Un documental repasa la vida del granadino Emilio Herrera, el olvidado por la NASA
Este inventro desarrolló la la escafandra astronáutica con la que subir hasta los 22.000 metros de altitud sano y salvo
El documental Emilio Herrera es el primer gran trabajo audiovisual que cubre toda la vida del personaje. Producido por Andrés Tovar y dirigido por Alberto Flechoso, ha requerido de una gran investigación y análisis de toda su obra. Los rodajes se han realizado en España en Granada, Sevilla y Madrid; a los que se sumaron filmaciones en Francia y Alemania.
En el documental se mostrarán descubrimientos sorprendentes e inéditos de las actividades realizadas por Herrera, así como otros documentos que muestran la gran influencia que tuvo Herrera en los convulsos acontecimientos históricos que le toco vivir (La II República, Guerra Civil, Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría).
Emilio Herrera Linares (Granada, 13 de febrero de 1879 – Ginebra, 13 de septiembre de 1967) fue uno de los mayores olvidados de la aventura por la conquista espacial. Y es que, Herrera, conocido en los libros por ser presidente del Gobierno de la República española en el exilio, desarrolló un gran invento que cambió la forma de concebir el universo: la escafandra astronáutica.
Su invento alcanzó un récord. Nadie antes había podido subir hasta los 22.000 metros de altitud sano y salvo. Con este artilugio se podía conseguir. De hecho, la prueba de este casco espacial dio lugar a la llegada del hombre a la luna. La propia NASA reconoció su aportación a la causa una vez fallecido.
Monárquico liberal, Herrera se mantuvo en la lealtad republicana por su moderno sentido de la soberanía nacional y la convicción moral de que debía lealtad al gobierno democráticamente elegido por el pueblo. Sin que pesaran sobre él acusaciones por delitos de ningún tipo durante la dictadura franquista se exilió a Francia, donde su carácter ecuánime, conciliador y lejano a todo sectarismo lo convirtió en una figura de referencia. Fue ministro de Asuntos Militares y llegó a ser nombrado Presidente del Gobierno de la Segunda República en el exilio durante dos años.