Un plantel que ilusiona
El Covirán Granada cerró ayer, con el fichaje de Joan Pardina, la plantilla con la que debutará en LEB Oro
Definitivamente, la ‘Fiebre del Oro’ se ha instaurado en la Fundación CB Granada. El fichaje de Joan Pardina, cerrado en la mañana de ayer, ha completado la plantilla con la que el Covirán debutará en LEB Oro dentro de dos meses. Experiencia y un potente juego interior son las principales características de un grupo de 12 jugadores que estará dirigido, un año más, por Pablo Pin.
Cuatro incorporaciones, unidas a los ocho jugadores que, tras lograr el ascenso a LEB Oro, han renovado su vinculación con el conjunto rojinegro han cerrado un plantel que ilusiona a la afición y a la propia entidad nazarí, tal y como expresó Óscar Fernández-Arenas, el presidente del club, a través de las redes sociales.
@FundacionCBG ya tenemos EQUIPO, totalmente nacional y muchísima calidad, muchos con gen granadino, entrenador con el escudo grabado. Este grupo humano, unido a la mejor afición de España, es una mezcla que no puede tener otro resultado que ILUSIÓN en mayúsculas. #FiebreDelOro
— oscar fernandez (@oscarcbg) 4 de agosto de 2018
Además, el grupo conformado para el próximo curso presenta una característica determinante: no tiene fisuras. Todas las posiciones han quedado cubiertas por, al menos, dos jugadores. Eloy Almazán y el último de los fichajes del club, Joan Pardina, defenderán el alero nazarí, mientras que David Iriarte y Bortolussi completan la posición de ala-pívot, en la que también puede actuar el recién incorporado Guille Rubio.
Devin Wright y Sergio Olmos serán los pívots del equipo, con Manu Rodríguez y Alo Marín como escoltas y Carlos Corts, Carlos de Cobos y Josep Pérez como bases.
LA AFICIÓN RESPONDE
Pero uno de los principales factores para que el equipo vaya por el buen camino será el Palacio de los Deportes. La afición nazarí, contagiada por la ilusión que transmite el grupo, ha vuelto a responder en la campaña de abonados.
La última cifra oficial, anunciada el 28 de julio, se situaba ya en los 3.000 abonados, lo que asegura, una temporada más, que el Palacio vuelva a ser una olla a presión que dificulte el juego de los rivales nazaríes.
