Los vecinos de calle Elvira denuncian "inseguridad, ruido y falta de limpieza"
Los habitantes del barrio han presentado un documento en el Registro General del Ayuntamiento con sus quejas, pero tienen que esperar “seis meses” a la reunión de la comisión que resuelve ese tipo de situaciones
"El Bajo Albaicín es un barrio que se está convirtiendo no ya en inseguro, sino que no hay ni por dónde cogerlo. La ciudadanía está desprotegida”. Así de contundente se muestra Paola Ruiz, una vecina de calle Elvira que está harta de la situación que padecen los vecinos a diario, quienes tienen que soportar ruidos y suciedad y sufrir la inseguridad que hay en la zona.
Los habitantes de calle Elvira se sienten “abandonados” por el Ayuntamiento, que “ya es consciente del problema desde hace varios años, pero no brinda solución alguna ante la inseguridad, el ruido y la falta de limpieza”, lamenta Paola Ruiz.
Tanto el callejón de Rueda Bolas como el del Cobertizo de Gadeo son “un hervidero de venta de droga, baño público y botellódromo improvisado cada fin de semana”. Los vecinos están hartos de que “día sí y día también” tienen que llamar a la policía “porque hay chavales que se dedican a vender droga en un lugar que es la entrada a un bloque de viviendas”.
“La policía viene, pero como lo hacen varias veces a la semana no se dan tanta prisa en llegar porque ya saben lo que se van a encontrar y tampoco pueden hacer mucho”, asegura esta vecina de la zona, en la que hay descampado que pertenece a la Junta de Andalucía en el que se iban a hacer unas obras para construir viviendas sociales hace unos años. Las obras de construcción no se llevaron a cabo finalmente y se dejó “una especie de callejoncillo entre ese solar y el bloque de viviendas que la gente lo utiliza el fin de semana para hacer botellón o fumar porros, porque es una zona donde nadie les ve, pues queda más arriba de la calle Elvira”. “Si pasa el coche de la Policía, se tiene que fijar muy bien para saber que allí está pasando algo fuera de lo común”, añade Paola Ruiz.
La inseguridad en calle Elvira se ha puesto de manifiesto con incidentes que han ocurrido en los últimos meses. “En el barrio, entre otras cosas, ha muerto un hombre que fue asesinado y ha desaparecido un chaval”, éste último fue encontrado en Torrox, donde además fue detenido porque estaba “inmerso en un proceso judicial”. Para los vecinos de la zona la situación es “desesperante” porque “la actuación policial no surte efecto”. “Llevamos ya tiempo con problemas graves”, asegura también Lola Boloix, la presidenta de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín.
“En calle Elvira, que tiene más tránsito de turistas, muchos tironeros roban y salen a correr por los callejones hacia arriba, por Correo Viejo, Rueda Bolas, Molino de la Corteza…Son un laberinto y salen a correr y se pierden. Por ahí no hay vigilancia nunca. Hay temporadas que la Policía pasa más, pero por la calle Elvira, no por las callecillas de arriba, en las que hay muchas casas abandonadas, ocupadas y solares”, apunta Lola Boloix.
La representante de los vecinos del Bajo Albaicín asegura que deberían contar “con una policía de barrio” que les diera “tranquilidad”. “La presencia policial haría que tuviéramos más seguridad, y no la tenemos. La Policía solamente pasa ahora algo más desde hace un año, pero normalmente en coche por la calle Elvira. No es la seguridad que todos pedimos, que es una policía de barrio fija, que se sepa el barrio y que pueda subir por las calles y bajar, que tampoco es tan complicado. No es algo que pidamos y que sea extraordinario”, añade.
Falta de limpieza
Además, la falta de limpieza en el entorno de calle Elvira es algo que molesta mucho a los vecinos, ya que ellos mismos tienen que limpiar en zonas donde el camión de Inagra no llega para hacerlo, como el citado callejón de Rueda Bolas o el Cobertizo de Gadeo. “Hacen oídos sordos a nuestras peticiones de limpieza”, lamenta Paola Ruiz, quien también asegura que los vecinos tienen que “limpiar con lejía cada fin de sema”. “No puede ser que sábado, domingo y lunes por la mañana sea obligatorio hacer esto. No es normal. Es increíble la de suciedad que aquí se acumula”, apunta.
“Hay mucha suciedad, la gente tira basura y también se orina en las esquinas, porque son calles muy solitarias”, asegura Lola Boloix. Además, "los contenedores se los están llevando hasta una anchura que hay donde está la Casa Cuna", comenta, lo que provoca que los vecinos no dispongan de contenedores suficientes para depositar sus bolsas de basura. "La zona no dispone de contenedores suficientes para los vecinos, solo para los comercios", lamenta también la vecina Paola Ruiz, lo que provoca que las bolsas con basura se acumulen en la calle.
La portavoz de los vecinos del Bajo Albaicín también lamenta las pintadas que hay por el barrio. “Las quitan con ese programa para parados, pero, al poco tiempo, ya están pintando otra vez. No nos gusta que cada vez que haya un dinero de Empleo Joven lo tengan que usar para lo mismo. Queremos que haya vigilancia de manera que se consiga que no pinten”, comenta.
Los vecinos ya han presentado un documento con sus quejas en el Registro General del Ayuntamiento de Granada, pero le han comunicado que “la comisión que resuelve este tipo de situaciones se reúne cada seis meses”, por lo que deben esperar ese tiempo, como mínimo, para que puedan atenderles. “En nuestras peticiones solicitamos más presencia policial y el cierre, con puerta metálica o similar, del Cobertizo de Gadeo, que es una calle sin salida ni acceso a viviendas o comercios para así evitar los ruidos, la basura y las situaciones indeseables, ya que los visitantes deciden miccionar delante de la única ventana y vía de ventilación del dormitorio de los vecinos del primer piso”, indica la vecina Paola Ruiz.
Los residentes en calle Elvira piden que el callejón del Cobertizo de Gadeo "se pueda cerrar con una verja o con algún tipo de puerta métalica, como hay en otras bocacalles”, pero van a tener que esperar por lo menos seis meses para que el ayuntamiento atienda su petición. “Además ahora, como hay elecciones de por medio, gane el que gane tendrá o no en cuenta nuestras quejas y no sabemos lo que va a pasar”, indica Paola Ruiz. Mientras tanto, solicitan una solución provisional con la instalación de “alguna especie de valla o un cordón que, aunque se pueda saltar, al menos haga que la gente se lo piense” y pueda evitar que accedan a la zona, donde los vecinos tienen que soportar cada día molestos ruidos y suciedad.