VÍDEO | Dos años del estado de alarma que dejó Granada vacía

De la noche a la mañana, la ciudad perdió su vida, mientras que la UME desinfectaba estaciones y los ciudadanos aplaudían desde los balcones

FOTOS GRANADA VACÍA (7)
Aspecto de una calle Reyes Católicos absolutamente vacía por el estado de alarma | Fotos y vídeo: Javi Gea
Miguel López Rivera
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Hace exactamente dos años, el 14 de marzo de 2020, Pedro Sánchez comparecía ante toda España para anunciar que el Gobierno decretaba el primer estado de alarma por una pandemia, segundo de la democracia tras el de Zapatero en 2010 debido a la crisis de los controladores aéreos.

De la noche a la mañana, las calles de Granada se quedaron vacías en una imagen insólita para una ciudad con una agitada vida nocturna y también diurna. Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, no hay mejor manera de recordar todo aquello que con un vistazo el vídeo con imágenes rescatadas del archivo que acompaña a esta noticia.

El estado de alarma llevaba aparejada una medida que terminó convirtiéndose en pesadilla: el confinamiento domiciliario para toda actividad considerada no esencial. O, dicho de otro modo, nadie podía salir a la calle si no era para acudir al médico, comprar alimentos o al trabajo, siempre y cuando el desempeño de este no hubiera quedado expresamente prohibido por imperativo legal.

Así, nos empezamos a familiarizar con conceptos como 'teletrabajo' o los llamados 'expedientes de regulación temporal de empleo', el mecanismo de protección gubernamental para evitar que quebraran miles de empresas, y que todavía sigue vigente. Los ERTE no han podido evitar el cierre en todos los casos, pero sí que ha mitigado la completa erosión del tejido productivo.

Con los hospitales colapsados y los sanitarios aún sin apenas elementos de protección, otra imagen –y sonido– que comenzó a ser habitual fue el de los aplausos desde los balcones al personal de los hospitales, centros de salud y servicios de emergencias en general. Un gesto que, lamentablemente y como suele ser habitual en España, no pocas veces se quedó en el ‘postureo’ del momento.

La Fuente de las Batallas, vacía como no se recuerda.

Seis olas de coronavirus, al menos cinco variantes, sucesivas prórrogas del primer estado de alarma, un segundo… En total, casi diez meses bajo esta medida. Llegó el mando descentralizado y fueron las comunidades las que comenzaron a decidir qué medidas aplicaban en sus territorios en función de indicadores como la presión hospitalaria o la incidencia.

Lo que en un principio fue un confinamiento total, después se convirtió en parcial, con toques de queda nocturnos y una paulatina apertura de mano en los sectores que más habían sufrido las consecuencias de los cierres: hostelería y comercio. Los granadinos empezaron a salir de fiesta por la tarde, a veces con poca responsabilidad, y a planificar comidas y cenas reservando con antelación. Y siempre en su municipio por los cierres perimetrales.

La vacuna

Y todo para que finalmente la justicia declarara inconstitucionales los dos estados de alarma. Menos mal que llegó la vacuna. En Granada se habilitaron varios puntos de inmunización masiva, conocidos como 'vacunódromos'. El más importante de ellos por capacidad operativa y logística se localizó en Fermasa, aunque no menos útil fue el del Parque Norte de Bomberos. Además, el llamado 'pasaporte Covid' comenzó a ser tan importante como el DNI para entrar en establecimientos comerciales y de hostelería.

La estrategia de vacunación ha resultado todo un éxito. Se comenzó priorizando grupos de edad correspondientes a población de riesgo, así como profesiones consideradas prioritarias por su mayor exposición al virus. Y de ahí hacia adelante. Hasta la fecha, lunes 14 de marzo de 2022, se han administrado casi dos millones de dosis en toda la provincia. Más de 830.000 de sus 921.000 ciudadanos cuentan con al menos una dosis y otras 802.000 con la pauta completa, mientras que el tercer pinchazo ya ha llegado a casi 459.000.

Dos años después, el coronavirus empieza a parecer algo de otro tiempo. La guerra de Rusia, maldita guerra hasta para esto, lo ha desplazado de los titulares y también, parece, que de la preocupación de la gente. Pero la pandemia no ha terminado del todo y, por eso, conviene permanecer ojo avizor y no bajar la guardia. Y si no que se lo pregunten a los más de 170.000 granadinos que han dado positivo en este tiempo a los familiares de los 2.096 a los que el Covid les arrebató la vida. Ahora, el Gobierno y el conjunto de la sociedad debate sobre la eliminación de la mascarilla en interiores, un paso que parece muy próximo después de 24 meses como nunca imaginamos que viviríamos.