'Valientes', la iniciativa de Proyecto Hombre para visibilizar las adicciones en mujeres

Manuel Mingorance, director de la asociación, detalla las dificultades y la estigmatización a la que se enfrentan las mujeres adictas y explica

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Manuel Mingorance, director de Proyecto Hombre | Foto: Carmen Vera
Ainoa Morano
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"Proyecto Hombre me ha salvado la vida". Esta frase la pronuncia Bárbara, la protagonista del primer episodio de 'Valientes', la última iniciativa llevada a cabo por Proyecto Hombre para visibilizar la realidad de las mujeres adictas. Las adicciones siguen siendo un gran tema tabú en la sociedad, carentes de importancia o preocupación por parte de una ciudadanía abstraída de esta dura realidad que muchas personas sufren y combaten en silencio.

El miedo, la vergüenza y la gran estigmatización entorno a las adicciones lleva a quienes las padecen a una batalla continua entre incapacidad de salir de este mundo oscuro que poco a poco los consumen y la necesidad de gritar y pedir una ayuda necesaria para rehacer su vida. Si el camino ya es complicado de por sí, para las mujeres lo es aun más, pues el prejuicio que ellas soportan es aun mayor. Es por ello que desde Proyecto Hombre han querido tender una mano más para visibilizar a las mujeres adictas y para demostrar que la vuelta al mundo real es posible. Manuel Mingorance, director de la asociación explica en una extensa entrevista el proyecto 'Valientes', los condicionantes que sufren las mujeres en su particular batalla contra la adicción y cómo se trabaja y cual es el proceso que estas personas siguen para recuperar sus vidas.

Pregunta: ¿En qué consiste la última iniciativa de Proyecto Hombre, 'Valientes' y qué buscáis con ella?

Respuesta: Llevamos tres años apostando este tipo de campañas que consideramos que tienen un gran impacto. Hemos hecho otras sobre consumo de cocaína y sobre jóvenes y adolescentes con sus familias. Ahora nos queríamos centrar en mujeres porque en Proyecto Hombre las mujeres apenas representan el 20% de las personas que atendemos. Seguramente tengan menos adicciones que los hombres en algunas sustancias como por ejemplo en el cannabis. Aun así, a las mujeres les cuesta más trabajo pedir ayuda. Por el miedo, la vergüenza y la estigmatización que existe en torno a las adicciones. En las mujeres está peor visto aún el ser adicta. A ellas hay que añadirles las cargas familiares, ellas llevan el peso de las tareas domésticas, el acompañamiento a los hijos... Queremos visibilizar y normalizar esta situación, no hacerlo un tabú. Si alguien tiene un problema tiene que afrontarlo y pedir ayuda. Además, cada vez más hay relación entre la salud mental y las adicciones. Cada vez son más las personas que tienen asociado un problema psicológico como puede ser una esquizofrenia, un cuadro de ansiedad o un trastorno bipolar con las adicciones. Esto hay que abordarlo. Con esta campaña queremos visibilizar esto. Si después de la campaña aumenta, por poco que sea, el número de mujeres que acuden a nuestros centros, nos damos por satisfechos.

P: Bárbara es la protagonista del primer capítulo de 'Valientes'. En los primeros minutos del episodio se habla de unos problemas familias que la llevaron a distanciarse de su madre y entrar en estos problemas con las adicciones. ¿Los problemas familiares son un importante condicionante de una posterior derivación a las adicciones?

R: Tendremos que analizarlo. Muchas personas vienen por una familia desestructurada. Una familia estructurada es un factor de protección, si no hay esa unidad es un gran factor de riesgo. Las adicciones tienen mucha relación con las carencias afectivas. Las sustancias tienen muchas funciones, pero una de ellas es la anestesiar y tapar la realidad que para muchas personas es sumamente dura. La desestructuración familiar tiene un peso importante. En Proyecto Hombre la familia es fundamental. En ocasiones no se puede trabajar con ellas porque ya han tirado la toalla. La familia es la institución mejor valorada en España, nos sostiene, nos arropa y está con nosotros en los momentos más difíciles. La familia también sufre mucho, convivir con una persona adicta es muy complicado.

P: ¿Cómo trabajáis con las mujeres adictas, especialmente, atendiendo al miedo, la vergüenza y los estigmas que las rodean en estos casos?

R: Hay muchos programas en función del perfil de la persona. Las adicciones tienen todas un mismo patrón, pero no es lo mismo trabajar con una persona alcohólica que con una persona que tenga un problema con la cocaína o con el juego. También depende de que sea hombre o mujer porque nosotros trabajamos con una perspectiva de género. En general, todos los programas tienen una primera fase de contención. Buscamos que intente dejar el consumo. Aquí hay unas normas y unos límites. Son personas que vienen de desestructuradas, que han pasado por situaciones muy complicadas, por eso buscamos regular la alimentación, el sueño y la higiene. Esta fase puede durar unos dos meses. Después, en la segunda fase, más interior, la llamamos de autoconocimiento. Intentamos acompañarlos, ayudarlos y asesorarlos para que descubran cuáles son las causas que los han llevado al consumo. Esta fase puede durar desde cinco hasta siete u ocho meses y es muy importante. Ellos llegan hasta donde quieren. En la tercera fase, es ya un momento de reinserción sociolaboral. La incorporación a la sociedad y el mundo laboral también es un periodo en el que nosotros en Proyecto Hombre los acompañamos.

P: ¿Estos diferentes procesos cómo se llevan a la práctica?

R: Depende de cada programa, pero hay algunos que son todos los días. Los programas residenciales, la terapia la reciben en nuestra sede por la mañana y a partir de las una de la tarde, todos los días están en su vivienda. Ahí también reciben otros grupos de ayuda. En la comunidad terapéutica no bajan a la sede, sino que en la misma comunidad la reciben y conviven allí. Hay otros programas que vienen dos días a la semana, se busca que no haya tanto deterioro, sobre todo, a nivel social ni laboral. Nosotros, además, trabajamos mucho desde la terapia grupal con grupos de autoayuda o con la familia. Tiene un asesoramiento y acompañamiento mucho más estrecho, tanto si es diario como si es dos días a la semana.

P: En el caso de la mujer adicta, se habla de que se sienten "malas madres" que no "cumple con su función de mujeres". Incluso se hace hincapié en las relaciones sentimentales y sexuales condicionantes de las adicciones

R: La prostitución también existe en los hombres, pero en la mujer la violencia de género también está muy unida. Ellas, en muchas ocasiones, han consumido a raíz de su pareja, han sido ellos los que las han incitado a consumir. Hay una relación de autoestima. La mujer tiene que considerarse válida. Es una erosión continua de la que cuesta mucho salir. Siempre lo digo, una mujer adicta llega a un momento, como dice Bárbara en su vídeo, que no tiene sentido su vida. Hay una erosión permanente en la propia personalidad. Cuando también has hecho cosas contra la dignidad, todo eso va minando. Ellas se sienten malas madres, malas hijas, malas hermanas... Por eso hay que trabajar desde esa perspectiva de género y que sepan que pueden salir de ahí y que tienen esas herramientas necesarias para salir.

P: Con el proyecto 'Valientes' también buscáis visibilizar que las adicciones son una enfermedad, que hay que aprender a convivir con ellas. 

R: Esto es un problema para siempre. Te puedes curar, pero no es como una neumonía, que te curas y ya. Esto lo controlas, pero sigue ahí. Hay que tener mucho cuidado porque a la primera de cambio puedes recaer. Estas personas han estado acostumbradas a afrontar los contratiempos y las adversidades consumiendo. Es por ello que estas personas deben tener mucho cuidado porque tienden a consumir. Sí es cierto que, cuando damos un alta terapéutica, ellos ya tienen muchos instrumentos y tienen un gran respaldo de Proyecto Hombre por lo que la probabilidad de recaer es pequeña.

P: Dejando esta iniciativa a un lado, ¿Cuáles son las principales adicciones, las que más predominan?

R: Predominan el alcohol y la cocaína. Después los porros, el cannabis. El 10% de la población consume. En el programa joven que tenemos sí que llegan bastantes chicos con problemas con el cannabis. También las metanfetaminas o las politoxicomanías, es decir, no es una sola sustancia. O no sustancias, como los juegos online, las apuestas, la pornografía, el sexo...Por ejemplo, el 'Chemsex', la relación de hombres con hombres durante un fin de semana entero, consumiendo y teniendo relaciones de unos con otros. En Granada se ven algunos casos ya. No es esa prevalencia del alcohol y de la cocaína.

P: En el caso de los jóvenes, ¿Se aprecia un incremento de las adicciones a los juegos o a las apuestas?

R: Estamos viendo un aumento de chicos que llegan a Proyecto Hombre con adicciones al juego. Sobre todo, las apuestas que es algo súper fácil para ellos. Conozco gente que ha ganado hasta 2.000 euros con una simple apuesta, es un gran refuerzo positivo. No puedes parar. Las apuestas online y los videojuegos son adicciones cada vez más comunes, aunque no tanto como otras. Esto solo es la punta del iceberg. Los que piden ayudan son muy pocos porque no hay alarma social por las adicciones. Hace 30 o 40 años la heroína fue un gran problema. Muchas asociaciones salieron de ahí. La heroína se ha llevado a 200.000 personas en España. En aquellos años, en el CIS la heroína era la segunda causa de preocupación de los españoles. Hoy en día supera la vigésima posición. No hay una alarma social, no se le da importancia.