Unos vecinos del Albayzín temen por la posible caída de un muro sobre sus viviendas
La pared se derrumbó parcialmente por los terremotos del pasado año y para arreglarlo se necesita el permiso de Cultura al encontrarse cercano a la muralla de la Alhambra
Miedo e incertidumbre. Con estas sensaciones conviven los vecinos de la urbanización Apartamentos Albayzín desde hace más de un año, concretamente desde el 26 de enero de 2021. Granada recuerda esta fecha como “la noche de los terremotos”. Tres seísmos de más de 4 grados de magnitud en menos de media hora hicieron que cientos de granadinos se echasen a las calles en busca de un lugar seguro. Los temblores provocaron daños materiales en varias zonas de la provincia y, en concreto, en esta urbanización.
La mañana siguiente a los terremotos un fuerte ruido despertó a todos los vecinos. Parte del muro contiguo a sus viviendas se había desplomado. “Sonó como si cientos de botellas de cristal se partiesen a la vez. Nos asomamos a las ventanas de nuestras casas, que justo dan a este muro y vimos que la parte de arriba había caído”, explica Patricia Molina, residente de los Apartamentos Albayzín. Además del derrumbamiento parcial, se formó una gran grieta que amenazaba con provocar que toda la pared cayese.
Viendo el peligro que esto suponía para todas las familias de la urbanización, los vecinos acordaron buscar una empresa que trabajase en la reparación del muro caído. Hasta aquí todo parece una situación normal, sin embargo, el problema radica en que dicha construcción se encuentra a escasos metros de la muralla nazarí de la Alhambra. En el año 2007, la Junta de Andalucía establece que los Bienes de Interés Cultural tendrán un entorno de protección. Dentro de las ciudades esta área se fija a 50 metros de distancia y fuera de las ciudades a 200 metros. El muro se encuentra a menos de 50 metros, por lo que las obras deben estar autorizadas por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta.
Lo que en principio debería ser un procedimiento sencillo de ejecutar, se ha convertido en un auténtico tormento para estos vecinos. “No sabemos si es por falta de experiencia o de conocimientos, pero la empresa contratada no ha sabido gestionar adecuadamente las solicitudes y, por lo tanto, no podemos empezar a arreglar el muro. Así llevamos ya un año, esperando, y con muchísimo miedo porque cualquier pequeño terremoto puede hacer que el muro caiga por completo sobre nuestras viviendas”.
Desde hace unas pocas semanas, la empresa contratada por la comunidad de vecinos está siendo asistida por Alberto Martos, arquitecto encargado de realizar la ITE (Inspección Técnica de Edificaciones) y que cuenta con experiencia en este tipo de casos y procedimientos. Martos explica que “si a Cultura se le dice que se va a tirar el muro o que se va a hacer uno de contención, pero sin aportar ninguna documentación, lo van a rechazar. Para la administración es un expediente normal, ellos lo que quieren saber es qué se va a hacer para poder autorizarlo o no”.
Por esta situación también se ha interesado el alcalde de Granada, Paco Cuenca. “Cuenca se puso en contacto con nosotros y nos dijo que si había algo que pudiese hacer para ayudarnos contáramos con él, pero esto depende de la Junta, no del Ayuntamiento”, explica Patricia Molina.
Actualmente la solicitud está siendo revisada por la Comisión de Patrimonio que será la que determine si se puede o no realizar la obra, pero como se suele decir, las cosas de palacio van despacio. Mientras tanto, estos vecinos deben convivir día tras día con un muro contiguo a sus viviendas que amenaza con derrumbarse. El miedo y la precaución para evitar pasar por su lado son constantes. Tan solo unas simples vallas colocadas por los propios vecinos separan la pared de las viviendas. Quizás no pase nada, quizás nunca caiga, pero si llegase a pasar y afectase o a sus hogares o a sus residentes, entonces llegará el momento de preguntarse qué falló para no haber arreglado ese muro lo antes posible.