Una estela de letras al servicio del mundo

Dos millones de libros componen el archivo de la Biblioteca de la Universidad de Granada que cuenta con tomos de gran valor | Sus servicios y registros son imitados por muchas facultades de todo el mundo

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La Biblioteca de la Universidad desde dentro | Foto: Lupe Martín
Jorge García-Torres Roldán
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La cuesta del Hospicio alberga un tesoro de valor incalculable. En ese lugar, concretamente en el Hospital Real, se ubica una de las sedes de la biblioteca de la Universidad de Granada. Las obras de tiempos más remotos y el entorno mágico que se crea en el edificio, sirven de inspiración a muchos investigadores y estudiantes para realizar su trabajo.

La actividad de este almacén de conocimiento comienza con la fundación del Estudio General de Lógica, Filosofía, Teología y Cánones, allá por 1526, cuando el Santo Oficio buscaba con rigor que se cumpliese de manera ortodoxa con las enseñanzas de los textos. Muchos de esos manuscritos se conservan hoy en una caja fuerte que cuenta con una custodia extraordinaria; Honoris Causa, como José Saramago o Mario Vargas Llosa, han tenido el placer de contemplarlos.

UNA JOYA DE VALOR INCALCULABLE

Uno de los documentos más importantes que se atesoran en la Biblioteca de la Universidad de Granada es el Codex Granatensis, una obra redactada por Tomás de Cantimpré. El manuscrito trata temas como el hombre, la utilidad de las plantas o la astrología y meteorología. Este códice descansa en una cámara acorazada, ya que es uno de los documentos que, sin ser el más antiguo, posee más valor. “Realmente todos los libros con los que contamos son muy valiosos, pero el Codex es nuestra joya de la corona”, afirma la directora del servicio María José Ariza. Dentro de todas esas obras estimables, se encuentra una primera edición de Federico García Lorca autografiada por el autor o el primer título expedido de Medicina.

El Codex Granatensis es el manuscrito de mayor valor | Foto: Lupe Martín

Sumándose a esos incunables, cerca de dos millones de libros, 1,2 millones en papel y 800.000 electrónicos, conforman la biblioteca universitaria. Los más antiguos se encuentran en el Hospital Real y los más modernos repartidos entre las distintas facultades según la materia que versen. Esa cifra se ha alcanzado gracias a algunas donaciones como la de Federico Mayor Zaragoza o Emilio Orozco, ambos ligados a la Universidad de una forma muy especial. Sin embargo, el equipo que trabaja en la biblioteca no solo se encarga de almacenar libros, la labor de conservación y catalogación que realizan es envidiable. “Somos el referente de muchas bibliotecas de España y del mundo”, declara Ariza. Un ejemplo de ese buen hacer es el reconocimiento obtenido con galardones como el Premio Plata de Calidad, basado en el Modelo Iberoamericano de Excelencia en la Gestión, o el sello de excelencia europea 500+.

ADAPTÁNDOSE A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

La gente que trabaja en el archivo, alrededor de 180 personas, sabe que son días ingratos para los libros en papel. A pesar de esto, la biblioteca se ha adaptado a los nuevos tiempos y ha conseguido instaurar uno de los mejores registros electrónicos para que todos los que deseen leer o consultar libros, puedan hacerlo desde su propia casa. Además, iniciativas como el ‘BookCrossing’, que consiste en la práctica de dejar un libro en un lugar público para que lo recojan otros lectores, o la campaña ‘Llévate un libro de vacaciones’, tratan de lograr que no se pierda el hábito de la lectura. Es interesante destacar que hasta las facultades más técnicas, como puede ser la de informática, cuentan con grandes clásicos de la literatura.

UN GRAN FUTURO POR DELANTE

El encanto de los libros es que resulten útiles. Muchos de los textos que llegan a la Universidad tienen un alto índice de coincidencia, un ejemplo de esa utilidad es ver como algunos de los libros de Mayor Zaragoza ya han sido solicitados. “Los hemos prestado nada más catalogarlos, es increíble”, declara el subdirector de la biblioteca, José Luis Sánchez.

Dos millones de libros componen la Biblioteca de la Universidad de Granada | Foto: Lupe Martín

Pero si hay algo que va más allá de la catalogación y conservación de libros, es la labor informativa que proporcionan a todos los ciudadanos. Cualquier persona ávida de sabiduría puede acudir a consultar las obras que prefiera. “El entorno que hay en la biblioteca del Hospital Real es magnífico para ojear los volúmenes”, incide la directora.

El anhelo principal de todo este equipo de profesionales que trabaja en el ámbito de las letras, pasa por avanzar hacia un futuro en el que exista una ética de la información, se pueda llegar a más alumnos y ser un eje fundamental de la investigación y la docencia de las facultades.

Todos los ejemplares que se reúnen en el archivo son un patrimonio de la humanidad; como afirman los máximos responsables de la biblioteca, “es importante que el día de mañana estos libros estén bien cuidados para que puedan llegar al mayor número de personas, solo así la gente podrá acceder a las materias e historias que los autores dejaron plasmadas”. Como la mayoría de los tesoros, los libros de la Universidad de Granada esperan ser descubiertos por el mundo.