La Unidad de Melanoma del Clínico atiende en torno a 110 nuevos casos al año
El uso de fotoprotectores solares y prendas protectoras, así como evitar la exposición en las horas centrales del día, claves para una prevención adecuada
La Unidad de Melanoma del Hospital Universitario Clínico San Cecilio atiende en torno a 110 nuevos casos al año a través de la consulta específica que funciona como referente para Andalucía Oriental. En ella se atiende a los pacientes con tumores cutáneos de alto riesgo, así como a pacientes con sospecha clínica o que ya cuentan con un diagnóstico de melanoma.
En su conjunto, los especialistas atienden unas 2.000 consultas sumando a los pacientes de nuevo diagnóstico a aquellos que acuden a sus revisiones periódicas. Además, semanalmente desde la Unidad se realizan intervenciones quirúrgicas a los pacientes con situaciones más complejas.
El objetivo es, según el dermatólogo responsable de la consulta Francisco M. Almazán, “ofrecer una atención integral al paciente, de forma que podamos abordar el proceso desde el inicio y aplicar el tratamiento más personalizado posible a cada caso”. De esta forma “intentamos realizar un diagnóstico cada vez más precoz de posibles nuevos melanomas u otros tipos de cáncer cutáneo, lo cual es fundamental para un buen abordaje”.
Desde el Servicio de Dermatología se recuerda, con motivo del Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel que se conmemora este domingo, la necesidad de prevenir esta enfermedad tomando las medidas para ello. El uso adecuado de fotoprotectores solares y prendas protectoras, así como evitar la exposición a la luz del sol en las horas centrales del día son, según los especialistas, elementos clave para la prevención. Además, se recomienda acudir a consulta en caso de detectar cambios significativos en la piel ya que el diagnóstico precoz es fundamental para una buena evolución.
Funcionamiento y líneas de investigación de la Unidad
La Unidad de Melanoma recibe a pacientes derivados desde diferentes hospitales de Jaén, Almería y Granada, además de los que pertenecen al área de referencia del Clínico San Cecilio. Se trata de pacientes que son diagnosticados de melanoma o de tumores cutáneos de alto riesgo y que por sus características tienen más posibilidades de evolucionar negativamente.
Aunque el melanoma se puede presentar a cualquier edad, es poco común en niños y frecuente en adultos jóvenes siendo, según Almazán, “uno de los tumores con mayor mortalidad entre la población joven”. En España, el melanoma tiene una incidencia de 8,82 casos por cada 100.000 personas al año.
Esta Unidad se integra en Dermatología del Clínico San Cecilio y está atendida, además de por el doctor Almazán, por el también dermatólogo Jorge J. Vega, siempre en permanente colaboración con los otros facultativos del servicio, así como con el equipo de enfermería de consulta y quirófano. Igualmente, se trabaja de forma coordinada con profesionales de otros servicios como Oncología Médica, Radioterapia, Medicina Nuclear, Cirugía o Anatomía Patológica que participan en los comités periódicos en los que se abordan los casos de mayor complejidad.
El servicio de Dermatología desarrolla, además de la labor asistencial, una importante actividad investigadora sobre el cáncer de piel. Así, recientemente ha participado en un estudio nacional sobre cómo ha afectado la pandemia en los pacientes diagnosticados de melanoma o carcinoma escamocelular en el que se ha constatado un retraso en su diagnóstico. También forma parte de un estudio del Instituto Carlos III junto a otros hospitales nacionales para valorar la calidad de vida e índice de supervivencia de las personas con metástasis linfática que son sometidos a cirugía conservadora y tratamiento adyuvante, dada “la evidencia en los últimos años que nos indica que ya no son necesarias las cirugías radicales que se realizaban anteriormente” señala el doctor Almazán.
Además, en el último Congreso Mundial de Melanoma, el servicio Dermatología del Clínico San Cecilio presentó una novedad en la cirugía del ganglio centinela del cuello, en el que, mediante un detector neurosensorial del nervio facial, se previene el posible daño quirúrgico de este nervio en la extirpación de los ganglios localizados intraparotídeos.