Una surrealista pretemporada en abril y mayo
El pandemónium en que vive instalado el Granada desde hace once meses, vivió este fin de semana un nuevo y sonrojante capítulo, y no fue precisamente la derrota del conjunto rojiblanco ante el Sevilla, algo lógico si tenemos en cuenta el universo existente entre ambos equipos, y clubes. El ridículo lo volvió a hacer Tony Adams, que no se sabe si es peor entrenador o comunicador. Darle un micrófono, o una pizarra. Tanto monta, monta tanto. El numerito está asegurado: «Mi intención es mantener unido al grupo y hacer un trabajo como si fuese una especie de pretemporada», explicó el técnico británico tras la derrota en el Sánchez Pizjuán. Las pulsaciones no le subían de cuarenta en el momento en el que soltaba tremenda estupidez.
Un genio Tony Adams, tanto como el que le ha colocado ahí para que el Granada haga el trabajo de julio y agosto en los meses de abril y mayo. Debe ser que para eso no valía Lucas Alcaraz, aunque en realidad me alegra bastante que el técnico granadino ya no esté en el banquillo de Los Cármenes. Al menos, no se le señalará con el dedo cuando el equipo andaluz confirme su descenso a Segunda, que será más pronto que tarde. Eso sí que hubiera sido una mezquindad del tamaño de la Alhambra.
Adams, no contento con su esperpéntica misión como entrenador del Granada, esa de preparar a un grupo de jugadores para que se vayan de vacaciones a punto, que tiene guasa, también aseguró que el Granada de la próxima temporada ya tiene el cuarenta por ciento de la plantilla confeccionada. Se refirió a los jugadores con contrato en vigor para la próxima campaña. Menudo drama. Si la mitad de la actual plantilla es la que debe devolver al Granada a Primera, mejor cómprense un abono del Kinépolis. O del Aquaola. Es por su higiene mental. Con el tiempo, me lo agradecerán.