Un viaje a la riqueza natural de Almuñécar

Más allá de las playas y los tópicos veraniegos, esta zona de la costa granadina ofrece muchos lugares por descubrir

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Foto: Turismo de Almuñecar
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Almuñécar, bendecida con un clima suave subtropical durante todo el año, posee una inmensa riqueza natural que va desde sierras naturales hasta acantilados y cuevas donde poder disfrutar de la diversidad de su territorio que ha hecho de la ciudad granadina una de las más valoradas en materia medioambiental del sur de Europa.

El municipio granadino cuenta más de 22 kilómetros de costa con zonas de acantilados y fondos marinos extraordinarios como son los de la Punta de la Mona, en La Herradura, y Cerro Gordo, a la que se suman 16 playas de características diversas y algunas pequeñas calas.

También tiene tres valles únicos con cultivos subtropicales en los cauces de los ríos: Verde, Seco y Jate, sin olvidar una zona de montaña colindante con la Sierra de la Almijara con una rica biodiversidad.

En su territorio pueden contemplarse estampas tan bellas como las cascadas y barrancos que surcan los ríos a través de sus sierras en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, que forman barrera geográfica natural entre las provincias de Málaga y Granada.

El paisaje es escarpado y abrupto, con numerosas crestas y profundos valles, como el cañón del Río Verde, donde se practica el barranquismo, entre otros deportes.

ACANTILADOS Y CALAS.

Los tesoros ocultos bajo el mar en los acantilados de Maro-Cerro Gordo invitan a descubrirlos sumergiéndonos bajos sus aguas. Donde la Sierra de Almijara se sumerge en el mar, la erosión ha modelado una espectacular costa de acantilados, calas y pequeñas playas que se extiende a lo largo de 395 hectáreas de superficie.

Ubicado en el límite costero de las provincias de Granada y Málaga, este espectacular enclave se extiende a lo largo de 12 kilómetros de litoral y 1 milla marina. Fue declarado espacio natural en 1989 y por su relevancia está declarado ZEPIM (Zona de Especial Importancia para el Mediterráneo).

Este enclave se extiende desde la torre de vigilancia costera de Maro hasta la Cala de Calaisa e incluye, además, una franja marina de gran valor ecológico. Realizando el sendero que se adentra en el Bosque del Cañuelo, se atraviesa por matorral mediterráneo y masas arbóreas de pino carrasco.

Descendiendo a la playa, se observan en los acantilados aprovechamientos agrícolas relativamente recientes, como el cultivo de frutos tropicales. Estos nuevos ingredientes se han ido introduciendo en la cocina tradicional de la zona, diversificándola y enriqueciéndola.

Al sumergirse mar adentro desde playas como la de Cantarriján, se pueden disfrutar de grutas y fondos escarpados en los que habitan un gran número de especies vegetales, así como una rica variedad de fauna marina. Destacan las extensas praderas de Posidonia.

A su abrigo conviven corales, esponjas y una amplia variedad de peces, algunos de vivos colores como el pez doncella o espectaculares como el pez luna. Un paseo en barco permite al visitante acercarse a lugares poco accesibles y de gran belleza.

Durante el trayecto se pueden avistar los saltos y cabriolas de los delfines que atraviesan el Mediterráneo, mientras que sobrevolando los acantilados, pueden identificarse al acecho rapaces como el cernícalo primilla o el veloz halcón peregrino.

PARQUE DE LA NATURALEZA PEÑA ESCRITA.

En un increíble entorno a 14 kilómetros del centro urbano de Almuñécar se encuentra el Parque de la Naturaleza Peña Escrita, lugar donde muchos animales viven en semi-libertad y escenario ideal para una caminata contemplando a lo lejos el mar. Situado en lo más alto del municipio llegando a una cota 1200, ocupa unas 400 hectáreas.

Es un complejo turístico a la medida de los amantes de la naturaleza, y los aficionados a las actividades de turismo activo. En él se suman distintos relieves geográficos: las estribaciones de Sierra Nevada, el paisaje alpujarreño y el valle tropical.

En este paisaje de contrastes, el visitante podrá respirar los olores naturales del tomillo y el romero, disfrutar de la vegetación típica mediterránea y observar animales en libertad tan bellos como los ciervos o las cabras monteses.

Sobre el trazado de los antiguos caminos que comunicaban la costa con Granada se han construido senderos que permiten un contacto de primera mano con el entorno. También se puede sobrevolar el parque en parapente, y realizar rutas en bicicleta de montaña.

El complejo se completa con el Mesón 'Cantalobos' donde degustar gastronomía tradicional así como con una amplia variedad de alojamientos: cortijos, cabañas de madera, zonas de acampada y piscina.

LOS PEÑONES DEL SANTO.

Uno de los monumentos más importantes del municipio sexitano son 'Los Peñones del Santo', un lugar emblemático del municipio compuesto por tres peñones denominados El Santo, En medio y Fuera que apuntan al mar en el litoral de Almuñécar en una especie de mirador natural.

El Peñón de Fuera, como su nombre indica, es el que está más alejado de la costa. Delante de éste se encuentra el Peñón de Enmedio, separado de ambos por las aguas marinas. Por último, el Peñón del Santo, asentado en la misma playa de Almuñécar, separándola en dos: la playa de Puerta del Mar y la de San Cristóbal. Este último es el mayor de todos, con una altura aproximada de 30 metros.

Se accede a través de rampas y jardines a su zona más elevada, donde se encuentra ubicada la Cruz del Santo y un mirador donde disfrutar de unas maravillosas vistas del mar, de la ciudad y de la sierra aledaña.

En este espacio, además de las gaviotas, tiene una gran importancia la biodiversidad que se encuentra bajo las aguas. Las paredes submarinas de los peñones y los fondos son un hábitat perfecto para colonias de astroides, actinias, peces de roca, e incluso el mejor refugio para alevines de especies de alta mar.

UN VERGEL EN LA CIUDAD.

El microclima especial del que disfruta Almuñécar hace de esta población mediterránea un auténtico vergel para las especies botánicas subtropicales.

En el parque botánico 'El Majuelo' los visitantes pueden contemplar una selección de plantas representativas de todas las zonas tropicales del mundo como el Centro y Sur de América, África, Filipinas o Nueva Zelanda, destacando los numerosos ejemplares de palmas.

Cuenta además con el atractivo añadido de estar situado en pleno casco histórico de la ciudad, junto a la antigua factoría de salazones de pescado romana y a los pies del Castillo de San Miguel y es un lugar de referencia en las actividades artesanales y lúdicas al contar con el auditorio diseñado por el maestro Urrengoechea, promotor de la Banda de Música de Almuñécar y compositor de su pasodoble.

Almuñécar también cuenta en su territorio con el parque del Mediterráneo. Parque de 38.000 metros cuadrados de superficie situado en la zona de Taramay, en la franja costera que va entre las playas de Calabajío y El Pozuelo. Consta de gran cantidad de plantas y senderos junto al litoral.