El último episodio de la vergüenza en la zona Norte: sin pulsador de teleasistencia por los cortes de luz
Los apagones funden el aparato de Beatriz, una vecina de 76 años que es paciente oncológica por cáncer de mama y tiene un monitor de Holter
El grado de ignominia que están llegando a soportar los vecinos de la zona Norte de Granada alcanza límites indefendibles y se recrudece un poco más conforme se suceden los días. Los cortes de luz atosigan desde hace tres lustros a un barrio condenado a la resignación de vivir con una vela cerca por si los apagones vuelven a dejar a oscuras a los vecinos. La situación no pasaría de ser incómoda y molesta si no fuera porque este mismo miércoles los termómetros de la capital marcaban a primera hora los dos grados negativos.
Pero no es sólo la pobreza energética la que convierte a este distrito, con creces, en el más marginado de la ciudad. Familias que no pueden mantener los alimentos fríos en la nevera, niños que estudian con linternas o vecinos electrodependientes a los que no les funciona un respirador. La lista de la vergüenza nunca deja de crecer ni de incorporar nuevas situaciones que escapan a la imaginación, pero no al radio de acción del abandono institucional. Y mientras la Navidad resplandece en cada bombilla del centro, la última ha sido la de Beatriz, una mujer de 76 años que es paciente oncológica por un cáncer de mama y a la que los 'microcortes' de los últimos días han terminado por fundir su aparato avisador del servicio de Teleasistencia.
Un triste nuevo episodio que ha dado a conocer este miércoles a través de su cuenta de Facebook la presidenta de la Asociación de Vecinos Nueva Cartuja, Rosa García. "Una subida de tensión y se acabó la única manera de que te salven la vida en caso de accidente o problema grave de salud, el aparato que conecta a Beatriz con las urgencias sanitarias se quema anoche por una subida de tensión después de muchísimos cortes de luz y dando gracias a Dios de que su hija se dio cuenta y se quedó con ella. Si no se da cuenta su hija, Beatriz se hubiese quedado tranquila pensando que todo está en orden", denuncia en esta red social.
García, vecina de Beatriz en la calle Joaquín Corral Almagro, se hace la misma pregunta que se haría cualquiera en una situación similar: "¿Y si ahora a Beatriz le falla el corazón o tiene una caída?" "¿Qué hubiese pasado si ella no sabe que el aparato está roto?", lanza a modo de reflexión. Y prosigue: "¿Y si fuese de esos muchos vecinos o vecinas que viven solos y su única protección y seguridad es su botón de Teleasistencia? Al final habrá que lamentar algo muy muy grave". Con un "por favor, ya no se puede más. ¡Ayuda!", la presidenta pide a Endesa "humanidad". Y a la Junta de Andalucía y el Gobierno de España que "acaben con esto de una vez".
"Esta semana, los cortes de luz han durado seis, siete u ocho horas. El resto del día hemos estado con 'multicortes'. O sea que va y viene, va y viene. Y en una de esas venidas es cuando se le quemó el aparato a la mujer. Si Beatriz llega a ser una de esas personas que viven solas, y su hija no se da cuenta de que no funciona el aparato, a Beatriz le da cualquier cosa o se cae y nadie la atiende. Estamos llegando a un extremo de tal vulneración de derechos humanos que no sé a qué están esperando. No sé si están esperando a que un día nos encontremos muertas en su casa a Beatriz, a Clemencia o a Victoria", escenifica para GranadaDigital dibujando un decorado tétrico pero nada lejano: "No encuentro explicación".
Rosa García, que atiende a este periódico no como presidenta de su barrio sino "como vecina que sufre los cortes de luz", explica que Beatriz, la nueva protagonista de este serial interminable, "es paciente oncológica de cáncer de mama y además tiene instalado un monitor Holter para el corazón que la conecta con la Unidad de Cardiología del Virgen de las Nieves". Lo tiene claro: "La luz para Beatriz es, indispensable no, es su vida".