Usar el móvil en compañía de otros se critica, pero no se puede evitar

Bien como excusa o por la necesidad del momento, el caso es que el uso del móvil cuando se ha quedado con amigos, familiares o compañeros de trabajo no tiene fines antisociales, o eso han explicado los encuestados

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Conversación entre dos personas y los móviles encima de la mesa | Foto: E.P
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El teléfono móvil se ve como un dispositivo que distrae y molesta cuando se usa en ciertos escenarios sociales, pero, al mismo tiempo, supone una tentación que lleva a usarlo en encuentros grupales, según se desprende de un estudio realizado por Pew Research Center.

El uso del móvil está tan generalizado que a muchos les resulta difícil separarse un solo segundo de él y algunos usuarios, incluso, no llegan a apagarlo nunca. Esta sociedad del "siempre encendido", ha provocado un cambio en lo que se considera apropiado en situaciones sociales.

Así, en general, no se ve como algo inapropiado cuando alguien usa el móvil mientras camina por la calle o está en el transporte público, pero la cosa cambia cuando ese usuario se encuentra acompañado, por ejemplo, en un restaurante o en una reunión.

El impacto que tiene el uso de un móvil en un encuentro grupal es considerado, por el 82 por ciento de los encuestados, como dañino para la conversación, mientras que el 33 por ciento ha comentado que, por el contrario, contribuye a ella. Esta segunda percepción es más recurrente entre los hombres (68 por ciento) que entre las mujeres (51 por ciento) y entre los jóvenes (71 por ciento).

Pero, a pesar de que su uso se vea mal en determinadas circunstancias, lo habitual es usarlo y ver a los demás hacer lo mismo. El 89 por ciento ha reconocido haber usado su teléfono en su último encuentro para ver o escribir un mensaje, hacer una fotografía o un vídeo, enviar un email o responder una llamada, como las acciones más habituales.

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MOTIVOS SOCIALES, NO ANTISOCIALES

Bien como excusa o por la necesidad del momento, el caso es que el uso del móvil cuando se ha quedado con amigos, familiares o compañeros de trabajo no tiene fines antisociales, o eso han explicado los encuestados.

La intención, en general, no suele ser la de evadirse de la conversación, sino aportar información sobre el lugar al que van o cómo llegar a él, coordinar la quedada con otros o ponerse al día con amigos y familiares.

De hecho, los comportamientos antisociales parecen ser los menos frecuentes, según el estudio. Solo el 23 por ciento ha reconocido usar el móvil en un espacio público con el fin de evitar la interacción con otras personas.