¿Un botellódromo 'en-cubierto'?
El PP ha planteado, como posible solución al botellódromo, buscar un espacio donde mayores de edad puedan beber de "forma moderada y a un precio asequible”
Ayer tarde se celebró en Granada la sesión constitutiva de la comisión sobre el ‘botellón’, que se saltó la parafernalia de constitución y entró al lío pronto.
Dos horas y media de reunión en un turno de palabra que dio tres veces la vuelta a la mesa. En ella, sentados y con voluntad de diálogo, estaban: dos concejales del equipo de Gobierno local (María Francés y Fernando Egea), más su portavoz, Juan García Montero; los portavoces de los grupos municipales de la oposición (salvo en Vamos, Granada, que asistió Manuel Merino en vez de Marta Gutiérrez); algunos miembros de la plataforma de vecinos en contra del botellódromo; el jefe de la Policía Local, José Antonio Avilés; el director de Proyecto Hombre en Granada, Manuel Mignorance; representación de MEDIALAB (un laboratorio de investigación en cultura y en la sociedad digital) y también un representante de la Asociación Española de Universitarios, José López. Se echó en falta, y se comentó en este foro de debate, la presencia de algún colectivo de jóvenes ya que, al fin y al cabo, con ellos va el asunto.
Hubo ideas como sillas en el salón de comisiones, donde se celebró esta sesión, y lo cierto es que cada uno barría hacia su terreno aunque sí coincidieron todos en que una solución hay que tomar, bien por un problema de salud pública, bien por un problema en la convivencia entre estos jóvenes y los vecinos que viven cerca del botellódromo, bien por el futuro de la juventud y bien por otras reflexiones más en las que profundizaron estos colectivos.
Se sacaron tres ideas claras (expuestas por el grupo de investigadores sociales amen de un estudio): una, que los jóvenes acuden al botellódromo para reunirse con sus ‘semejantes’; dos, para gastarse menos dinero en copas; y, tres, para divertirse.
LA GRAN PROPUESTA
Juan García Montero, quien tomó nota absolutamente de todo lo que proponían las distintas voces, ató cabos y propuso una idea de la que él mismo dudó. –Quizás sea un disparate lo que voy a decir... Bueno, yo lo propongo y ya lo valoraremos--, dijo Montero antes de lanzarse al charco con la única propuesta concreta que se oyó en esa mesa. “El problema social se nos escapa de nuestras competencias”, se refirió Montero al tema de la 'cultura del botellón’, y prosiguió: “pero lo que sí podemos hacer desde el equipo de Gobierno es crear un espacio de ocio saludable, en el que se pueda consumir alcohol, de forma moderada y a un precio más asequible, siempre y cuando sean mayores de edad”, propuso el portavoz de forma pausada para ver en la caras del resto cómo encajaba la idea. Tuvo que concretar algo más: “Tendríamos que articular que días se abriría, porque no sería todos los días, y podría acoger conciertos e, incluso, la Orquesta Ciudad de Granada podría ofrecer alguno”, sugirió el portavoz del PP. “Valorarlo y, si os parece, lo abordamos en la próxima reunión de esta comisión”, añadió el edil.
Se hizo el silencio durante unos segundos y, pronto, volvieron cada uno a recalcar sus preocupaciones en este asunto, en un punto y aparte en la propuesta que acababan de oír.
LOS VECINOS, “HARTOS”
La plataforma vecinal “No al botellódromo” no anduvo con rodeos. De hecho, habían preparado una especie de manifiesto en el que se enumeraban las razones por las que están totalmente en contra del botellódromo. Un hombre, que prefiere mantenerse en anonimato, hizo de portavoz y leyó con tono firme lo que estos vecinos sienten, piden y esperan.
“Esta plataforma no se sienta hoy en esta mesa como expertos sino como unos vecinos sufridores, con sobrada experiencia, de los daños colaterales que ocasiona este espacio. Daño físico y psíquico que nos produce no poder descansar los jueves, los viernes, los sábados… y otros días. No sólo hablamos de la Fiesta de la Primavera, sino de más días al año”, leía este hombre dando voz a un problema en la convivencia de estos vecinos pues no descansan por el ruido que genera el trasiego de jóvenes que se dirige al recinto y por los ‘regalos’ en forma de orina (incluso excrementos) que se encuentran en las calles, portales y escaleras de su barrio.
Y ampliaron su argumento. “Esto es algo que va más allá del barrio. Cerca del botellódromo hay cuatro colegios y un hotel muy importante. La imagen que se llevan los turistas de Granada…”, manifestó este vecino, quien pidió que esta comisión cree una hoja de ruta para establecer progresivamente el cierre de este espacio y, mientras eso ocurre, que se cumpla al 100% el decreto dictado por la Alcaldía a este respecto así como que se busquen alternativas de ocio para los jóvenes.
La Plataforma propone que este espacio se divida en dos espacios vallados: una pistas para uso deportivo y una zona para el disfrute de las personas mayores (con bancos, aparatos de gimnasia y zonas de juego).
LA POLICÍA HACE LO QUE PUEDE
José Torres Hurtado, el alcalde de Granada, dictó un decreto municipal en octubre de 2015 con una batería de medidas encaminadas a obtener una mayor eficacia policial en el botellódromo. “Se está acatando el decreto”, aseguró el jefe de la Policía Local de Granada, José Antonio Avilés. “Estamos denunciando la venta de alcohol en los establecimientos fuera del horario establecido”, añadió el jefe de este cuerpo de Policía, aunque dejó caer que controlar al 100% toda la actividad que ocurre en las inmediaciones del botellódromo es complicado.
PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Uno de los discursos que más conciencia creó en la tarde de ayer fue el del director de Proyecto Hombre en Granada, Manuel Mignorante.
Este hombre conoce bien lo que supone el consumo de alcohol y más en edades tempranas. Enumeró algunos porcentajes, sacados de una encuesta para concienciar del consumo entre menores como, por ejemplo, que el 22% de los jóvenes encuestados con edades comprendidas entre los 14-18 años asegura que se emborracha, como mínimo, una vez al mes. A Mignorance, más que el espacio en sí, le preocupa, y así señaló, que el consumo de alcohol empieza en niños de 13 y 14 años. “Empezar a esa edad causa un gran efecto negativo en el sistema nervioso central”.
El director de Proyecto Hombre propuso “ir en la misma dirección” e “invertir dinero en campañas de sensibilización” con, por ejemplo, educadores, que se pasen por el botellódromo y dialoguen con los jóvenes que acudan.
PENSAR EN LOS JÓVENES
“Nuestra perspectiva es distinta a la vuestra”, comenzó su exposición el director de MEDIALAB. “Lo que a nosotros nos preocupa, más allá del problema de salud pública y el de la convivencia, que no digo que no sean importantes, es entender cuáles son las razones que llevan a estos jóvenes a beber”, manifestó Esteban Romero, quien apuntó que la razón por la que lo hacen, según encuestas elaboradas, se basa en la necesidad gregaria. “Por eso hay que pensar qué oportunidades ofrece Granada para que estos jóvenes se reúnan”.
Esteban Romero consideró que hay que hacer partícipes a los jóvenes de todo este asunto y, un compañero de equipo, añadió que “hay que empezar a ver a los jóvenes con otros ojos y no como una generación perdida”.
COLEGIOS ABIERTOS TARDES-NOCHES
La Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos de Granada también opinó. Pablo Luque, el presidente de esta confederación, considera que las alternativas de ocio que se le presentan a los jóvenes no satisfacen las demandas que ellos tienen. “Esto no es ‘alcohol sí’ o ‘alcohol no’, sino conseguir que el consumo no sea abusivo”.
Pablo Luque propuso ayer, para sacar a los más jóvenes del botellódromo, la opción de abrir colegios en las tardes-noches con actividades para ellos.
ALTERNATIVAS RECHAZADAS
El último en la primera ronda de diálogo fue el representante en Granada de la Asociación Española de Universitarios, José López. Y lo hizo un tanto indignado pues considera que se han planteado alternativas atractivas para los jóvenes que las Administraciones no han apoyado. “Admiro la lucha de los vecinos y, si se cierra el botellódromo, aquí estaremos para ofrecer nuestras actividades a través de la asociación. Son actividades diurnas y nunca han causado problemas”, propuso este representante.
Este fue un planteamiento que chocó con la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento. El concejal responsable, Fernando Egea, aseguró y puso varios ejemplos de la oferta de ocio que el consistorio granadino pone a disposición de los jóvenes granadinos.
Los grupos municipales, una vez más, consideraron también el asunto. El grupo municipal socialista abogó por “no demorar la cuestión” , “buscar alternativas de ocio y proceder al cierre de este espacio”, sintetizó su portavoz, Francisco Cuenca.
Por su parte, Luis Salvador, portavoz de Ciudadanos, consideró que el decreto está dejando buenos resultados y que Granada está de “enhorabuena porque se ha conseguido eliminar la Fiesta de la Primavera”. El portavoz de la formación naranja considera que tiene que haber “un plazo de tiempo para aportar ideas, que se llevan a cabo alternativas, antes de cerrar el grifo de golpe”.
Vamos, Granada considera que el problema es “cultural” y económico, pues hay jóvenes que recurren al botellódromo porque no pueden permitirse pagar el precio de una copa en un local por lo que pidieron, al igual que todos los allí presentes, buscar opciones de ocio reales que agraden a los jóvenes.
Francisco Puentedura, portavoz del grupo municipal de IU en el consistorio granadino volvió a solicitar “plazos determinados para tomar las decisiones definitivas” que, si dependiese de su grupo, se basarían en el “cierre de este gueto en el que se permite el consumo indiscriminado del alcohol”, dijo Puentedura pero, eso sí, “de nada sirve prohibir sino existe una alternativa”.
Valoraciones hechas, propuestas más concretas y otras más difusas, esta comisión volverá a reunirse el 7 de marzo a las 17:00h en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, tras dos semanas de “reflexión”. Veremos cuáles son las propuestas.