Una exposición sobre el legado de Mario Maya pone el broche de oro al Festival de Flamenco de Otoño

Nacido en Córdoba en 1936 y criado en el barrio del Sacromonte de Granada, Mario Maya es Premio Nacional de Danza, así como creador y director de la Compañía Andaluza de Danza

Flamenco
Imagen de archivo de una actuación de flamenco | Foto: ArchivoGD
E.P.
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Una exposición dedicada a la figura del bailaor Mario Maya pondrá el broche final a la programación de los Encuentros Flamencos de Otoño del Ayuntamiento de Granada.

La muestra será inaugurada este lunes a las 20,30 horas en la Corrala de Santiago y permanecerá abierta hasta el 9 de enero para "rescatar la trayectoria de Mario Maya" y reconocer a las tres mujeres que fueron determinantes en su vida: su madre, Trinidad Maya; la pintora inglesa Josette Jones y la que fue su maestra de danza, Pilar López.

El bailaor siempre mostró especial devoción por Trinidad Díaz, quien pese a las limitaciones vitales que le tocó vivir como mujer gitana y madre soltera durante la posguerra, siempre apoyó incondicionalmente a su hijo, hasta el punto de trasladarse a Madrid con él para que pudiera iniciar su vida profesional.

Especial influencia en la vida profesional del bailaor tuvieron también la pintora Josette Jones y la maestra Pilar López. La primera vio en Mario Maya un talento especial cuando lo vio bailar siendo niño en las cuevas del Sacromonte, le pidió que posara para ella y el dinero que obtuvo por la venta de esos cuadros se lo envió a la madre de Mario para que pudiera comenzar a estudiar danza. La segunda fue quien le inculcó el rigor por el trabajo diario y la inquietud y curiosidad por aprender, cosa que nunca dejó de hacer.

Nacido en Córdoba en 1936 y criado en el barrio del Sacromonte de Granada en el seno de una familia gitana, Mario Maya es Premio Nacional de Danza, así como creador y director de la Compañía Andaluza de Danza. A los trece años hace su debut con Manolo Caracol, y posteriormente trabaja en los principales tablaos de Madrid, continuando su carrera, como miembro del ballet de Pilar López durante cuatro años.

Durante su estancia en Nueva York, a partir de 1960, se relaciona con las nuevas tendencias escénicas y el teatro contemporáneo, de donde toma ideas y conceptos sobre la danza que más tarde aportará al baile flamenco. A su regreso a España forma, en colaboración con Carmen Mora y Eduardo Serrano 'el Güito' el afamado trío Madrid.

En 1974 pone en escena, conjuntamente con el poeta granadino Juan de Loxa, el espectáculo flamenco 'Ceremonial', que constituyó el primer proyecto de baile flamenco de vanguardia. Tras este montaje, se traslada nuevamente al Sacromonte granadino, donde abre un estudio, 'Zincale', en el cual se darán cita escritores, músicos, poetas y gitanos. Fruto de esta etapa de encuentros con la cultura tradicional, inicia una búsqueda en la que pretende hacer evolucionar la temática flamenca dentro de una sociedad en transformación.

Ya en 1975, pone en escena 'Camelamos Naquerar' (Queremos hablar), con letra del poeta granadino José Heredia Maya, obra que pretendió concienciar a la sociedad acerca de los problemas gitanos, y constituyó todo un acontecimiento cultural y sociopolítico, teniendo gran repercusión y originando un antes y un después en el mundo de la danza flamenca.

Entre finales de los setenta y principios de siglo desarrolla diversos montajes como 'Amargo' (1983) basado en textos de Lorca; 'Tres Movimientos Flamencos' (1990), por encargo de la primera edición del Festival Flamenco de Mont de Marsan o 'Andalucía en Flamenco y Humanidad' (2006), cuando Mario Maya dirige el que fue el espectáculo inaugural de la XIV Bienal de Flamenco de Sevilla, con una producción escénica que tuvo como origen el disco que con el mismo nombre editó un año antes la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Maya fallece en septiembre del año 2008 en su casa de Sevilla cuando, todavía en plenitud de sus facultades e impulso creativo, trabajaba en el desarrollo de futuros proyectos.