"Uno no está preparado para que le digan que su hijo tiene un tumor cerebral"

Los padres de la pequeña Celia están pidiendo públicamente ayuda para afrontar los costes de los tratamientos médicos del tumor de su hija

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Celia acaba de cumplir nueve años en febrero | Foto cedida por la familia
Rosa Núñez
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La familia de Celia, la pequeña niña granadina que tiene un tumor cerebral, ha agradecido la colaboración de los medios de comunicación para la difusión de la campaña 'Ayuda para Celia'. Se trata de un proyecto de micromecenazgo a través de Internet, en la página GoFundme, para solventar los gastos de su hija, a la que, tras diagnosticarle el tumor, le cambió la vida.

El problema de la familia de Celia es que ni la salud pública ni los seguros privados le cubren económicamente los tratamientos médicos para luchar contra el tumor de su hija.

Según han indicado los padres en un comunicado, la vida les cambió a ellos con el nacimiento de la pequeña el 13 de febrero de 2012 en el Hospital San Cecilio de Granada: "Tras un largo parto sentimos una inmensa emoción y ternura con esta nueva vida, nuestra primera hija. Desde entonces es, con su hermana Sofía, lo que más queremos en este mundo".

Celia, a la que sus primogénitos definen como "cariñosa y alegre, generosa y siempre pensando en los demás, especialmente en su hermanita de seis años, a la que adora", sufre de un glioma difuso de la línea media con mutación H3 K27M, una enfermedad y condición incurable.

Desde el pasado verano, cuando fue disgnosticada, sus padres se dedican en cuerpo y alma a sus hijas “para hacer especial cada día”, según aseguran ambos. “Nuestra hija ha demostrado ser una niña fuerte, alegre, cariñosa y generosa que tiene unas enormes ganas de vivir”, ha contado la familia Gonzalo Soler.

"Excepcional en los estudios, los deportes (gimnasia rítmica, natación, ciclismo,...), música (tras superar brillantemente las pruebas de acceso estaba
deseando comenzar en el conservatorio), pintura y sobre todo en ser querida por sus compañeros y amigos", continúan describiendo a la niña.

A pesar de que, según comentan sus padres, la salud siempre le ha acompañado, fue "en pleno confinamiento", cuando "comenzó a tener algún dolor de cabeza y en ocasiones vomitaba, pero se le pasaba enseguida". Sin embargo, fue a principios de agosto cuando "notamos que el brazo izquierdo le temblaba y ahí comenzó nuestra pesadilla", dicen de manera contundente en el texto.

Así, es cierto como dicen que "uno no está preparado para que le digan que su hijo tiene un tumor cerebral, sólo ese nombre duele al escucharlo, pero si además te dicen que es de los 'raros', está en un sitio difícil y tiene un mal pronóstico, el mundo se te vuelve del revés y sólo quieres despertarte de este mal sueño", señala la familia.

Después de una ventriculostomía para aliviar la hidrocefalia que le estaba generando y de completar un largo ciclo de radioterapia y quimioterapia combinada, Celia comenzó con ilusión la quimioterapia de mantenimiento, pero su cuerpo no la aceptó bien, "así que hemos removido el mundo entero en busca de alguna otra alternativa que le siga manteniendo como hasta ahora. Celia necesita tiempo para poder acceder a alguna investigación que dé esperanza para ella y todos los niños del mundo que como ella padecen esta terrible enfermedad", explican Lola y Ramón, padres de Celia.

Esta búsqueda tiene unos gastos que sus padres solos no pueden afrontar y "nuestros escasos recursos los estamos empleando en disfrutar
estos momentos con nuestras hijas, porque no podemos dejar nada para hacer mañana", manifiestan amargamente los padres de Celia.