Un informe de Cáritas revela que más de 2 millones de andaluces viven en exclusión social
El documento revela que casi el 22 por ciento de los hogares de Andalucía han recibido avisos de corte de luz, agua y suministros básicos. | Por otro lado, una de cada cuatro hogares ha dejado de usar medicamentos porque "no tienen dinero para seguir la prescripción".
Los malos datos del paro que se hacían públicos ayer eclipsaron, casi por completo, el resto de informaciones que se dieron a conocer en el conjunto de Andalucía. Entre ellas, destaca un informe hecho público por Cáritas y que supone una fotografía sobre el estado actual de la sociedad andaluza en materia de exclusión social: según el informe, en la región existen 2.100.000 andaluces que acumulan problemas "con cierta intensidad en empleo, vivienda o salud". Estos problemas pueden ir desde la dificultad para mantenerse al día con el pago de las facturas hasta la directa imposibilidad de hacerlo. Del mismo modo, Cáritas revela que poco menos de la mitad de esos 2 millones viven en una situación de "exclusión severa", lo que se traduce en "problemas con mucha intensidad en consumo, política, educación, aislamiento y conflicto social".
Para completar la fotografía antes de profundizar en ella, cabe señalar que el informe cifra en tan sólo un 33,9 por ciento el total de los hogares que en 2013 contaban con lo que se denomina "integración plena".
"NO ES LA CRISIS, ES EL MODELO SOCIAL"
Más allá de los datos, los responsables del informe se quisieron asegurar de que se comprenda bien su significado: "no es un informe de la crisis sino del modelo social anterior a la crisis, porque la crisis es fruto de ese modelo de crecimiento económico desaforado". Lo explicó ayer durante la presentación del documento Guillermo Fernández Maillo, miembro del Equipo de Estudios de Cáritas Española.
Como base del problema pero no como origen, el informe apunta a los problemas laborales existentes en Andalucía. Así, se señala que hasta un 17 por ciento de los hogares de la región tienen a todos sus componentes en paro, una tasa que es superior a la media española - que es del 11 por ciento-.
En el mismo sentido y profundizando en la situación andaluza con respecto a la española, el documento hace hincapié en datos como la exclusión severa que afecta a la comunidad autónoma - el 13,1 por ciento- con respecto a la media nacional, que del del 10,9 por ciento. En general, Andalucía sale mal parada en las comparativas con el conjunto del Estado: "Andalucía es una de las comunidades con mayor riesgo de exclusión social", un 38,3 por ciento que "tiene que ver con las personas que viven por debajo de un determinado nivel de renta, la intensidad del empleo de las personas que viven en esos hogares y determinadas privaciones que se dan en hogares y familias".
MÁS DESIGUALDAD
Una de las conclusiones que saca el informe es la creciente desigualdad entre ciudadanos - que creció un 9,1 por ciento entre 2008 y 2012-: "España y Andalucía se están acercando, de forma sistemática, a los límites de desigualdad más elevados para países más desarrollados", apuntaló durante la presentación del informe Fernández Mailló.
Entre la brecha que se abre en la sociedad caben señalar diferentes aspectos, como los problemas a la hora de pagar facturas cotidianas y que según el informe, ya afectan al 22 por ciento de los hogares andaluces, que en alguna ocasión han encontrado dificultades para estar al día con la luz, el agua y los suministros básicos.
También existen problemas en lo relativo a la salud, con uno de cada cuatro hogares sin acceso a medicamentos porque no tienen dinero para costearlos. El informe añade a este problema el dato de que el 9 por ciento de los hogares cuentan con algún miembro con problemas de salud mental.
SE ACABA EL APOYO FAMILIAR
Cáritas, como una de las organizaciones que se encuentran en la primera línea de fuego en la batalla contra la pobreza, asegura que ya asciende al 34 por ciento la tasa de personas que aseguran no contar con un apoyo a su alrededor. En este sentido, Fernández Mailló alertó que "cumplimos una función que no debemos cumplir de forma permanente", en referencia al peso creciente que han comenzado a soportar distintas ONG con la irrupción de la crisis en España.