Vecinos de La Chana denuncian la presencia de ratas trepadoras en las fachadas de su edificio
Los roedores acuden atraídos por el calor a la calle Huéscar de la barriada de las Angustias, pero este año han desaparecido los gatos que los depredaban
Escalan por las tuberías exteriores, se descuelgan por los tendederos y se pasean por los alféizares; tal y como se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia. De momento no se ha colado ninguna por una ventana, pero temen que, en mitad de la noche, alguna les pueda despertar merodeando junto a sus camas.
Los vecinos de la barriada de las Angustias, en el corazón de La Chana, llevan conviviendo desde principios de la semana pasada con una plaga de ratas trepadoras que campan a sus anchas por las jardineras aledañas a sus edificios mientras, denuncian, "el Ayuntamiento no ataja el problema".
El problema lo ha puesto en conocimiento del Defensor de la Ciudadanía un grupo de propietarios e inquilinos de la calle Huéscar, entre Arzobispo Guerrero y la Avenida de Andalucía, aunque algunos aseguran que no es exclusivo de su zona.
"Tengo una amiga que vive en Santa Adela, en el Zaidín, cuya comunidad también ha visto cómo se incrementan las ratas desde este verano", afirma María Passas, vecina de las Angustias.
La problemática de las ratas no es nueva en la calle Huéscar. La suciedad se acumula allí desde hace años, "pero antes, al menos, había colonias de gatos que las contenían. Ahora parecen que le han debido ganar la guerra, porque las ratas tienen el tamaño de los gatos", ironiza María.
"Antes había gatos que las mantenían en su sitio, pero parece que las ratas les han ganado la batalla"
Los vecinos llevan todo ese tiempo denunciando el estado de abandono de la calle y denuncian que están convirtiendo el barrio en un "gueto". El miércoles avisaron al Defensor de la Ciudadanía y el mismo jueves por la mañana ya obtuvieron respuesta. "Nos han dicho que pasaba a ser prioritario", sentencia.
"Son ratas que llegan ya al tercero. Ahora, con el calor, tenemos que dejar las ventanas abiertas y nos da miedo", apostilla Passas.
Rafael Hernández, otro inquilino de este bloque de viviendas de protección oficial, describe la misma situación. "Hace un mes empezamos a verlas trepar por los árboles. A cada rato veíamos dos o tres. Al principio pensamos que sería algo temporal, pero ahora ocupan los bordes de las ventanas. Es muy desagradable. Pasan del segundo piso al tercero y de ahí a la azotea", ilustra.
María Victoria Carreño es una de las vecinas que más tiempo lleva denunciando la suciedad existente en esta vía. "Da pena y asco ver los jardines. Antes teníamos gatos y de un día para otro, ratas. Es cierto que la calor las atrae cada año, pero lo de este no es normal. El otro día mismo vi cómo entraban por las ventanas de las escaleras. El problema es que estén anidando", advierte asustada.
Carreño recuerda que, como en Santa Adela, en el barrio de las Angustias había consignadas partidas para acometer una reforma integral de los edificios más antiguos, "pero la crisis lo paralizó". "En su lugar nos van a hacer una rotonda en el cruce de la Avenida de Andalucía con Sagrada Familia y José María Carulla", se queja.
"Poner el barrio en valor" es lo que pide Sara González, abogada gallega afincada en la calle Zegrí Moreno desde hace nueve años. Intentó convertirlo en una galería urbana y no recibió respuesta. Ahora luchan por acabar con esta plaga que tiene al barrio atemorizado.