Lemon Rock reabre este jueves con una reordenación de los espacios y la desaparición del 'hostel'

El local, cerrado dos años por la pandemia, tendrá un ambiente "muy 'underground', pero muy vitalista y colorista", tal y como afirma Vicente de Luna, su propietario

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El nuevo Lemon Rock es mucho más amplio | Foto y vídeo: Carlos G. / GD
Rosa Núñez
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Sobre sonidos de destornilladores, martillos y gritos aquí y allá de todas las personas implicadas, sobresale la voz de Vicente de Luna, propietario de Lemon Rock Granada, quien cuenta a GranadaDigital la "auténtica alegría" que supone que el local vuelva a abrir tras dos años cerrado a causa de la pandemia de Covid-19.

Todos estos meses de clausura, "hemos aprovechado para hacer una obra bastante grande y ordenar un poco los espacios" del edificio para finalmente inaugurar el remodelado bar este jueves al mediodía al fin, según explica de Luna, como se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia, disponible en el canal de YouTube de GranadaDigital.

El alma de Lemon Rock Granada es "vida pura en cuanto a actividades culturales y gastronómicas, y, gracias a que la situación parece que está bastante mejor, hay un poco más de alegría y seguridad para todo el mundo y hay que empezar a hacer cosas", cuenta Vicente con una sonrisa en la cara y visiblemente orgulloso de todo el trabajo realizado en el negocio.

La inauguración, que se realizará a partir del mediodía de este jueves, comenzará con la actuación de DJ amigos de la casa. "Vamos a abrir como si Lemon Rock nunca hubiese cerrado, con nuestras actividades de siempre. Seguiremos con nuestra línea cultural y con todos nuestros espacios nuevos, con toda la mejoría que ha habido, con gente que se ha incorporado al proyecto... Estamos muy contentos de arrancar ya y que termine la obra", asegura de Luna

La nueva cara de Lemon Rock

La reforma del local ha sido "una locura", en palabras del propietario. El proyecto ha tratado de ordenar los espacios, para hacerlos más amplios y ser más cómodos, tanto para camareros a la hora de servir mesas, como para los asistentes, a los que el paso de los trabajadores no interferirá en la atención puesta en un concierto o en una charla con los amigos. Además, las medidas de seguridad contra el coronavirus han obligado también a una mayor distancia entre zonas.

De esta forma, en la primera, en la que se encontraba una parte de hostel, que se ha quitado por la pandemia y evitar el hecho de compartir habitaciones, se ha aprovechado para "aumentar la zona de gastronomía, con cuatro espacios muy diferenciados, todos decorados con una coherencia musical y cada uno, con su baño dentro, su camarero y muy cómodos debido a la situación que vivimos actualmente", expresa Vicente, quien añade que "era el momento perfecto porque además ya estaba en nuestra cabeza".

Por su parte, en la segunda planta sigue manteniéndose una ludoteca para los más peques y un camerino para los músicos, ya que vienen muchas bandas de fuera y duermen en Lemon Rock cuando tocan. La otra zona, la más grande, se compone por un espacio totalmente diáfano, pensado para coctelería, copas, con un escenario para todas las actividades musicales, en cuanto a presentaciones de libros, conferencias, temas de moda... "Es un espacio muy underground, pero muy colorista y muy vitalista, que es lo que hacía falta", manifiesta el propietario del negocio.

En cuanto a la decoración utilizada, desde que empezó la obra, Vicente admite que "tenía claro que tenía que seguir la misma línea" de siempre. El edificio de Lemon Rock Granada es del siglo XVII, y fue rehabilitado y restaurado cuando el negocio abrió por primera vez, dado que estaba en ruinas. "Fue una obra muy complicada: al principio, se mezclaron muchos elementos muy nobles de esa época, que se restauraron, y aparecieron elementos nuevos, fruto de la rehabilitación, que eran muy metálicos, refuerzos estructurales. Que convivieran todos esos elementos necesarios para el proyecto y que respirasen juntos sin ensombrecerse unos a otros, fue lo que creó esa línea industrial del proyecto", argumenta el propietario del negocio. No obstante, para él, la clave siempre fue que el local tuviera "calidez en cuanto a iluminación, colores y sensaciones".

Cada uno de los nuevos espacios reformados en las plantas superiores se inspira en un estilo musical de los que se pueden disfrutar en el bar: indie, jazz, rock and roll..., por lo que en cada zona hay elementos que representen esos estilos musicales, dentro de la línea de decoración clásica del local. Además, a pesar de ser zonas muy espaciosas y abiertas, cada una tiene su privacidad. Vicente de Luna destaca que, aunque el "rollo" del local es "muy underground",  no tiene las características oscuras a las que ese estilo acostumbra, sino que se han inspirado "en la parte más vitalista, que hace falta, y que el proyecto por sí, por temas gráficos como de cómics y murales que han pintado muchos artistas" ha precisado.

Desde fuera, no parece percibirse, pero cuando uno entra al nuevo local, tiene la sensación de que podría ser el pub más grande de Granada, con tres plantas hacia arriba y espacios muy amplios en cada una. Pero de Luna dice que eso no lo ha pensado en ningún momento, ya que no se considera "una persona que me fije en si esto es más o menos grande que el otro: bastante guerra he tenido conmigo mismo como para fijarme en esas cosas", comenta entre risas. "Lemon Rock necesitaba proyectarse a nivel gastronómico y cultural, y es por lo que se ha trabajado", asegura, añadiendo que su idea principal a la hora de hacer las obras era "hacer muchos guiños a Edimburgo, Dublín, Budapest, o incluso Costa Rica", lugares por los que ha pasado a lo largo de su vida.

De Luna, que además es arquitecto técnico, cuenta que le dio forma al proyecto cuando su hermano y él tomaron la decisión de que desapareciera el hostel, hasta que comenzó la demolición: "Ha sido una locura, porque, además, todos los elementos tenían que seguir una conexión, y era difícil".

Asimismo, despedirse del hostel, que había sido "un proyecto muy personal" desde que la idea de Lemon Rock naciera en Escocia hace más de 25 años, fue muy complicado: "Ha sido maravilloso todos estos años combinar clientes en un espacio gastronómico con bar y conciertos. Que los que dormían aquí salieran de la habitación y se encontraran una actuación y un gran ambiente... Venía gente de todo el mundo, lo que hacía el proyecto más internacional y no se me va a olvidar en la vida; si no hubiese sido por el hostel, Lemon Rock nunca hubiera sido lo que ha sido", afirma Vicente.

El limón y el rock

La reforma no es sólo estructural, sino que las personas que acudan a Lemon Rock desde este jueves "se van a encontrar con muchos cambios porque, por ejemplo, se va a cocinar al carbón y a la brasa, se han remodelado dos cocinas, va a ser todo mucho más fácil en cuanto a la movilidad de camareros, y se va a conseguir que esa carta nueva a la que ya le hemos dado forma con los conocimientos de los nuevos cocineros, va a subir mucho de nivel con respecto a lo que era Lemon Rock", explica el propietario. También, todos los meses durante cinco años tienen acuerdos por los que vendrán cocineros con estrellas Michelin a hacer masterclass de cocina, catas de maridaje... "A nivel gastronómico, va a ser una locura muy bonita, siempre cuidando la calidad y lo que a todo el mundo le gusta cuando sale a la calle: que lo que está pagando, sea un producto por el que hay un respeto", sigue Vicente, y añade: "En nuestra cocina internacional, no hacemos demasiadas innovaciones, que, aunque es muy interesante, nosotros estamos centrados ahora mismo en que el producto tradicional salga bien".

En cuanto a las actividades culturales, Vicente de Luna asegura que, con los espacios nuevos, el escenario más amplio, y todos los eventos "que están ya cerrados y los que se cerrarán", se completa una experiencia maravillosa en el local.