Un equipo hecho para jugar fuera de casa
Desgraciadamente para los abonados y asiduos al Nuevo Los Cármenes, este año las alegrías de su equipo han de verlas y festejarlas por la televisión, ya que el conjunto rojiblanco presenta mucho mejor bagaje como visitante que como local. Cierto es que, en la mayoría de los partidos disputados en el feudo nazarí, no se ha podido separar factores como el azar o las actuaciones arbitrales del resultado final, pero en el fútbol no se puede vivir de excusas ni justificaciones, y los datos están ahí.
De los seis encuentros ligueros que el Granada ha jugado como local, ha perdido cinco, con la única excepción del Athletic Club, al que se venció por 2-0. Por lo tanto, lo que ha mantenido a los de Alcaraz fuera del descenso hasta ahora ha sido el rendimiento ofrecido fuera de casa, sustancialmente mejor. En sus cinco visitas fuera de tierras granadinas, el equipo rojiblanco ha cosechado dos victorias, dos empates y sólo una derrota. Eso se traduce en ocho de los once puntos conseguidos hasta ahora.
Ello hace pensar que se puede ser optimista para este encuentro, pero es que resulta que el equipo que trae el calendario sí que funciona como local, o al menos es harto difícil de batir. El Levante sólo ha perdido un partido de los cinco celebrados hasta ahora en el Ciudad de Valencia, y fue contra el Real Madrid y por la mínima, con un final de choque loco, y en el que pudo haberse producido cualquier marcador. El resto se salda con tres empates y una victoria.
A esto hay que sumarle que se trata de un equipo entrenado por Caparrós, lo que significa seriedad y sobriedad táctica, esfuerzo, compromiso y sacrificio, y una exigencia constante que tiene en el trabajo su pilar fundamental. Tal y como comentaba Alcaraz en la rueda de prensa previa al encuentro, el Levante es más que sus futbolistas. Es un proyecto y un modelo que está por encima de los jugadores que vienen o van.
Sin embargo, este año ha descubierto a una pieza fundamental que está resultando clave para que el Levante se mantenga como uno de los equipos menos goleados de la categoría, y que -a pesar de no ser su primera temporada en el club- ha tenido que esperar hasta este año para asumir el rol protagonista. Hablamos de Keylor Navas, una de las sensaciones de la Liga, que se está destapando como un muy buen cancerbero. Si a esto le sumamos la endémica falta de gol de la escuadra nazarí, las perspectivas no son nada halagüeñas, pero esta temporada fuera de casa todo puede pasar.
El Granada llega como décimo quinto clasificado con 11 puntos, tras su derrota casera contra el Atlético de Madrid con los polémicos penaltis en contra, y presenta dos novedades principales en la convocatoria: Diakhaté y Piti, que ocupan el lugar de Mainz e Ighalo. En el caso del central madrileño, se debe a unas molestias en la zona abdominal que se espera que desaparezcan con el descanso para esta jornada. El nigeriano, por su parte, que no realizó la pretemporada con el equipo y que no había sido habitual en el once titular, descansa tras dos partidos de mucha exigencia, y en los que trabajó al máximo para ayudar al equipo. Así pues, El Arabi podría recuperar la tituaridad. Pero es la vuelta de Piti la que devuelve un poco de la ilusión perdida a la afición nazarí, aunque no se prevé que el catalán salga de inicio, y -tal y como dice Alcaraz- "está para jugar un rato si el equipo lo necesita".
El Levante, en cambio, afronta la visita rojiblanca con mucha más tranquilidad, en un cómodo octavo puesto con 17 puntos. La principal baja de Caparrós para este choque es la de Miguel Pallardó, con un esguince de rodilla. Sin embargo, el técnico andaluz podría recuperar a Rubén García, que se antoja la única novedad en un once que el ex entrenador sevillista ha mantenido prácticamente inamovible en las últimas cuatro jornadas.
El último precedente de este enfrentamiento en el Ciudad de Valencia se remonta a la novena jornada del pasado campeonato liguero. Un partido que el Levante se llevó por 3-1 gracias al doblete de Martins y el gol de Pedro Ríos y un marcador que quedó maquillado con el tanto de El Arabi en las postrimerías del encuentro.