Uno de cada cuatro hombres, dispuesto a usar bótox para mejorar su aspecto

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E.P
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El 25 por ciento de los hombres en España admite que no le importaría ponerse toxina botulínica, según los resultados presentados en la XXIII Reunión del Grupo de Dermatología Cosmética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). De hecho, este tratamiento se ha convertido en una opción estética para los hombres.

El doctor Miguel Sánchez Viera, del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), explica a Europa Press, que "verse bien ya no es sólo patrimonio de las mujeres. Hay un gran número de ejecutivos que están muy interesados en lograr ese aspecto fresco y natural, ya que las relaciones personales y laborales nos exigen una buena imagen a todos, por eso se recurre a usar tratamientos que ayuden a verse y sentirse mejor", explica.

Este experto destaca que "el hombre actual vive más años, desea permanecer activo por más tiempo y mantener esa apariencia fresca que es sinónimo de vitalidad. Por encima de cualquier paradigma obsoleto de masculinidad ahora se busca preservar la jovialidad del rostro y son cada vez más las consultas de hombres sobre tratamientos que mejoren su expresión facial".

Y en esta exigencia, el tratamiento con toxina botulínica tipo A (comúnmente llamada bótox) por su comodidad y resultados, se ha convertido en una opción adecuada para los hombres, de modo que "se está convirtiendo en un tratamiento tan demandado como una simple limpieza de cutis. El miedo a las agujas y el recelo a inyectarse una toxina ya es cosa del pasado --asegura--, y ahora simplemente es una solución de belleza más para luchar contra el envejecimiento cutáneo".

El procedimiento de aplicación de la toxina botulínica tipo A es muy simple. Se realiza en consulta, en unos diez minutos con unas molestias mínimas y prácticamente no existe período de recuperación después de la aplicación, por lo que puede continuarse con las actividades diarias de forma inmediata.

Se inyecta mediante micro-inyecciones directamente en el músculo responsable de la formación de la arruga y provoca su relajación temporal, aportando al rostro una apariencia más suave, rejuvenecida y saludable. No obstante, este experto recuerda que, como en la mayoría de los tratamientos estéticos de esta naturaleza, la elección del médico es "clave" para conseguir el aspecto deseado sin tener que asumir riesgos innecesarios.

En el caso de los hombres, los músculos de la mímica son generalmente más marcados que en las mujeres, apunta el doctor Sánchez Viera, lo cual hace que las arrugas sean mucho más acentuadas, sobre todo en las marcas de gesto. Por eso la consulta más demandada es para eliminar las arrugas del entrecejo, las patas de gallo y las arrugas de la frente.

"Los hombres de 20 a 45 años son el grupo que presta especial cuidado a su aspecto. Son los que más se animan a los tratamientos no invasivos o mínimamente invasivos, pero poco a poco serán los mayores de 45 años los próximos a incorporarse a esta nueva tendencia", explica.

Para este dermatólogo especializado en estética, la inyección con toxina botulínica es el tratamiento estrella para dar un aspecto rejuvenecido al rostro no sólo por su eficacia sino por su seguridad: "son ya más de 27 millones de pacientes en todo el mundo los que han utilizado este tratamiento, por lo que su seguridad está ampliamente demostrada".

Sus resultados y la comodidad de aplicación han colocado al tratamiento con toxina botulínica tipo A y al relleno de ácido hialurónico como la primera elección del sexo masculino en lo que respecta a tratamientos no quirúrgicos.

Asimismo, el doctor Sánchez Viera quiere desterrar algunos mitos respecto a esta técnica, como el hecho de que se pierda la expresión del rostro, dejando la cara acartonada. "Si la toxina botulínica se aplica correctamente otorga la apariencia de un rostro más relajado y joven sin perder la expresión del mismo, y esto se logra mediante un diagnóstico preciso de los músculos involucrados en la formación de las arrugas específicas a tratar".

También desmiente que los músculos queden rígidos permanentemente ya que, después de 3 ó 4 meses el efecto de la toxina empieza a desaparecer y los músculos de la mímica retoman su actividad y las arrugas de expresión comienzan a notarse nuevamente. No obstante, precisa que

después de un par de tratamientos podrá notar que los resultados son más duraderos, de hasta nueve meses.

Y finalmente advierte de que no existen cremas con efecto "similares" a bótox. "Las cremas actúan sobre la piel superficialmente mejorando su apariencia, hidratación y tratando las arrugas más finas y ligeras, pero ninguna crema es capaz de actuar en el músculo que forma las arrugas