empecé a sudar mucho y tenía a toda la gente y los medios mirándome a mí".

Para David Serrano, que tiene el privilegio de ser de los primeros deportistas españoles de bádminton en competir en unos Juegos Olímpicos, fue una experiencia muy bonita: "Pasear la antorcha por tu barrio, en mi caso, el Zaidín, donde viven mis padres, es una experiencia muy entrañable". Asimismo, calificó aquellas Olimpiadas como "algo muy excepcional que pasa una vez en la vida", sumado "al ambiente, que fue mucho más grande y cerca de mi gente. Las sensaciones fueron mágicas. Yo fui a las Olimpiadas de Atenas 2004 como entrenador y lo viví de otra manera. Barcelona 92 fue un impulso en mi carrera profesional", confirma.

José Esteban Montiel, atleta granadino que también estuvo presente en Barcelona 92, fue el último relevista que portó en Granada la antorcha olímpica. El maratoniano aseguró que había "mucha expectación" al respecto, ya que fueron varios los representantes desde Granada: "Tenía ciertas posibilidades. Quedé quinto de Europa y decimosegundo del mundo en el Campeonato Mundial de Maratón de 1991. La gente confiaba en mí en el deporte rey de las olimpiadas y en la prueba por excelencia: la maratón. Fue antes de la ceremonia de clausura, por lo que todo el mundo estuvo pendiente". Sin duda alguna, lo que más le sorprendió fue la respuesta de los granadinos, ya que "se quedaron unas 8.000 personas sin poder entrar al Pabellón de Deportes para ver encender el pebetero aquí".

Montiel expresa que fue algo que desató mucha alegría debido a que era un proyecto que "se fraguó mucho antes", lo que hizo que se tuvieran que preparar al máximo para ese momento. "Se promocionó mucho desde que se designó a Barcelona los cinco años anteriores. Después de Barcelona 92, vino una crisis económica y todo lo realizado, planeado y anunciado en cuestiones deportivas se perdió de nuevo. Ahora parece que se está volviendo a recuperar. Se avanzó y luego se perdió mucho", admite José Esteban Montiel.

"Barcelona 92 cambió a España. Hay un antes y después en los deportes. Se creó el programa ADO (Asociación de Deportistas Olímpicos) para ayudar a los deportistas nacionales de alto rendimiento y eso ayudó a impulsar al deporte español, sobre todo a los más minoritarios. Se dieron ayudas para todas las federaciones deportivas españolas", dice Serrano, actual secretario general de la Federación Española de Bádminton.

Expedición España Barcelona 92'

La expedición española, con el rey Felipe VI como abanderado, consiguió un total de 22 medallas olímpicas | Foto: RTVE

Por otro lado, una de las principales cosas que más llama la atención es estar reunido con los mejores deportistas de la nación y de todo el mundo en la villa olímpica. Roberto Casares destaca que allí "estás rodeado de grandiosos deportistas".  Si algo resalta es que se vive "con mucha naturalidad" en todo momento, ya que, según cuenta, había un gran clima con todos los deportistas españoles: "Estaba el rey Felipe, que en aquel momento era príncipe, compitiendo en vela y, entre nosotros, nos preguntábamos cuándo competíamos, si habíamos conseguido alguna medalla…".

Por su parte, Montiel guarda una percepción similar: "La convivencia no cambia con respecto a cuando vas a otras competiciones. Había mucha naturalidad. Realmente, no se estaba los 15 días allí. Íbamos por grupos. Yo corría el domingo, el último día, por lo que no fui hasta el jueves. Fui a un apartamento con los que siempre había estado conviviendo y tenía relación con los competidores extranjeros de tu disciplina".

Mientras tanto, David Serrano confiesa "guardar muy buenos amigos tras la convivencia en los Juegos Olímpicos", lo que demuestra que el ambiente en el recinto era "magnífico", La expedición, "posiblemente fue la mayor del olimpismo español", continúa.

"Barcelona 92 nos posicionó ante el exterior y la clave fue la confianza"

Los tres coinciden en que todo salió excelentemente, como se esperaba y se había planeado. Para Casares, que compitió en tenis de mesa de manera individual y en dobles, la clave de ello fue la propia confianza: "Barcelona 92 nos posicionó ante el exterior. La clave fue la confianza. Creímos en nuestras posibilidades, nos empezamos a creer que éramos buenos en muchos ámbitos de la vida. Veníamos de unas décadas en las que no teníamos un gran posicionamiento en el resto del mundo. Fuimos un gran país y una gran potencia, al nivel de otras muy similares como Francia, Italia, Alemania…".

La emoción se palpaba "a nivel general. Era una prueba de fuego para España. Se volcaron todos los medios y todo el mundo, en general. La gente lo siguió intensamente. Todo el mundo gozó de aquellas Olimpiadas -voluntarios, técnicos, deportistas…-. Fue un empuje para el cambio y marcó un antes y después para España como país", sentencia el tenista de mesa.

Los de Barcelona 92 pasarán a la historia por ser los únicos Juegos Olímpicos que se han celebrado en España hasta el momento y por despertar un sentimiento de unión entre todos los ciudadanos, que aportaron su granito de arena para poder conformar un evento en el que se consiguió un éxito rotundo de la nación española de cara al exterior y para el propio deporte.