Una legión de entrenadores Pokemon sigue viva en Granada

Una vez al mes, se pueden llegar a reunir más de 300 jugadores en puntos concretos de la ciudad, donde hay una comunidad de más de 3.000 usuarios activos

pokemon go catedral
Jugadores cazan Pokemon en la plazas de las Pasiegas | Fotos: Remitidas
Jose Luis Moreno
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Seguramente este pasado domingo hayan visto a decenas de personas con el móvil en la mano y dando vueltas de un sitio para otro por la zona de la Catedral. Suelen hacerlo en ‘manada’ una vez al mes. Se llama el Día de la Comunidad y es cuando las personas que siguen jugando al juego de móvil Pokemon Go se agrupan en una zona para capturar a criaturas especiales, que solo aparecen en esos días marcados en el calendario. Los que hayan visto alguna vez la mítica serie de dibujos japonesa lo entenderán, lo que no ni se esfuercen.

“Hoy hay poca gente por el calor que hace. Un día bueno nos podemos juntar más de 300 personas. Antes era de 11 a 14 y nos venía mejor para después tapear y hacer algo, ahora es por la tarde”, comenta Rubén, que ya no es un chaval y porta dos móviles en sus manos. Pero, a pesar de los más de 40ºC que se alcanzaron en Granada este domingo, el ir y venir de personas con el cuello en un ángulo de 90 grados orientado hacia el teléfono móvil era constante.

Estos amantes de este juego para móvil están organizados, y mucho. Se comunican a través de un canal de Telegram donde hay más de 3.000 personas y en el que se pueden llegar a acumular cientos de mensajes en un solo día. El juego no para y siempre hay alguien dispuesto a lanzar su pokeball -instrumento con el que se cazan estos seres fantásticos-.

Un usuario porta dos móviles, mientras que un grupo se reúne para jugar

La moda por esta app tuvo su punto más alto hace tres años. Ahora no juega tanta gente, pero están mejor organizados y son más activos. “La comunidad de Granada es una de las más activas y más grandes de España gracias a las características de la ciudad. Y sin la ayuda de marcas y centros comerciales”, comenta con orgullo Rubén, uno de los administradores más veteranos. Porque, en otras ciudades como Barcelona, Sevilla o Madrid hay marcas que patrocinan estos eventos para que la gente acuda a ciertos sitios, como centros comerciales.

Un juego que hace amigos y quema calorías

“Hacemos muchos kilómetros y pasamos calor. Cuando tengo que trabajar igual no llego a los diez kilómetros, pero en una semana y con tiempo libre he llegado a hacer 60 kilómetros” comenta Patricia, otra joven usuaria. Y es que, la aplicación te premia cuando superas un cierto trayecto en siete días.

Personas reunidas en el Corral del Carbón en un Día de la Comunidad de este invierno

“El juego te hace salir. Si no vas andando por la calle no te deja coger los Pokemon. Yo he perdido bastantes kilos con el juego”, dice Rubén junto a sus amigos, a la sombra mientras huye del intenso sol de Granada.

Además, las acciones que te obliga a hacer el juego y la desarrollada comunidad que hay en la ciudad de la Alhambra ha hecho que la vida de más de uno cambie. “Yo, por ejemplo, soy de Valencia y llevo diez años en Granada y Pokemon Go me ha permitido conocer a mucha gente”, dice Rubén, mientras él y su grupo invitan a seguir andando por el entorno de plaza Bibrambla para que no se escape ninguno de estos animalitos que aparecen en sus pantallas.

“Nosotros somos un grupo de amigos dentro de la comunidad, igual quedamos para jugar , que para ir al cine o cenar, comenta Iván, que está allí junto a su novia.

Un claro ejemplo es la experiencia que se ha vivido hace poco en Dortmund, Alemania, donde más de 8.000 personas se juntaron en un parque para ‘cazar’ Pokemon en lo que se denomina un ‘Safari Festival’.

Varios entrenadores cazan Pokemon bajo la sombra de un árbol en el Zaidín

No hay prototipo de jugador

Todo esto hace pensar que es un juego de niños. Pero, la realidad es que en la comunidad de Granada hay gente jubilada que es toda una experta como entrenador -así se le llama a las personas que tienen y luchan con estos seres virtualmente animados-.

“Hay niños que vienen acompañados de sus padres o abuelos y echan la tarde aquí”, afirma Patricia, que es profesora en una academia y echará la tarde con su smartphone entre las manos, a más de 40 grados, junto a Rubén, que es biotecnólogo en un laboratorio farmacéutico, o con Iván y Yasmina, ambos profesionales de la hostelería.

Así, que si el próximo domingo ven a grupos de personas pasar varias veces mientras miran el móvil, no piensen que no están haciendo nada productivo. Realizan una actividad social, física y, sobre todo, intentan tener todos los Pokemon posibles.