Un viaje con el Covirán Granada | Vídeo
La segunda salida del conjunto rojinegro le hizo recorrer alrededor de 800 kilómetros | Las cartas y la música se convirtieron en el mejor aliado de los jugadores nazaríes para entretenerse
El Covirán Granada pasó con nota su exigente primera semana de competición. Los de Pablo Pin cosecharon el pasado sábado, ante el Sáenz Horeca Araberri, su segundo triunfo de la temporada. Los rojinegros se impusieron al cuadro vitoriano por un ajustado 84-90 en el que también fue su segundo encuentro como visitantes en solo tres días, cerrando así un inicio agotador en el que solo han cedido una derrota.
Esta llegó en Melilla, de donde la plantilla nazarí regresó el jueves tras haber hecho noche en la ciudad autónoma. Sin casi tiempo para descansar, y menos aún para preparar su siguiente encuentro, el conjunto granadino partió el mismo viernes hacia Vitoria para afrontar su tercer encuentro en seis días, una salida en la que GranadaDigital ha podido conocer cómo es un viaje con el Covirán Granada.
Ataviados con almohadas, sábanas e, incluso, colchones, los jugadores rojinegros salieron sobre las ocho menos cuarto de la mañana del viernes. La expedición granadina recorrió en autobús alrededor de 800 kilómetros, un viaje de unas once horas durante las que los pupilos de Pablo Pin, además de tratar de descansar, buscaron la mejor manera de matar el tiempo.
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La música y las cartas fueron su mejor aliado en esta tarea. Utilizando un colchón como mesa, y con Carlos de Cobos como improvisado crupier, varios jugadores se entretuvieron jugando con los naipes, apuestas incluidas. Entre tanto, un par de paradas les permitieron estirar las piernas y desayunar.
A las siete de la tarde, la expedición rojinegra se presentó directamente en Mendizorroza para realizar una pequeña sesión de tiro antes del encuentro. Esta fue distendida, sin apenas carga para los jugadores, que debían afrontar al día siguiente el choque ante Araberri.
Al término de la misma, los jugadores se fueron al hotel, donde hicieron noche y permanecieron hasta la hora del partido. Este terminó sobre las ocho de la tarde, cuando los nazaríes emprendieron el viaje de vuelta a Granada.