Una hipotética unión de PP, Ciudadanos y Vox arrebataría la alcaldía a Cuenca en Granada

Aunque el triunfo de los socialistas ha sido claro en la capital, populares y C'S suman más votos que socialistas y Unidas Podemos

PSOE noche electoral
Cuenca, en segundo plano, durante la noche electoral del domingo | Autor: Javier Gea
Guillermo Ortega
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En Granada capital, las elecciones generales del 28 de abril han significado un claro triunfo del PSOE, que con sus 37.181 votos supera en más de cuatro mil a su más inmediato perseguidor, el PP, que logró 32.858. Esa victoria incontestable, sin embargo, no asegura la continuidad de Paco Cuenca como alcalde de repetirse esos resultados en las elecciones municipales del 26 de mayo. Una alianza entre populares, Ciudadanos y Vox le podría arrebatar ese puesto. Incluso sin el concurso de Vox y aunque los socialistas se aliaran con Unidas Podemos, el relevo en la Plaza del Carmen no es descartable.

Resulta difícil y arriesgado hacer extrapolaciones. El comportamiento del electorado en unos comicios para toda España no suele ser igual que el que mantiene para una cita local. Sobre todo porque ahí van a intervenir otras formaciones que quitarán votos a las opciones tradicionales tanto por la izquierda (en la capital ese papel lo jugaría Vamos Granada, por poner un ejemplo) como por la derecha (Centrados por Granada, por poner otro). Pero si hay que ceñirse a las matemáticas puras y duras, las cifras son éstas:

En Granada, PSOE y Unidos Podemos han sumado en estas elecciones 57.090 votos. PP y Ciudadanos, 58.544. Estas dos últimas formaciones más Vox, 78.957. Es decir: tanto con el apoyo de Vox como sin él, el partido que tiene como candidato a Sebastián Pérez y el que presenta a Luis Salvador superan, juntos, a los de Cuenca y Antonio Cambril.

¿Cómo se traduciría eso en el reparto de concejales? Es complicado, depende de los restos y de esa controvertida Ley D'Hont que no a todos gusta. Pero si hay que hacer caso del lenguaje gestual, en la noche electoral del PSOE todo el mundo estaba muy satisfecho excepto Cuenca. Cierto es también que en el cuartel general del PP nadie esbozaba una sonrisa. Hacerlo después del batacazo de Pablo Casado y de obtener en Granada sólo un diputado, cuando hace tres años logró tres, habría sido excesivo. Pero en estos días, con toda seguridad, estas cábalas se estarán haciendo en los pasillos de las sedes locales.