Los veterinarios de Granada vuelven de Madagascar cargados de energía y proyectos para ayudar a Fundación Agua de Coco
Kiko Cerezuela, vicepresidente del Colegio de Veterinarios, asegura que ha sido "una experiencia inolvidable" ver cómo José Luis Guirao y su equipo "se dejan la piel por los niños"
El pasado día 21 de junio ponían el pie en suelo español los integrantes de la primera expedición de veterinarios que han viajado a Madagascar con el fin de conocer los proyectos que Fundación Agua de Coco lleva a cabo en territorio malgache. Tres veterinarios granadinos y una veterinaria sevillana, acompañados de amigos y familiares, en un viaje organizado por el Colegio de Veterinarios de Granada, han recorrido más de 20.000 kilómetros en avión, 1.000 kilómetros en furgoneta, 150 kilómetros en bicicleta y casi 50 kilómetros a pie, en una aventura solidaria que se ha quedado grabada a fuego. Kiko Cerezuela, vicepresidente de los veterinarios granadinos, ha manifestado a su regreso que sin duda alguna ha sido "una experiencia emocionante y enriquecedora". "Comprobar personalmente 'in situ' cómo José Luis Guirao y Fundación Agua de Coco ayudan a los niños y niñas de Madagascar y poder compartir la alegría de tantos beneficiarios te llena de energía y te hace replantearte la vida", ha señalado.
"Hay que retroceder dos años para conocer el origen de esta aventura solidaria, cuando la Junta de Gobierno del Colegio de Veterinarios de Granda quiso reconocer el trabajo humanitario del compañero José Luis Guirao, veterinario granadino y fundador de la ONG Agua de Coco, por su ayuda humanitaria durante más de 30 años en países como Camboya, Brasil, Madagascar, etc", ha matizado Cerezuela. "Tras nombrarlo colegiado de honor y comenzar una estrecha colaboración en un proyecto de recuperación de flora y fauna autóctona de Madagascar, José Luis nos invitó a conocer los proyectos y se fraguó esta aventura solidaria que ha cuajado con este primer viaje en junio y continuará con una segunda visita a Madagascar en agosto, cuando además de veterinarios granadinos estarán veterinarios almerienses, cordobeses y gallegos", ha indicado.
La profesión veterinaria, una vez, más demuestra que es una profesión solidaria. En paralelo al viaje, el Colegio de Veterinarios de Granada ha planteado un reto crowdfunding, 'En ruta con Agua de Coco. Tonga Soa Madagascar', con el que pretende recaudar 10.000 euros para colaborar en las granjas escuelas que la ONG tiene en Fianarantsoa y Mangily y un centro de recuperación de fauna autóctona.
Los integrantes de esta aventura solidaria han recorrido la isla de norte a sur, acompañados de Vola, presidente de la ONG Bel Avenir, y de José Luis Guirao, presidente y fundador de Fundación Agua de Coco, para visitar cada uno de los proyectos en los que están presentes.
Las granjas escuelas de Mangily y de Fianarantsoa constituyen dos centros de formación profesional agrícola y ganadera de referencia en todo el país, y cada año acogen a unos 200 adolescentes en riesgo de pobreza extrema y exclusión con la finalidad de formarles y prepararles para su inserción en la sociedad malgache, a través del aprendizaje y de la capacitación de un oficio digno.
Tras conocer la triste realidad de la explotación infantil para obtener zafiros en pozos de más de 10 metros de profundidad, en los que apenas cabe el cuerpo de un niño, José Luis Guirao enseñó a los integrantes del viaje el impresionante Colegio de los Zafiros, con más de 800 alumnos, donde Agua de Coco busca poner fin a la explotación infantil de esta zona de minas de piedras preciosas, y que todos tengan acceso a una educación de calidad basada en la información, la salud y la ciudadanía. La escuela incluye, además, una casa de acogida, donde cada año unas 50-60 niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social pueden disfrutar de un hogar seguro que garantice su asistencia a la escuela.
Con José Luis al frente de la expedición, los más deportistas se adentraron en bicicleta entre arrozales y campos de mandioca para conocer la realidad del país, visitar poblados de tribus y conocer de cerca cómo es la vida de las familias malgaches en sus pequeñas chozas. Javi Maestra, veterinario de ADSG en la zona de la Axarquía de Málaga, fue uno de los que completó todas las etapas en bicicleta y quedó impactado por la belleza de los paisajes y las gentes. "Conocer un país desde dentro, sus costumbres, su cultura, su forma de vida y la amabilidad de su gente que nos ha dejado entrar en su propia casa ha sido una experiencia muy enriquecedora", ha indicado.
La llegada a Tulear en bicicleta no pudo ser más emocionante. Agua de Coco había previsto un recibimiento a lo grande a los veterinarios. Los integrantes de la Bloco Malagasy a ritmo africano de tambores daban la bienvenida a la expedición.
En la sede central de la ONG, los integrantes del viaje dejaron varias maletas cargadas de medicamentos, ropa, juegos, etc. y conocieron al equipo que lidera la Fundación Agua de Coco. La organización, con más de 300 trabajadores en nómina, destaca por un trabajo metódico y organizado.
Uno de los buques insignia de Agua de Coco es el Colegio de las Salinas, con más de 1.500 alumnos, cuyo lema es 'La educación como motor de desarrollo', que se lleva hasta sus últimas consecuencias. Los alumnos están repartidos entre la enseñanza Infantil, Primaria, Secundaria y la Formación Profesional, en la que se realizan formaciones en cocina, informática, dibujo, música y costura. Además, la escuela participa en el programa 'Namana' de intercambios con escuelas de España, Francia, Andorra o Suiza.
Llama la atención como acuden en orden los niños y niñas a la hora de la comida en los colegios de los Zafiros y las Salinas a sabiendas de que son unos privilegiados por tener acceso a la comida y también al agua que, posteriormente, pueden llevar a casa para compartir con sus familias.
En Tulear, los veterinarios tuvieron la oportunidad de conocer de cerca el Centro de Acogida Socioeducativa y Musical (CASEM), donde casi 700 niños reciben formación musical. Los mensajes de sensibilización de los grupos del CASEM atraviesan fronteras. Las voces de Malagasy Gospel han visitado España, Francia, Suiza y Andorra en múltiples ocasiones y los ritmos de Bloco Malagasy han hecho vibrar vibrar países como España, Camboya, Tailandia, Brasil, Burkina Faso, Costa de Marfil, Kenia y Sudáfrica.
Los alumnos malgaches de las escuelas deportivas de fútbol y basket patrocinadas en parte por la Fundación Real Madrid retaron a los viajeros solidarios a unos partidos y demostraron sus habilidades con el balón.
El interminable recorrido por proyectos que Agua de Coco tiene en Tulear tuvo un momento de especial emoción cuando los integrantes del viaje conocieron el Centro Social, donde la fundación lucha contra la prostitución infantil del país. "Conocer a niñas de menos de 10 años que se ven abocadas a ejercer la prostitución hizo que a nuestros veterinarios se le saltasen las lágrimas. Conocer los proyectos de Agua de Coco en el país de la mano de José Luis ha sido muy emocionante. Pero lo que más me ha impactado ha sido el ímpetu que le pone para intentar sacar hasta el último niño, y sobre todo las niñas, de la explotación y el maltrato infantil, darle una educación y un trabajo digno en el futuro", ha declarado Javi Maestra.
La última ruta en bicicleta, desde Tulear a Mangily, tuvo parada en el municipio de Belalanda, donde Agua de Coco trabaja en un proyecto de recuperación y sostenibilidad del manglar con el objetivo de capacitar a las comunidades locales en la gestión sostenible de los recursos naturales, además de sensibilizar y reforestar la zona. Como no podía ser de otra manera, el colectivo veterinario contribuyó con la siembra de manglares.
El destino final del viaje era Mangily, donde la Fundación Agua de Coco tiene un hotel solidario. Anexo al hotel dispone de un Centro Agropecuario, plantaciones de moringa que utilizan para ayudar en la malnutrición de los menores del sur de Madagascar y también el proyecto que el Colegio de Veterinarios de Granada patrocina, el Centro de Recuperación de Fauna Autóctona, donde los lemures y tortugas campan a sus anchas.
El viaje tocó punto y final en el sur de la isla de Madagascar, donde los viajeros disfrutaron de playas vírgenes y de la gastronomía local. Como no podía ser de otra manera, el descanso de los últimos días sirvió para hacer reflexiones y trabajar futuros compromisos con los proyectos visitados, que próximamente se darán a conocer.
Julián Fernández, veterinario clínico de Motril, que ha realizado el viaje con su esposa Moniq, ha querido resumir la experiencia: "Este viaje solidario a Madagascar estuvo lleno de sorpresas y momentos que colman el corazón de esperanza por el futuro del pueblo Malgache y del mundo entero. Un viaje transformador que muestra la realidad del país de los baobabs y los lemures desde dentro. Fuimos testigos del impacto que por mas de 30 años viene haciendo Agua de Coco, siempre valorando y protegiendo la cultura y forma de vida local, con un propósito claro desde sus inicios donde la salud humana, animal y el cuidado de los ecosistemas es una prioridad incluso mucho antes incluso de que el concepto 'One Health' fuese acuñado. Una experiencia de sensibilización humana que muestra que todos somos uno".