Un estudio de la UGR asegura que Donald Trump sufre un trastorno narcisista de la personalidad
Tener un sentido grandioso de la importancia o exigir una admiración excesiva son algunos de los síntomas
Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha revelado que el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple todos los criterios diagnósticos del Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP), una enfermedad mental que se caracteriza por una tendencia extrema a apreciarse a sí mismo, considerarse distinto y sentirse merecedor de un trato especial.
La investigación, que publica la revista Behavioral Psychology /Psicología Conductual, ha sido llevada a cabo por Vicente E. Caballo Manrique, catedrático del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR, quien vivió durante cuatro meses en EEUU como investigador visitante de la Universidad de Boston, coincidiendo con las elecciones por la presidencia del país.
El DSM-5 es la quinta edición del Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders (‘Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales’), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría. El DSM es una clasificación de trastornos mentales que sirve de referencia a numerosos profesionales de la salud para el establecimiento de un diagnóstico.
Entre los criterios del DSM-5 para el diagnóstico del TNP se encuentra el tener un sentido grandioso de la importancia, “algo que sin duda es aplicable a Donald Trump, quien continuamente tiene que distorsionar la realidad y decir que los medios de comunicación se inventan noticias falsas para que esta realidad pueda encajar con la idea grandiosa que tiene de sí mismo”, apunta Caballo. “El narcisista no es simplemente bueno, es el mejor. No es grande, es el más grande. No es honesto, es el más honesto. No es humilde, es el más humilde. No construirá un muro con México, construirá el muro más grande y más bonito que se haya visto y nadie construye muros como Trump”.
Otro de los criterios de diagnóstico del TNP analizados por el investigador de la UGR es la preocupación por fantasías de éxito, poder, belleza o amor ideal ilimitados, algo que se refleja en el uso desmedido que Trump hace de conceptos grandilocuentes en sus intervenciones, con palabras como “tremendo”, “impresionante”, “fantástico”, “maravilloso”, “genio”, “asombroso”, “especial”, etc.
TRUMP SE CREE ESPECIAL Y ÚNICO
El presidente de los EEUU cree que es especial y único y que sólo pueden comprenderlo, o sólo debería relacionarse con otras personas especiales o de elevado status, lo que es precisamente otro síntoma del TNP. El catedrático de la UGR pone distintos ejemplos de entrevistas en las que se refleja este hecho en Trump, como cuando durante la campaña electoral dijo: “soy más listo que cualquiera de ellos... y puedo demostrarlo. Todos ellos son tan estúpidos como la gente estúpida que dirige el gobierno en este momento”.
El presidente Trump también exige una admiración excesiva, otro síntoma del TNP, y esperan asimismo elevados niveles de dedicación de sus subordinados, aunque les importa poco su bienestar. A juicio del autor, el presidente se preocupa tanto por lo que la gente piensa de él que, según han filtrado sus asesores, ve una cantidad excesiva de televisión, sobre todo por su obsesión de saber cómo es percibido por los medios de comunicación. “Está obsesionado con su propia popularidad, medida por las encuestas, las valoraciones y las portadas de la revista Time”.
Trump quiere construir un muro que separe Estados Unidos de México, y quiere que México lo pague. Su agresividad, utilizando sus habituales mentiras, se ha manifestado también al hablar de ciertas minorías: “lamentablemente, la abrumadora cantidad de crímenes violentos en nuestras principales ciudades es obra de negros e hispanos”. Los musulmanes tampoco se libran de su xenofobia: “los musulmanes no vendrán a este país si soy Presidente. Y si Obama ha traído algunos a este país, se irán, se marcharán”.
Caballo apunta que “es curioso que la prohibición a viajar a los Estados Unidos de los ciudadanos de varios países musulmanes, que Trump intentó implantar recientemente, no afectara a ninguno de los países donde tiene intereses comerciales. Es un ejemplo más de que confunde sus propios intereses con los de su país”. Este hecho concuerda perfectamente con otro de los síntomas del TNP: el sujeto tiende a la explotación interpersonal, es decir, saca provecho de los demás para lograr sus propios objetivos.
El investigador de la UGR destaca en su artículo que el presidente de EEUU carece de empatía, es decir, es incapaz de reconocer o identificarse con los sentimientos y las necesidades de otras personas. Otro síntoma de TNP. “Trump nunca se disculpa por cualquier paso en falso, por ataques intempestivos o por sus insultos y ha demostrado una notable falta de empatía hacia las personas a las que ha atacado, herido o dañado”.
TRUMP CREE QUE TODOS QUIEREN SER COMO ÉL
Los narcisistas tienen envidia de los logros de los demás y creen que éstos les tienen envidia por sus logros. Cuando trabajan en grupo, atribuyen las malas gestiones a la envidia de los demás. Parece que Trump está dominado por la expectativa de que todo el mundo envidia su éxito: todo el mundo quiere ser Trump”, señala el catedrático de la UGR.
Los narcisistas presentan una conducta aparente distante, arrogante, desdeñosa, presuntuosa y engreída. Así, encontramos expresiones en Trump como las siguientes: “qué gran honor tiene que ser para vosotros que me honréis esta noche”, “mi belleza radica en que soy muy rico”, “como un pequeño regalo, vais a ver el apartamento más bonito de la ciudad de Nueva York… es mi apartamento”, recoge el artículo de la UGR.
Otras características que se deben considerar en el trastorno narcisista de la personalidad son las variaciones extremas en el estado de ánimo, las dificultades para obtener retroalimentación de su conducta; mentir frecuentemente para mantener las ilusiones de éxito y la autoestima; tener una enorme seguridad y confianza en sí mismo o presentar comportamientos antisociales adicionales son otros de los síntomas del TNP presentes en la personalidad de Trump, que el investigador de la UGR argumenta en su trabajo con ejemplos concretos.
Vicente Caballo advierte que este artículo “no es un intento de ofrecer un diagnóstico clínico del actual inquilino de la Casa Blanca, porque para eso haría falta una entrevista clínica personal y otros procedimientos. Este trabajo tiene una doble función: por una parte, entender mejor las acciones, afirmaciones/tuits y políticas de un hombre que es caracterizado a menudo como errático e impredecible. Y por la otra, ofrecer una visión más cercana, a los estudiosos del TNP, de patrones de conducta de Trump ilustrativos de los criterios del DSM-5 para el TNP”