Un verano más allá del barrio
Las escuelas que promueve la Obra Social Padre Manjón acogen a más de 200 jóvenes en riesgo de exclusión social de la zona norte de Granada
Niños corriendo, jugando al fútbol, haciendo manualidades, eso es lo que vemos nada más entrar al Colegio Andalucía, que durante los meses estivales acoge a jóvenes en riesgo de exclusión social en su escuela de verano.
El Colegio Andalucía congrega a más de 100 niños en las Escuelas de Verano que gestiona la Junta de Andalucía. Junto con la Asociación Padre Manjón, son más de 200 jóvenes en riesgo de exclusión social los que se reparten en las dos Escuelas de Verano que hay en la zona norte de Granada.
En los centros educativos Juan Ramón Jiménez y Andalucía encontramos niños de todas las nacionalidades, como sudamericanos o árabes. Concretamente, en el colegio Andalucía la mayoría son de etnia gitana, y como dice el coordinador de la escuela, Pepe, “todos ellos son increíbles, educados, responsables y atentos”.
“Los problemas que mayormente presentan los niños son la falta de pautas educativas”, afirma Pepe. De hecho, una de las medidas de enseñanza que se aplican es la de no castigar, porque “es una estrategia que llevan recibiendo toda la vida y no está dando resultado, así que lo mejor es cambiar”.
El castigo es un recurso de seguridad, y sólo se recurre a él cuando se hace una excursión y el niño no se comporta correctamente o no atiende a las ordenes de los monitores, pero tal y como aseguran desde el colegio, “no está habiendo problemas de comportamiento, es como cualquier otro tipo de centro”.
Aunque el rango de edad oscila desde los 4 a los 17 años, hay más presencia de jóvenes adolescentes, “es algo que nos deja un buen sabor de boca, ya que es la población más difícil a la que acceder”, dice el coordinador.
Pese a que la mayor parte de los días los pasan realizando actividades fuera del centro, todas las escuelas de verano funcionan en torno a cuatro temáticas trasversales, que son la resolución de conflictos, igualdad, nuevas tecnologías y salud. Todas las actividades y talleres que se hacen durante la semana giran en torno a estas materias.
El resto de los días los jóvenes van a la piscina o hacen salidas a distintas partes de la ciudad. Al ver que las visitas a otros barrios de Granada resultaban muy beneficiosas, se desarrollan con más frecuencia. “Nuestra intención de las salidas por Granada es conectar barrios, que los niños vean los recursos de toda la ciudad para que, en el día de mañana, hagan eso con sus familias”, dice el coordinador.
Han visitado parques como el García Lorca o el Tico Medina, han estado en Píñar, en el Carmen de los Mártires o en el Albaicín entre otros sitios. Pepe asegura que una de las frases más escuchadas es “me voy a Granada”, como algo que está aparte. Por eso la intención es que salgan del barrio y se den cuenta de que pueden encontrar cualquier tipo de recurso en otros lugares de la ciudad.
Las Escuelas de Verano se pusieron en marcha en 2013, dentro del Plan Extraordinario de Solidaridad y Garantía Alimentaria, cuyo objetivo es mostrar otras partes de la ciudad y garantizar las necesidades alimentarias básicas de personas y familias en situación de exclusión social o en riesgo de estarlo.