Denuncian ante Inspección de Trabajo las bajas temperaturas de los colegios de Granada
Critican que se han llegado a registrar temperaturas inferiores a los 10ºC durante la borrasca Filomena, o inferiores a los 14ºC durante esta misma semana
El sindicato USTEA ha denunciado ante la Inspección de Trabajo a la Consejería de Educación por las bajas temperaturas que se viven en los centros educativos de la provincia y la inacción por parte de la Delegación de Educación.
En este sentido, la formación apunta a que, según la normativa en materia preventiva, concretamente el Real Decreto 486/1997, el límite de temperatura mínimo en un puesto de trabajo ha de ser de 17ºC. "Esa temperatura está lejos de tenerse en gran parte de los centros docentes de la provincia, en los cuales hemos llegado a registrar temperaturas inferiores a los 10ºC durante la semana de la borrasca Filomena, o inferiores a los 14ºC durante esta misma semana", critican.
El origen de este frío en las aulas es que éstas, como manera de evitar los contagios de coronavirus, han de estar abiertas de forma permanente o intermitente, a fin de favorecer la ventilación natural. Sin embargo, lamentan que esta situación ya se sabía que iba a ocurrir desde inicio de curso, y "desde varias organizaciones avisábamos que tendrían que poner remedio para, sin renunciar a un ambiente lo más libre de aerosoles posible, se pudiera trabajar en un entorno con un mínimo de confort térmico".
"Difícilmente se puede asegurar que existe confort térmico en aulas que aún a las 1 del mediodía seguían registrando temperaturas de 13ºC, pero la Consejería, como tantas otras veces en el presente curso lectivo, ha decidido mirar hacia otro lado ante los serios problemas que ha de afrontar la Comunidad Educativa en el presente curso", lamentan.
Desde USTEA consideran que, a pesar de las desgracias de la pandemia, este era una año que ofrecía la oportunidad de solucionar algunos de los males endémicos de la educación andaluza. Y uno de ellos era el de la climatización. "Muchas actuaciones podrían haberse realizado para evitar esta situación de frío extremo que puede generar estrés térmico en docentes y alumnado".
Para ello, proponen la propia bajada de la ratio, es decir, un menor número de personas en un mismo espacio requiere una menor frecuencia de ventilación, y una mejora de las condiciones de climatización, como el cierre de ventanas o dobles acristalamientos. "Esto hubiera permitido una mejor y más rápida recuperación de la temperatura en los momentos en los que se cierran las ventanas", apuntan.
Por último, pide que se valore "seriamente" la instalación de filtros de aire. "Estos filtros que están instalados en aeropuertos y aviones parece que no resultan fiables para la Consejería de Educación. Aunque todos sabemos que detrás de esta postura lo único que hay es pura austeridad: en la medida en la que la Administración no reconoce su utilidad o seguridad, no tiene por qué gastarse el dinero en su instalación. Existen otras medidas más caras con las que igualmente se hubiera podido solventar el problema: mecanismos de ventilación forzada, urnas cerradas, etc. Estas medidas, obviamente, no estaban en la hoja de ruta de la Consejería que regenta el señor Imbroda", aseveran.