Unas incorporaciones que ganan
El cuadro rojiblanco renovó en un tercio a su plantilla en este mercado invernal para luchar por la permanecía
Las innumerables jornadas sin conseguir una victoria y la apertura del mercado invernal han dado un giro en la fisonomía del Granada CF en lo que respecta a la plantilla y a su cuerpo técnico. Los dirigentes han tenido un último mes con trabajo extra, lo que supone una situación deportiva delicada, alcanzando durante tres semanas el farolillo rojo de la competición, desde la jornada 18, abandonándolo con la sufrida victoria ante el Elche CF en la pasada fecha.
Cuando hay tantos movimientos y cambios en la estructura deportiva de un club a mitad de una temporada, significa que algo no funciona. Los dígitos en la puntuación, la escasez de goles anotados, la más pobre de todos los equipos participantes en una liga de Primera División en esta edición 2014-2015, han abocado al equipo a esta situación. La cuarta temporada consecutiva desde aquel 18 de junio del 2011, con el inolvidable e histórico gol de Ighalo que supuso el ascenso a la categoría de oro tras 35 años de ausencia.
Este ciclo se fraguó este verano pasado, con un cambio de filosofía, al contratar un técnico más contrastado a diferencia de los anteriores proyectos con entrenadores más 'noveles' y sobre todo 'económicos'. Los inicios fueron ilusionantes pero llegó la fatídica jornada 5, un Levante que se presentó en el Nuevo Los Cármenes como último clasificado y sin haber anotado ningún tanto, dio un bocado (0-1) que a la postre significó la pérdida de confianza y profundizó una crisis durante 16 semanas sin conocer las mieles del triunfo.
El ambiente general del club, del abonado y del aficionado invitaba a tomar decisiones por parte de la dirección deportiva y la presidencia. Las medidas no llegaban, al menos del gusto de los 'sufridores' y las jornadas se desarrollaban con continuas desilusiones en forma de resultados, sobre todo de imagen e identidad, lo que minaba cada vez la confianza interna de una plantilla que alternaba actuaciones ilusionantes con otras con enormes carencias en las prestaciones sobre el terreno de juego.
La jornada 19 no solo indicaba el fin de una primera vuelta deficiente en puntos y goles a favor. Los 'rectores' del cuadro granadino decidieron un cambio en la capitanía del barco rojiblanco. Joaquín Caparros dejó paso a un Abel Resino que regresaba al Granada CF tres temporadas después pero con el mismo cometido, la salvación. En la transición, un interino granadino, Joseba Aguado, entrenador del filial, que tuvo su premio dirigiendo unos entrenamientos previos y el partido del Vicente Calderón.
Por aquellos entonces se había abierto el plazo de fichajes del mercado invernal, que en ocasiones se acoge como periodo de refuerzo de plantillas ya consolidadas pero en otras, para hacer una auténtica revolución debido a que el estudiante nazarí representado en la plantilla estaba suspendiendo en el cometido de conseguir una media de puntos que permitiese soñar con una quinta temporada entre la élite del fútbol español.
El primero en llegar fue Lass Bangoura, con sus primeros minutos en Copa del Rey frente al Sevilla FC, consiguiendo incluso un gol de falta directa. Le acompaño unos días después Robert Ibáñez. Ambos en régimen de cesión por parte del Rayo Vallecano y el Valencia que le ofrecían al club granadinista velocidad por banda y un soplo de aire fresco en el vestuario. La maquinaria de la dirección deportiva comandada por Juan Carlos Cordero no se detuvo aquí, al fichaje de Emanuel Insúa (para el lateral izquierdo), le ha seguido Rubén Pérez (refuerzo para la creación y el trabajo en medio campo), Juan Cala (ya que el centro de la defensa se había quedado cojo). Ambos jugadores Rubén y Cala, sevillanos de nacimiento y con una amplia trayectoria.
Las informaciones que llegaban eran que se quería reforzar la delantera del equipo, para paliar las carencias goleadoras demostradas hasta el momento y el sexto en aterrizar en la ciudad de la Alhambra fue el portugués Daniel Candeias, más específico para jugar en banda aunque ha demostrado visión a puerta en su carrera. Las últimas horas del mercado transcurrían el pasado viernes 30 de enero y en esos momentos apareció la confirmación del fichaje de Adrián Colunga. El asturiano, de Oviedo, delantero con recorrido en la Primera División nacional y con buenos números de goleador, sobre todo en su etapa del Getafe y que hasta ese momento venia del Brighton inglés.
Con todas estas variantes, prácticamente, se ensambla un tercio de caras nuevas en la planificación inicial de plantilla. En sus botas, en su rendimiento y en sus prestaciones, acompañados de los que resisten de la 'quema', con la batuta del técnico toledano Abel Resino deben de afrontar la segunda vuelta con ambiente renovado y la intención de conseguir los puntos necesarios para mantener al Granada CF en la categoría que tanto esfuerzo y décadas costó conseguir. De momento camino transitado con un empate en Riazor y una victoria muy trabajada ante el Elche con Los Cármenes como testigo. Cuatro puntos consecutivos, tres goles a favor y abandonando el último lugar de la tabla. En el horizonte próximo Villarreal, Athletic Club Bilbao y ese lema en que tanto se ha insistido esta semana pasada, #YoConfío.