Una mujer con graves problemas de movilidad sube al Cerro de Jabalcón andando para luchar contra la desnutrición infantil

Sufre la rarísima Enfermedad de Ledderhose, pronto le amputarán una pierna y tiene las manos atrofiadas, pero se vuelca en causas solidarias porque no ha perdido "la capacidad de seguir luchando"

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Elena Salas, después de completar su ascensión al Cerro de Jabalcón, con devotos de la Virgen de la Cabeza | Autor: Cedida de la página de FB de Elena Salas
Guillermo Ortega
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Hay personas que son dignas de admiración y Elena Salas Requena es sin duda una de ellas. Esta mujer de 55 años, nacida en Caniles y residente en Mallorca desde hace cuarenta, recorrió ayer sábado seis kilómetros andando para subir al Cerro de Jabalcón, donde hoy, por cierto, se celebra la romería en honor de la Virgen de la Cabeza.

No sería muy meritorio si no se tuviera en cuenta un detalle fundamental: Elena Salas sufre un mal raro, la llamada Enfermedad de Ledderhose. Es degenerativa y le afecta fundamentalmente a las articulaciones, aunque también, en menor medida, al cerebro. Ha pasado ya por once operaciones, pero ni circujanos, ni oncólogos, ni reumatólogos han dado aún con la tecla.

"Parece ser que soy la única en el mundo que la padece, nadie ha certificado ningún caso que haya precisado tantas operaciones, me siento como un conejillo de indias", resalta, haciendo gala de un sentido del humor a prueba de bombas.

No lo ha perdido, como tampoco su ilusión por ayudar a los demás. Empresaria autónoma durante toda su vida, hace ocho años tuvo que dejar de trabajar porque las piernas le fallaban demasiado. Reconoce que se hundió. "No tenía equilibrio mental, me pasaba el día en hospitales", aduce. Pero hace tres años, según sus propias palabras, recobró su autoestima y se dijo que lo mejor que podía hacer era ponerse al servicio de los demás, plantearse retos y cumplirlos. "Si se quiere, se puede", es su lema desde entonces.

Elena Salas, durante su ascensión al Cerro de Jabalcón (Foto cedida de su página de Facebook)

Eso fue lo que le llevó el sábado al Cerro de Jabalcón, donde todo lo que le donaron las muchas personas que quisieron acompañarla va a ir destinado a una organización que lucha contra la desnutrición infantil. "Tenemos que luchar para acabar con eso", enfatiza una mujer que, a la vista está, se preocupa más  por los males de otros que por el suyo. De hecho, está previsto que dentro de poco le amputen la pierna derecha, que ya  no resiste más operaciones. Con la izquierda apenas consigue andar, tiene las manos parcialmente atrofiadas y le ocurre a menudo que la información que recibe se aloja en su cerebro sólo unos minutos para desaparecer después de forma definitiva.

Elena Salas ha agradecido el apoyo recibido "de la gente de Zújar, que se ha portado maravillosamente", y ha prometido volver el año que viene. "Me encanta venir a Granada, echo mucho de menos esta tierra donde nací. Y los piononos, todavía más", afirma, y a continuación suelta una carcajada, sólo un minuto después de confesar que muy pronto va a quedarse sin una pierna.

Le importa, por supuesto, pero sigue adelante y no piensa parar. Ayer se pasó casi cinco horas andando, haciendo un esfuerzo sobrehumano. Pero en junio pretende hacer el Camino de Santiago ,que es mucho más duro. "Lo conseguiré, porque puedo haber perdido muchas cosas, pero no la capacidad de seguir luchando", finaliza.