Una Fiesta de la Primavera 'diluida'
El agua se convierte en la gran protagonista de este año y reduce a la mitad la afluencia de jóvenes con respecto a años anteriores | Sin incidentes de relevancia y con pocos problemas de tráfico, la de ayer fue una de las citas más 'tranquilas' de los últimos años
Que sí... que no... que caiga un chaparrón... La de ayer fue una de las Fiestas de las Primaveras más extrañas que se recuerdan, una cita marcada una vez más por la polémica entorno a sus detractores y defensores y, sobre todo, por las condiciones climatológicas. Porque durante la mañana del viernes pocos fueron los osados que se pasaron por el botellódromo para comenzar la juega; el tiempo lo impedía, aunque fue a la hora del café cuando el cielo levantó las armas y los jóvenes no se lo pensaron dos veces.
Poco a poco pero incesante, un río de juventud con bolsas de plástico como estandarte fue inundando los aledaños del botellódromo hasta alcanzar la cifra, según Europa Press, de 12.000 jóvenes. El dato, prácticamente la mitad que en años anteriores, ayudó a que no se produjeran los colapsos de tráfico de otras ocasiones, en las que la circulación por la A-44 a su paso por la salida de Méndez Núñez se veía severamente afectado.
Fue ya entorno a las 12 de la noche cuando los ánimos comenzaron a enfriarse y los jóvenes trasladaron la fiesta al interior de la ciudad.
Una de las anécdotas de la jornada la protagonizó Pedro Aguado, el ex jugador de waterpolo y Hermano Mayor, quien pasó por el botellódromo para realizar parte del rodaje de un nuevo programa en el que actualmente está trabajando. Ante la presencia del Hermano Mayor más famoso de la televisión, no fueron pocos los jóvenes que quisieron acercarse para saludarle.
Ya al final de la noche y consultada por esta redacción, la Policía Nacional no informó de incidentes de relevancia por lo que, aunque tardía y pasada por agua, la Fiesta de la Primavera de este año se cerró, en parte, sin los grandes trastornos de años, aunque sí con la polémica habitual.
¿DRAMA?
Granada ha visto nacer un nuevo debate político desde que el botellódromo se convirtiera en lugar de culto para el consumo de destilados y bebidas espirituosas en general. Para los partidos de la oposición, como el PSOE, esta Fiesta de la Primavera resulta perjudicial para la ciudad: "tenemos un alcalde que sigue fomentando la marca Granada Ciudad del Botellón que tanto daño nos hace”. Así lo explicó hace unos días Paco Cuenca, candidato socialista a la alcaldía de Granada, quien asegura haber planteado numerosas alternativas a lo largo de los años sin que éstas hayan tenido respuesta por parte del consistorio.
En esta línea se enmarca también Mayte Olalla, edil de UPyD y también candidata a la alcaldía. Para la líder magenta existen otras formas de celebrar este día, por lo que propone que en las próximas ediciones solo se permita consumir bebidas alcohólicas en los bares aunque el grueso de la fiesta se celebre en las calles, algo a lo que Olalla no se opone.
Otra opinión es la que sustenta el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, quien asegura que "no ha pasado nada ninguna vez, y no hay que hacer un drama de este asunto, sino que cuando vayamos sabiendo las previsiones de asistencia, iremos tomando las medidas adecuadas".
Por el momento, la cita de este año queda atrás y en estos momentos el botellódromo vuelve a tener su aspecto habitual tras los esfuerzos de los trabajadores de Inagra, que desde primera hora de la mañana se han afanado por dejar impoluta la meca del consumo de alcohol en Granada. El debate sobre qué hacer con la fiesta se pospone hasta el año que viene.