Ultiman los trabajos para instalar el servicio de reciclaje de residuos en el Puerto de Motril

Puerto de Motril
E.P.
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Los trabajos para instalar en el Puerto de Motril (Granada) un sistema de reciclaje de basura orgánica e inorgánica procedente de los barcos pesqueros y los que genera la propia dársena están casi finalizados y se prevé que el proyecto, pionero en España y en todo el Mediterráneo, arranque en unos días.

La idea es que los residuos inorgánicos que se producen en el curso de la actividad pesquera, tanto los que se extraigan del mar, especialmente plásticos, como los originados a bordo, se almacenen en los pesqueros y sean transportados al puerto.

Allí serán recogidos, clasificados y depositados en los contenedores de residuos correspondiente, cuya instalación se está ultimando estos días, según ha detallado a Europa Press el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Motril, Ignacio López.

Serán precisamente los pescadores motrileños quienes impulsen esta iniciativa de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, a través del Grupo de Desarrollo Pesquero Granada-Motril, con la colaboración de la Cátedra Relex de la Universidad de Cádiz.

El patrón de la Cofradía de Pescadores afirma que la flota de arrastre, compuesta por unas 17 embarcaciones, se muestra a favor de esta medida. “La pesca sostenible es por una parte el equilibrio entre la extracción y los recursos existentes y por otra el cuidado del medio marino, que, al fin y al cabo, es nuestro medio de vida”, ha relatado.

Según ha explicado, en una jornada de faena pesquera, cada barco de arrastre puede recoger del mar una media de diez kilos de residuos inorgánicos para su traslado al punto de reciclaje en el puerto.

La pretensión es contabilizar diariamente los kilos de residuos que se vayan recogiendo, aportando datos como su localización y clase -envases, plásticos, residuos de la actividad agrícola– de cara a hacer un estudio pormenorizado de la situación, a la vez que se limpian los caladeros.

Este proyecto también tienen un componente de solidaridad, ya que los pescadores destinarán los descartes de la pesca –especies de bajo valor comercial– al Banco de Alimentos.