Un viaje a través del pasado de Plaza Bib-Rambla
Un recorrido por el ayer del lugar al que los granadinos definen como estar en casa al ser lugar de encuentro para los ciudadanos
Plaza de Bib-Rambla es un lugar al que le sobran las palabras, un sitio en el que los granadinos la sienten como su propia casa. Un espacio que tanto en el presente como en el pasado, era y sigue siendo el punto de encuentro para todos los ciudadanos. Todo esto gracias a sus callejuelas que dirigía a todos los habitantes al corazón de la plaza. Como bien dice el dicho, 'Todos los caminos llevan a Bib-Rambla'.
La historia
El origen de la plaza procede de una pequeña explanada rectangular, limitada en su mayor parte por la muralla que venía a la puerta Real, que era paralela a la calle de los Mesones y con su entrada por el arco de las Orejas, que llegaba hasta la plaza.
Los edificios que determinan las calles de Salamanca y del Príncipe no avanzaban tanto. De hecho no existía esta última y estos dos lugares antes eran ocupados por la Pescadería y la Carnicería musulmanas.
La plaza estaba situada junto al arenal del río, de donde procede su nombre. En ella se presenció la época árabe de justas y festejos que la fantasía de los escritores han adornado de manera voluble, llenando su historia de leyendas. Las justas árabes era un combate entre dos contendientes para defender el derecho de alguien. Las armas que se utilizaban podían herir, e incluso matar a diferencia de los torneos medievales.
En 1495 se decidió ensancharla. En el año 1509, el Conde de Tendilla persistía en esa necesidad. El Conde fue un aristócrata español cuyo nombre era Íñigo López de Mendoza y Quiñones y falleció el 20 de julio de 1515 en Granada. Su insistencia en esto era porque el Rey de aquel entonces, Carlos I, la había cedido a Granada como una plaza para pasear y negociar.
En el año 1513, la Reina de Aragón, Juana I de Castilla organizó la compra de diversas casas para propiciar el ensanche de Bib-Rambla, logrando resultados desde 1516 hasta 1579. Los logros fueron la construcción en la parte norte una línea de soportales y, bajo ellos, aposentos para las Escribanías de la ciudad. Los soportales eran espacios arquitectónicos para proteger de la lluvia y el frío para permitir la circulación de los ciudadanos. Por otro lado, las escribanías era una bandeja en la que en ella había una pluma, un tintero y un secante.
Los cristianos centraron en la plaza sus actividades oficiales tras la Reconquista, en las que aprovecharon para establecer sus Aduanas de espacios y paños, celebraron sus ferias de caballos y con las inmediaciones crearon la nueva Pescadería y Carnicería, por lo que desapareció todo rastro musulmán. En ese lugar se edificó el Hospital e Iglesia de San Sebastián, construidos por los comerciantes y derribados a mitad del siglo XIX.
Marineo Sículo
Marineo era un humanista e historiador siciliano que pasó la mayor parte de su vida en el reino de Castilla y en Granada. Según recoge Antonio Gallego y Burín en su 'Guía Artística e Histórica de la Ciudad', el historiador siciliano dijo de esta plaza que "la cuarta cosa entre las siete memorables que contiene la ciudad de Granada es una plaza que llaman los moros Bibarrambla y dicen que significa puerta arenosa, cuya forma es cuadrada". También mencionó a la fuente que hay en el centro "es alta e insigne".
Esta fuente que menciona Marineo, perduró hasta mediados del 1800 en el Convento de los Agustinos Calzados. Era redonda con dos tazas de piedra y cuatro años, de añadido con un león coronado que sujetaba un escudo con las armas de Granada.
Casa de los Miradores y pérdida de grandeza
Para la realización de los festejos, el Ayuntamiento construyó en el año 1556, la Casa de los Miradores. Algunos dicen que se construyó sobre otra de origen árabe llamada 'Abd al-Barr. Este edificio desapareció el 31 de diciembre de 1879 a causa de un incendio.
El paso del tiempo hizo que la plaza perdiera su importancia, pasando a ser un mercadillo de hortalizas, que desapareció en el año 1837. En su sustitución se puso la fuente del centro de la plaza, que se reconstruyó con los escombros procedentes de los derribos de Conventos. En el año 1842 se hicieron nuevas modificaciones igualando sus niveles. La reforma se completó entre el 1857 y el 1858.
El Hospital e Iglesia de San Sebastián desapareció y ocuparon su lugar nuevas construcciones como la calle del Príncipe. La Carnicería y Pescadería se trasladaron en 1880 a nuevos locales y se quitó la fuente, ya mencionado anteriormente. A esto se le sumó el incendio de la Casa de los Miradores y el derribo del Arco de las Orejas. En el 1910 la plaza sufrió una nueva reforma, quitando el jardín que sustituyó la fuente para colocar la estatua de Fr. Luis de Granada.