"Llevo aquí 74 años y ahora vienen a levantarnos un muro"
La corrala de vecinos de la Plaza Puntal de Vacares denuncia las "irregularidades" de una obra que comenzó a cambiar sus vidas en 2021
“Yo no quiero una compensación. Si es verdad que hay ley y justicia tendrían que coger al que dio los permisos y quitar las plantas que han hecho sin permiso”. Son las palabras de Miguel López Millán, vecino de la corrala de vecinos de la Plaza Puntal de Vacares, donde la resignación cunde. Los residentes de las 16 viviendas suman "dos años largos" desde el comienzo de unas obras que han tapado sus vistas del río Genil. La evolución de la construcción ha contado incluso con la quiebra de la empresa que la inició. Los vecinos sostienen que existen "irregularidades", pero asumen que ya no hay marcha atrás.
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Las dificultades para Miguel están presentes desde la entrada a la corrala, donde se encuentra con un hueco reducido para pasar con su andador debido a la presencia de un camión. Es una circunstancia que ha vivido con frecuencia en los últimos años. Este vecino recuerda que en una ocasión decidió plantarse para impedir el paso a cualquier vehículo de la obra después de "no poder ir a una cita en el PTS". "Me mandaron patrullas de antidisturbios", recuerda con un tono jocoso.
El estrechamiento de la entrada desde la calle Guarnón es una de las principales preocupaciones de los residentes de Puntal de Vacares. “Aquí no va a poder entrar una ambulancia o un camión de bomberos”, recalca Miguel. Cuando entra en su comunidad, observa el espacio que queda entre ambas edificaciones y detalla que él y sus vecinos creían "que el corte era otro". “Va a quedar entre todo un callejón de menos de tres metros", lamenta. Una de sus dudas es cómo quedará la "separación" de los pilares del nuevo bloque con su rellano, un espacio en el que siempre ha existido la costumbre de sacar mesas y sillas en los meses de calor para disfrutar de momentos a los pies del Genil.
Concesión de permisos y una denuncia al Consistorio
El proceso de esta obra se ha dilatado desde 2021, pues Viable, la empresa que emprendió la tarea, quebró. Esto ha dado lugar a un cambio en la Alcaldía de la ciudad, que pasó de las manos de Paco Cuenca a las de Marifrán Carazo. La Concejalía de Urbanismo siempre mantuvo que todo estaba en regla y por ello esta comunidad decidió "denunciar al Ayuntamiento".
Miguel es uno de los veteranos del vecindario, pues vive ahí desde hace 74 años. Tirando de memoria, señala que "es la única corrala que queda en Granada" y critica que "están dando lugar a que desaparezca". “Aquí llevamos más de cien años con estas casas y ahora vienen y nos levantan un muro”, enfatiza. Además, reitera que "no quiero una compensación".
El paso de generaciones en estas viviendas tiene como ejemplo referente a la familia de María Luisa Pérez. "Tengo 66 años y nací en esta casa", declara esta vecina, cuya madre también nació en el mismo hogar hace 92 años. María Luisa denuncia "todo lo estamos sufriendo nosotros desde que está la obra" y recuerda que se trata de "un sitio que ha sido peatonal durante 100 años". Por otro lado, afea que "han acabado con árboles" durante la construcción.
Tanto María Luisa como Miguel tienen claro que "esto no lo van a tirar ya", pero aún así insisten en que existen "irregularidades". Miguel sostiene que "la altura es ilegal" mientras contempla desde el salón de su domicilio sus nuevas vistas plagadas de ladrillos. “Esto avanzó durante la pandemia para que no pudiéramos movernos”, manifiesta. Por su parte, María Luisa señala que la calle que separará ambos bloques debe tener un ancho de "seis metros y no menos de tres". "Todo por la pasta", sentencia.
Los dos explican que las explicaciones del Ayuntamiento de Granada se basan en responder que "tienen sus permisos". Asimismo, aseguran que el permiso de esta obra es una "permuta" que proviene de los terrenos de la calle Ribera del Genil, cuyos vecinos también lucharon durante años para no verse "emparedados". "Para no indemnizarlos, les cedieron estos terrenos", asevera Miguel. La corrala de vecinos de la Plaza Puntal de Vacares saben que más pronto que tarde tendrán compañía muy cercana a sus viviendas, pero alzan la voz sin descanso para que Granada conozca su situación.