Vídeo | Granada vuelve a vivir un intenso Martes Santo tras una larga espera
La Lanzada, el Vía Crucis, la Esperanza y la Humildad pudieron realizar su estación de penitencia después de tres años en los que el Covid-19 y la lluvia lo habían impedido
Final feliz después de una larga espera. Las hermandades de La Lanzada, la Esperanza, la Humildad y el Santo Vía Crucis contaban los días para el Martes Santo de 2023, en el que, por fin, podrían volver a sacar sus pasos para procesionar por las calles de Granada después de tres años en los que, primero la pandemia del Covid-19 y después la lluvia les impidieron realizar sus estaciones de penitencia. La ilusión regresó este Martes Santo y las cuatro hermandades pudieron desfilar por unas rebosantes calles de la capital en una jornada que fue nubosa, pero en la que no hubo amenaza de lluvia.
La primera hermandad en poner sus pasos en la calle esta jornada fue la de La Lanzada. Desde la iglesia Nuestra Señora de Los Dolores, en el barrio del Zaidín, cinco minutos después de la cuatro y media de la tarde, el cortejo comenzó su salida con la emoción a flor de piel por poder realizar una nueva estación de penitencia, que no se producía desde la ‘vieja’ normalidad, allá por 2019. Los nazarenos de La Lanzada, vestidos con túnica blanca y capirote morado, comenzaron el recorrido. El Cristo, primero, y la imagen de María Santísima de la Caridad, después, comenzaron su itinerario por las calles del Zaidín hacia el centro de la ciudad, que volvió a llenarse en este tercer día de la Semana de Pasión. La Lanzada, la primera hermandad en salir el Martes Santo y la última en regresar a tu templo, levantó fervor a su paso.
La hermandad decana de Granada, la del Vía Crucis, también pudo volver a realizar su estación de penitencia, por fin, este Martes Santo. Con puntualidad, a las 17:00 horas, las puertas de la Iglesia de San Juan de los Reyes se abrieron de par en par para que Jesús de la Amargura, primero, y Nuestra Señora de los Reyes, después, comenzaran su recorrido por el Paseo Padre Manjón. A su paso por el ‘Paseo de los Tristes’, la hermandad del Santo Vía Crucis ha querido dar visibilidad a los chicos con autismo y ha procesionado en silencio. Jesús de la Amargura y la Virgen de los Reyes dejaron bellas estampas con un telón de fondo inigualable, el que ofrece la Alhambra. Después enfilaron la Carrera del Darro, donde no cabía ni un alfiler. Los granadinos no querían perderse ese momento. Continuaron su recorrido por la calle la Colcha para recorrer justo después la carrera oficial por la calle Ángel Ganivet y Alhóndiga hasta llegar la Catedra. Desde ahí, Jesús de la Amargura y la Virgen de los Reyes prosiguieron su recorrido por el Pasaje Diego de Siloé y Reyes Católicos para volver a la Carrera del Darro y al Paseo Padre Manjón en el camino de regreso a su templo. Los dos pasos del Vía Crucis atravesaron el Arco Jesús de la Amargura antes de encerrarse en su templo.
Desde la Iglesia Parroquial de San Gil y Santa Ana salieron también los pasos de la Hermandad de La Esperanza, puntuales a una cita que también llevaban esperando tres años. El paso del Cristo del Gran Poder, ataviado con una nueva túnica, y el palio de Nuestra Señora de la Esperanza sortearon el dintel de la puerta del templo para iniciar su estación de penitencia por una Plaza Nueva que se encontraba abarrotada desde antes de que los nazarenos de esta hermandad, que visten de verde oscuro, comenzaran el cortejo. Los pasos desfilaron hacia Reyes Católicos y la Plaza San Juan de la Cruz y desde ahí a Ganivet, para recorrer la carrera oficial. Tras su salida de la Catedral por la Puerta del Perdón, continuaron por Baratillos y, a continuación, por la calle Elvira, uno de los momentos más emotivos del recorrido de esta hermandad y donde se dio cita una multitud deseosa de ver al Gran Poder y a la Esperanza, que regresaron a la iglesia de San Gil y Santa Ana para su encierro sobre las 23:00 horas.
El broche de oro a este Martes Santo de reencuentros lo puso la Hermandad de la Humildad, popularmente conocida con el nombre de La Cañilla, que desde la Iglesia de Santo Domingo puso en la calle su cortejo, cinco minutos antes de las siete y media. El Señor de la Humildad, el ‘rey del Realejo’, y la Soledad de Nuestra Señora y Dulce Nombre de Jesús partieron hacia San Matías para enfilar después la carrera oficial. Desde la Catedral, los pasos de la Cañilla continuaron su recorrido por Gran Vía para adentrarse de nuevo en el castizo barrio del Realejo, por Jesús y María, para regresar a la Iglesia de Santo Domingo al filo de la medianoche.