"Con Covid o sin él, quiero vivir un Erasmus"
La Universidad de Granada registra una cifra de solicitudes para el programa similar a la de años anteriores pese a la pandemia
Irse de Erasmus significa salir de tu zona de confort, tener un nuevo hogar a miles de kilómetros del que siempre lo ha sido. Es sinónimo de disfrutar de cada segundo, de sentirse vivo. Y hasta el que no lo ha vivido sabe que esta experiencia equivale a salir de fiesta casi todos los días de la semana; pero, sobre todo, a viajar. Irse de Erasmus significa visitar rincones de Europa que nunca habrías imaginado que conocerías.
Pero si hay algo que marca un Erasmus es la amistad. Personas que hasta entonces no sabías ni que existían se convierten en mejores amigos, de esos con los que se crea un vínculo irracional que hace que pienses que los conoces de toda la vida. Por todo ello, muchos universitarios deciden vivir esta experiencia aún en mitad de una pandemia. “Con Covid-19 o sin él, yo tenía claro que el curso que viene me iría de Erasmus a alguno de los destinos europeos que seleccioné porque quiero vivir esta experiencia sí o sí”, afirma Luis, estudiante de Relaciones Laborales de la Universidad de Granada que el curso que viene realizará esta movilidad en Bratislava.
Desde la UGR afirman que este año el procedimiento se ha retrasado debido a un cambio en el programa establecido por la Comisión Europea, pero que la cifra de solicitudes y de preseleccionados es similar a la de años anteriores, a pesar de las condiciones sanitarias ocasionadas por el Covid-19.
Luis reconoce que la elección de países donde pasar su estancia ha estado influenciada por la situación sanitaria actual. “Mi principal objetivo era ir a algún país del centro de Europa, aunque también solicité ciudades de Portugal. Para ello, iba viendo en qué lugares hacían vida con mayor normalidad y dónde había menos restricciones”, comenta. Luis explica que otros de los aspectos que ha tenido en cuenta a la hora de solicitar plaza en distintas ciudades es el nivel económico de cada uno de ellas. “Bratislava tiene un nivel de vida similar a Granada. Además, me la ha recomendado mucha gente y eso obviamente también influye”, asegura.
“Lo que más me motiva a irme de Erasmus es viajar y, como finalmente iré a Bratislava, espero poder hacerlo a muchos sitios por la buena comunicación de esta ciudad y la cercanía a distintos países europeos”, comenta Luis, que reconoce que también pretende mejorar su nivel de inglés -idioma en el que tendrá las clases-y salir de su zona de confort, ver hasta dónde puede llegar en un sitio completamente nuevo, con gente desconocida y a miles de kilómetros de casa. “Pero también espero divertirme y salir de fiesta, todo hay que decirlo”, afirma entre risas. Aunque es consciente de las limitaciones que le pueden surgir, sobre todo a la hora de viajar o estar en contacto con otros estudiantes, Luis tiene claro que desea vivir esta experiencia.
Javier, estudiante de turismo, cuenta que, al llegar a Florencia, donde actualmente está realizando su Erasmus, pensaba que tendrían numerosas restricciones. Sin embargo, aunque en otoño sí vivió un confinamiento en la ciudad, después ha tenido bastante libertad. "En Italia ni siquiera era obligatorio el uso de mascarillas", explica.
Este indica que una de las razones por las que decidió irse de Erasmus el pasado otoño fue que si tenía que volver a vivir un nuevo confinamiento, al menos lo viviría en el extranjero. "Tenía claro que lo pasaría con gente nueva, rodeado de amigos y con al menos nuevas vistas desde mi ventana. Era algo que iba a hacer sí o sí, sin importar la situación", asegura. Aunque tuvieron dudas acerca del desarrollo de la movilidad en el curso actual, Javier afirma que la espera mereció la pena y que nunca tuvo ningún problema en la universidad de Italia por ser de España.
"Ha sido una experiencia diferente. Aun así, no siento que mi Erasmus se esté arruinando por el coronavirus. Las primeras semanas había libertad casi total para hacer fiestas, y las aprovechamos bien. No hemos hecho todos los viajes que queríamos, pero sí hemos hecho muchos de ellos y nos lo hemos pasado genial, incluso nos beneficia el hecho de que casi no haya turistas, como en el caso de Venecia, que nos la encontramos vacía, solo para nosotros. Esto sí que no se volverá a ver en la vida", asegura Javier.
Respecto a la vida nocturna, se han tenido que buscar la vida. En Italia, al igual que en España, el toque de queda marca la hora hasta la que pueden estar en la calle y los pubs han estado cerrados en ocasiones. Sin embargo, como afirma este estudiante, han tenido que organizar 'reuniones' en pisos o 'tardeos'. "Durante el día, solemos salir a dar una vuelta por Florencia, que no está nada mal. Solo por el hecho de hacer amigos, conocer gente de otros países y pasar tiempo con ellos, ya merece la pena. Así que no me arrepiento de nada, venir aquí justo este año ha sido la mejor decisión que he tomado", comenta.
Desde la UGR indican que las condiciones de tránsito entre fronteras han variado enormemente y que, todavía hoy, lo están haciendo, por lo que es lógico que haya destinos -instituciones internacionales de acogida de estudiantes de la UGR- que anulen la movilidad. Las cancelaciones las deciden los socios, las Universidades con las que se realiza el intercambio de estudiantes, en función de las medidas sanitarias vigentes en sus países en cada momento. Por cancelaciones y renuncias voluntarias, respecto al curso actual, han tenido una reducción de las cifras globales de movilidad entrante y saliente aproximadamente de un 40%. Por otra parte, la ciudad de Granada se prepara también un año más para recibir a estudiantes dentro del programa Erasmus+, respetando siempre las condiciones de seguridad sanitarias.
Comentarios
Un comentario en “"Con Covid o sin él, quiero vivir un Erasmus"”
Luis Miguel Uribe
22 de febrero de 2021 at 13:10
Y si podeis quedaros con trabajo no lo dudeis. Aquí nada de nada