Una dieta rica en grasa monoinsaturada beneficia a pacientes con síndrome metabólico y resistencia a la insulina
Investigadores del Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba respaldan el uso de nuevas terapias para mejorar los distintos factores de riesgo de esta patología
El consumo de una dieta rica en grasa monoinsaturada mejora el perfil de pacientes con síndrome metabólico que presentan, a su vez, resistencia a la insulina, según un estudio del grupo de Nutrigenómica del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), dirigido por el doctor José López Miranda, y formado por investigadores pertenecientes a la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía, a la Universidad de Córdoba, y al CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBERobn).
El trabajo de investigación, publicado en la revista “American Journal of ClinicalNutrition”, con el título “Insulinresistance determines a differential response to changes in dietaryfatmodificationonmetabolicsyndromeriskfactors: LIPGENE Study”, demuestra que la presencia de resistencia a la insulina en pacientes con síndrome metabólico produce una diferente respuesta a modificaciones de grasa en la dieta. Así, la ingesta de una dieta inadecuada debido a la composición de su contenido graso, contribuye al desarrollo de sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico, preludio de la diabetes y la enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, el estudio demuestra que el consumo de una dieta rica en grasa monoinsaturada mejora diferentes procesos metabólicos que subyacen en el desarrollo del síndrome metabólico, como una reducción del estrés oxidativo y del estado inflamatorio, cuando se compara con una dieta rica en grasa saturada. La investigación evidencia pues que el cambio de grasa en la dieta, mediante la sustitución de saturada por monoinsaturada o poliinsaturada n-3, beneficia a pacientes con síndrome metabólico y resistencia a la insulina, lo que respaldaría el uso de nuevas terapias dietéticas específicas y personalizadas para mejorar los diferentes factores de riesgo que componen el síndrome metabólico.
Este estudio, en el que han participado los doctores Elena Yubero, Javier Delgado, Pablo Pérez, Antonio García-Ríos, Juan F. Alcalá-Díaz y Francisco Pérez Jiménez, forma parte del proyecto LIPGENE, un proyecto integrado en el sexto programa marco de la Unión Europea, liderado por López Miranda junto a otros grupos de investigación europeos de países como Francia, Irlanda, Holanda, Polonia, Reino Unido, Noruega y Suecia.
Dicho trabajo se ha basado en el estudio de 472 pacientes con síndrome metabólico que fueron clasificados en tres subgrupos, en función de su índice homeostático de evaluación de la resistencia en insulina (HOMA-IR), y que a su vez recibieron, de manera aleatoria, uno de los siguientes periodos de intervención dietética de 12 semanas de duración: 1. Dieta rica en grasa saturada; 2. Dieta rica en grasa monoinsaturada; 3. Dieta baja en grasa/rica en hidratos de carbono; 4. Dieta baja en grasa/rica en hidratos de carbono y suplementada en ácidos grasos poliinsaturados n-3.
Los resultados mostraron que aquellos pacientes con mayor resistencia a la insulina (mayor índice HOMA-IR) fueron más susceptibles a los efectos beneficiosos del consumo de una dieta rica en grasa monoinsaturada o en ácidos grasos poliinsaturados n-3, mejorando parámetros relacionados con el metabolismo de la glucosa, mientras que aquellos pacientes sin resistencia a la insulina (menor índice HOMA-IR)presentaron una mejora en el perfil lipídico y en diferentes parámetros antropométricos como una reducción del perímetro de cintura, índice de masa corporal o presión sanguínea.